Así fue el escape de Mujica de la cárcel: la vida de El Pepe contada por Trotta

José Mujica revela datos nunca antes contados de su escape y del fracaso anterior de los Tupamaros en la huida. 

19 de agosto, 2020 | 10.53

Pepe Mujica es de esos hombres que parecen haber transitado varias vidas. No sólo por su experiencia reflexiva, sino por la cantidad de hazañas en sus más de ochenta años. Fue guerrillero y presidente, cultivó flores y robó bancos, es un granjero sencillo y un líder mundial, estuvo preso y hoy lucha por la verdadera libertad. Las facetas del Pepe, iluminadas por el propio testimonio de Mujica, están plasmadas en el libro del ministro de Educación, Nicolás Trotta titulado Mujica por Pepe (Editorial Ariel).

"Creo que es un personaje único, que tiene una vida de película. En sus inicios estuvo con los tupamaros en la clandestinidad, estuvo preso en cuatro oportunidades en cárceles de donde se escapó dos veces", afirmó Trotta que recordó que el Pepe sufrió vejaciones cuando estuvo detenido. "Las condiciones infrahumanas en las que vivió marcaron su perspectiva sobre la vida. Estuvo en la soledad más absoluta durante años, donde no lo dejaban leer, no lo dejaban escribir, arrojándolo al borde de la locura", sostuvo en una entrevista con Roberto Caballero en El Destape Radio

En uno de los capítulos habla sobre la fuga de 111 presos en 1971 cuando escaparon del Penal de Punta Carretas, Uruguay, luego de coimear a guardias que luego traicionaron, dialogar con presos comunes para organizar el escape y cavar un túnel cinematográfico en medio del centro penitenciario vigilado por la dictadura. Los presos con herramientas precarias hicieron trazos que conectaban todas las celdas, surcaban el piso del penal y pasaba al otro lado del muro para terminar en una vereda. 

"Dentro de las cosas que teníamos que conseguir estaba lograr apoyos entre los presos comunes. Porque como nosotros estábamos en el tercer piso, al ir bajando para salir íbamos a tener que pasar por las celdas de ellos y teníamos que llevarlos. Algunos se iban a beneficiar de la fuga. Ahí había un trabajo del todo diplomático, cauto, prudente. Y después teníamos otro trabajo diplomático, ¿no? Con la guardia. Te das cuenta el despliegue que teníamos que hacer. Teníamos que estar exentos de requisa. Logramos transformar la requisa en algo burocrático, abrían la ventanilla, miraban, «Está bien», decían, y listo", cuenta Mujica en el libro. 

En el libro Mujica relata hechos trascendentales como la fuga de la prisión, decisiones claves como la gestión de un país con muchas necesidades y poco recursos, y la vida en el campo donde recuerda la niñez.  "Yo vivía con mi abuelo, que era, visto en la perspectiva del tiempo, un tipo extraordinario, hijo de italianos. Había nacido acá y había ido tres años a la escuela de noche. Pero hablaban italiano en la mesa y todo eso. Pero fijate que cuando se fueron a Colonia estos tipos, fundaron una escuela nocturna que se la pagaban ellos para aprender... e iban a la escuela. Y contaba que para no gastar las zapatillas iban descalzos y llevaban las zapatillas abajo del brazo y se lavaban las patas en el bebedero de los
caballos y se calzaban y entraban. Te das cuenta la pobreza de esos inmigrantes", cuenta Mujica. 

Cuando habla de la gestión política, Mujica se vuelve un pesimista esperanzado. Cuenta que quiso cambiar la forma de exportación para beneficiar más a los productores, pero se encontró con trabas históricas, sin embargo luego recuerda lo que logró y se satisface por los gestos de los pobladores que fueron beneficiados. 

"Hubo gente que estaba muy jodida que se benefició con la presidencia... Hay un montón de casas de mujeres con hijos que estaban solas y que de otra manera nunca hubieran tenido casa y que tienen una fidelidad política que ninguno, que no la tienen los obreros organizados", afirmó. 

El fragmento que muestra parte del escape