Distinguido este miércoles con el galardón a la trayectoria profesional de los premios Ortega y Gasset de Periodismo, Martín Caparrós asegura que "estamos, como siempre, en un gran momento para hacer periodismo si lo que queremos es hacer periodismo" y sostiene que con la crónica se trata de "descentrar la mirada" y "dejar de lado las obviedades de la actualidad para ocuparse de las personas".
"Periodista total" y "uno de los mayores exponentes de la mejor crónica latinoamericana", como lo definió el jurado del galardón, Caparrós (1957) es autor de libros de crónica narrativa emblemáticos como "Larga distancia" (1992), que cambió el modo de pensar las relaciones entre periodismo y literatura, y "La voluntad" (2006), retrato profundo de los jóvenes revolucionarios de los 70s coproducido con Eduardo Anguita.
En declaraciones a Télam, el periodista celebra el reconocimiento que acaba de recibir con el Ortega y Gasset porque "es un premio serio, otorgado por un jurado serio y por el diario que más leo y más me gusta. Y, para colmo, la lista de los premiados es bastante impresionante. Con decirte que el único argentino que lo tenía hasta ahora era Tomás Eloy Martínez ", cuenta sobre el galardón creado por el diario español El País, en donde el argentino colabora semanalmente.
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¿Cómo describiría la situación de la crónica latinoamericana hoy? "Rara, como siempre. -responde sobre el género del que se ha convertido en un referente hispanoamericano - Es un género muy prestigioso que nuestros medios cultivan muy poco. Hace unos años definí la crónica como 'eso que nuestros editores nunca quieren publicar'. Pero queda bien hablar bien de ella".
Y en diálogo con Télam da un ejemplo: "Tiempo atrás un periodista chileno me llamó para entrevistarme sobre la famosa crónica. Me hacía preguntas y más preguntas; en algún momento le pregunté cuánto espacio le habían dado. Como 3.000 palabras, me dijo. Yo le dije 'Ves, esa es la situación de la famosa crónica latinoamericana: es mucho más probable que se publiquen 3.000 palabras sobre la crónica que una crónica de 3.000 palabras".
Geografía fecunda para la crónica, la crónica latinoamericana se ha ganado un nombre propio entre las marcas y géneros del periodismo. Pero ¿cómo definirla? ¿qué características presenta el género cuando se lo distingue como latinoamericano, qué recursos o voz peculiar tiene ese género en este continente? Por lo pronto, confiesa Caparrós, "es una identificación que siempre me sorprende un poco, pero ya está instalada".
Se refiere a que "las crónicas -de los conquistadores- fueron lo primero que se escribió en castellano sobre nuestro continente, y que entre ellas hay textos espléndidos, como el de Cabeza de Vaca. Pero cuando hablan de 'crónica latinoamericana' no hablan de eso sino de una forma de contar la realidad que tuvo grandes momentos entre nosotros, con Sarmiento, Martí, Darío, Gómez Carrillo, y después con Walsh, Lispector, García Márquez, Tomás Eloy Martínez, y que, tras unos años de oscuridad, resurgió en los 90s y se volvió una manera de contar muy propia, muy característica de nuestros países".
Esa forma la ubica en un trabajo de "descentrar la mirada, de dejar de lado las obviedades de la actualidad para ocuparse de las personas, las vidas, las situaciones cotidianas, y hacerlo con una prosa a la altura de esa decisión. Armar buenas historias con una condición ineludible: que sean ciertas", argumenta.
Martín Caparrós tiene cinco décadas de trayectoria en radio, televisión y prensa escrita, rubro en el que publicó crónicas, reportajes y ficciones en medios como Clarín, The New York Times, Internazionale y El País. Vio muchos cambios en el oficio.
"Cada tanto aparece una técnica nueva que sacude las formas de hacer periodismo: las grandes imprentas, la radio, la televisión, ahora internet. Pero las formas anteriores nunca desaparecen: se van adaptando a la nueva situación", sostiene.
Sin embargo "la adaptación del periodismo escrito, el que más me gusta, consiste en hacer dos cosas que hace mejor que ningún otro: contar bien una historia, contextualizar y analizar una situación. Esas son las armas que nos quedan: narrar, pensar. No es poco. Mientras, otros se dedicarán a la actualidad rabiosa, otros al show de la pelea, otros a las buenas entrevistas. Hay lugar para todos, y hay medios técnicos para inventar cada vez más. Estamos, como siempre, en un gran momento para hacer periodismo -si lo que queremos es hacer periodismo-".
Creado en 1984 en memoria del filósofo José Ortega y Gasset, este premio resalta la defensa de las libertades, la independencia, el rigor y la honestidad como virtudes esenciales del periodismo, con dotaciones de 15.000 euros para cada ganador.
El jurado este año estuvo integrado por las escritoras y periodistas Lucía Lijtmaer, Elvira Lindo, Isabel Calderón, Pepa Bueno, Luis Gómez y Pedro Zuazua y el biólogo Miguel Delibes de Castro.
Con información de Télam