Christian Marclay, el artista que trabaja en el borde de lo visual y lo sonoro

30 de octubre, 2023 | 18.49

(Por Mercedes Ezquiaga) El artista visual y compositor suizo-estadounidense Christian Marclay -ganador del León de Oro en la Bienal de Venecia de 2011- arribó a Buenos Aires para presentar en la porteña Fundación Proa una muestra donde reúne una selección de partituras y videos e invita al espectador a experimentar un universo ingenioso y singular que abre a otros modos de escuchar y ver música.

"Partituras gráficas" (Graphic scores) se titula la exposición del artista que trabaja en el borde de lo visual y lo sonoro, que explora en sus obras a través de diversos soportes, los patrones de lenguaje que conecta el sonido, la fotografía, el video y el cine. En su trabajo suele realizar performances en colaboración con músicos buscando poner sonido a las partituras más inimaginables, por ejemplo, aquella que construyó recortando las onomatopeyas de decenas de tiras de cómic, unidas todas juntas en un larguísimo documento en papel.

"Supongamos que estamos leyendo un cómic, y de repente alguien saca un arma y va a disparar. Necesitás el 'bang'. Pero si quitas la acción y quitás la imagen solo queda el sonido y tienes que interpretarlo. Siempre me interesó cómo la gente interpreta lo visual", explicó el artista durante una recorrida para la prensa en Proa 21, dando a entender que en los lugar más inesperados es donde busca el sonido para sus composiciones.

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La pieza en cuestión titulada "Manga Scroll" es una larguísima "partitura" desplegada sobre la sala debajo de una vitrina de vidrio, de 20 metros de largo, que conecta unidos distintas onomatopeyas encontradas en series de manga publicados originalmente en Japón y traducidas para el mercado de Estados Unidos. "Woom", "slam", "boom", "bam", "sprang", "phaaa", "skrash" son solo algunas de las onomatopeyas escritas en blanco y negro, recortadas de diferentes libros y unidas en este larguísimo pergamino, un collage donde las palabras han sido despojadas de su contexto dramático. Los efectos de sonido entonces se unen en una composición larga destinada a ser interpretada por la voz, "una pieza vocal", describe Marclay.

Las obras de este artista se despliegan tanto en museos como en discotecas, en salas de arte como en cabinas de DJ, porque la búsqueda principal de este creador es el sonido a través de variadas sus herramientas expresivas: con sus trabajos, crea una vertiginosa variedad de collages sonoros con todo tipo de materiales.

En la pieza "Efímera", suerte de mural sobre la pared central de la sala expositiva, el artista reúne fragmentos de lo más eclécticos de publicidades en diarios, ilustraciones de revistas, menús de restaurantes, envoltorios de caramelos y otros papeles impresos que, en todos los casos tienen referencias a alguna representación musical -un acorde, un pentagrama, un instrumento-. Cada uno de estos recortes -de estas imágenes- fueron fotografiadas y reproducidas en 28 litografías offset sin encuadernar, que el artista exhibe como un gran mural, pero que en verdad constituyen una partitura que puede ser organizada e interpretada utilizando uno o más instrumentos.

"Yo no leo música, no me llamo a mí mismo compositor, me siento más bien un organizador. Y además, esta no es mi música; es de otros. Yo solo les doy un contexto. Pero me interesa pensar cómo un músico podría representar estas visuales. Esta obra, 'Efímera', son en definitiva un montón de papeles que no tienen valor", desgrana el artista.

Sin dudas, una de las obras cumbres de la muestra es aquella que da cuenta de cómo en 1996, durante un festival sonoro que duró un mes, se le ocurrió tapizar la ciudad de Berlín con más de 5.000 hojas de partituras en blanco. Luego, sobre ellas, el público dibujó espontáneamente notas musicales, anotaciones y garabatos. Después de fotografiarlas, seleccionó 150 de esas piezas para crear una partitura en las que toman forma los elementos normalmente intangibles de la música, como el compás y el ritmo, que llamó "Graffiti composition". Cuando se interpreta en un concierto, los músicos son libres de seleccionar cualquier número de partituras, o utilizarlas como inspiración para escribir su propia música, detalló Marclay.

Formado en artes visuales y escultura, Marclay se inició como DJ en Nueva York bajo las influencias del movimiento punk de los 70 y la escena performática de los 80. Explora las múltiples conexiones entre el universo visual y el sonoro desde el collage, el montaje cinematográfico, la composición musical y la performance.

Sus partituras gráficas construyen un relato sonoro a través de elementos que provienen de la cultura popular, como el cómic o las gráficas cotidianas presentes en revistas, publicidades, menúes de comida o envoltorios de caramelos. Su búsqueda es la de figuras musicales escondidas en lugares inesperados y en sus collages, el sonido se encuentra sugerido, latente y a la espera de ser invocado.

Otra de las obras del artista, "No!" echa mano, una vez más, a recortes de libros de cómics, y es así como se pueden ver sobre la hoja en blanco montones de bocas, labios, dientes, recortadas de su contexto, sonrientes, enojados, gesticulando, pero al estar separados del resto de la imagen, es inmediato pensar en un sonido que acompañe la gestualidad: "Es una composición que consiste en onomatopeyas desconectadas de sus acciones generativas, este trabajo muestra más del contexto desde el cual estos fragmentos fueron sampleados, lo que incita al vocalista a expresar físicamente la emoción y los movimientos ilustrados", se puede leer en el texto de sala.

Piezas como "The Bell and the Glass" (La campana y el cristal), "Screen Play" (Obra de pantalla), "Shuffle" (Baraja), "Zoom Zoom" o "To Be Continued" (Continuará) terminan de conformar el recorrido por la exhibición del artista, referente ineludible en el campo de la experimentación visual-sonora, creador de la pieza "The Clock" que en 2011 lo llevó a ganar el León de Oro en la Bienal de Venecia de 2011.

A lo largo de su carrera, su marcado interés por las formas visuales que adquieren los sonidos le han permitido a Marclay (California, 1955) desarrollar un amplio conjunto de obras que escapan a las clasificaciones. "Las partituras de Christian nos hacen tocar cosas que nunca se nos habrían pasado por la cabeza", decía el músico británico Steve Beresford durante una presentación conjunta en el Festival de Música Contemporánea de Huddersfield, Reino Unido.

La muestra en Proa invita, en definitiva, a descubrir otros modos de escuchar y ver música, además de que está acompañada de una serie de actividades complementarias que tendrán a Marclay por protagonista, en el marco del Festival No Convencional. La agenda incluye una interpretación de su obra por parte del Ensemble babel, mañana a las 20 en el Teatro Alvear (Avenida Corrientes 1659). El viernes 3 de noviembre continúa la programación con una charla de Marclay y performances de DJs experimentales argentinos en Artlab (Rosetti 93) y el sábado 4 y el domingo 5, Marclay ofrecerá conciertos en el Parque de la Estación (Perón 3.300, Abasto) y Proa 21 (Avenida Pedro de Mendoza 2073), respectivamente.

A todas las actividades y conciertos se accede gratuitamente, con reserva previa a través de https://vivamoscultura.buenosaires.gob.ar/

La exposición "Partituras gráficas" se podrá visitar hasta enero de 2024 en el espacio experimental Proa 21, Avenida Pedro de Mendoza 2073, en el barrio porteño de La Boca, con entrada gratuita.

Con información de Télam