(Por Carlos Aletto) El escritor Diego Manusovich acaba de publicar "El pedagogo y la segunda revolución de Paul McCartney", el octavo libro que tiene como protagonista al profesor Troy Helguera, un detective argentino que resuelve problemas sociales en diferentes partes del mundo desde el pintoresco pueblo de Trevelin, en la provincia de Chubut, "como un Sherlock Holmes que se dedica a analizar las coordenadas sociales, las costumbres y los paradigmas de convivencia de una comunidad", explica su autor.
El profesor Troy Helguera, figura central de la saga de Manusovich publicada por la editorial Más Humanos, es un septuagenario que en el pasado ha vivido ligado a la creación de campañas educativas de cambio cultural. Esta actividad le dio reconocimiento y respeto en el mundo académico. Ya retirado y alejado de las grandes ciudades, no puede evitar el llamado de auxilio de diferentes personajes y gobiernos que no logran resolver algunos de sus problemas sociales más acuciantes. A lo largo de los ocho libros se involucra en misiones de diversa índole: desde gobernantes que quieren acelerar los tiempos para mitigar la violencia de género hacia las mujeres, hasta pedidos de auxilio para enseñarle a los ciudadanos, urgentes cuidados del medioambiente. Desde funcionarios que quieren resolver la violencia en los estadios de fútbol, hasta un grupo de jóvenes arquitectos de una ciudad que derriba inescrupulosamente su patrimonio. El exdocente recibe llamados, mails o videos angustiosos de personalidades que se sienten impotentes en resolver cuestiones de convivencia, a veces, de las más elementales.
Esta octava novela de la saga, "El pedagogo y la segunda revolución de Paul McCartney" se centra en un video que el famoso músico le manda por correo electrónico pidiéndole ayuda para potenciar sus campañas de concientización acerca del consumo de carne. Manusovich (Buenos Aires, 1969), quien es licenciado en Ciencias de la Educación, explica a Télam: "Alimentarnos del sufrimiento de los animales es no sólo una costumbre cultural. La trama de la novela descubre que esta masacre cotidiana responde a intereses de dominación que quieren perpetuar la ingesta de carne que, aparentemente, promueve además la violencia entre los seres humanos". Troy vive en la casa de Paul McCartney durante algunas semanas y ponen en marcha una serie de ingeniosos dispositivos para concientizar planetariamente acerca del no consumo de animales, pero como en todas las novelas de la serie, nunca los casos a resolver son tan simples como se ven desde la distancia inicial en Trevelin. "Siempre que se intentan mover los hilos del entramado sociocultural que sostiene una costumbre humana, sobreviene una violencia que pone a los protagonistas en situación de riesgo", explica el autor.
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-Télam: ¿Cómo nació la idea deponer a Paul McCartney como personaje central en este tomo de la saga?
- Diego Manusovich: La idea surgió de una amiga que me mencionó como al pasar que el Beatle era muy militante con los temas de respeto animal y la no ingesta de carne en la alimentación humana. Este dato me atrajo, pues Troy Helguera es un ferviente carnívoro. De modo que la tensión inicial con el contenido ya estaba planteada. El protagonista tenía que ir a su encuentro.
-T.: ¿Y el profesor Helguera va a esos encuentros como un profesional o como un consultor?
-D.M.: A pesar de que ya está retirado formalmente, siente un deseo casi épico de ir en busca de esos problemas y encontrar alguna forma de resolverlos.
-T.: Entonces es algo así como un superhéroe
-D.M.: Bueno, en realidad no es un superhéroe porque no tiene ningún súper poder que expanda sus capacidades físicas. No arroja telas de araña ni es inmune al fuego o a la violencia. Es simplemente un profesional con una buena capacidad intuitiva para entender las claves del comportamiento humano y como diseñar dispositivos educativos que puedan generar reflexión colectiva y cambio cultural.
-T: Quiere decir que su propósito es ayudar a cambiar conductas sociales.
-Diego: Precisamente, este detective es como un Sherlock Holmes pero que se dedica a analizar las coordenadas sociales, las costumbres y los paradigmas de convivencia de una comunidad equis y diseñar en consecuencia ideas que promuevan cambios. En cada novela se resuelve hacia el final un caso diferente en un contexto particular.
-T.: En otra novela de la saga, "El pedagogo y los curiosos juegos del Papa Francisco" ¿cuál es el problema por el cual Francisco acude a este personaje?
-D.M.: El Papa siente que está un poco cansado de sus discursos cotidianos. Él siente que debe poder hacer algo más que movilice las fuerzas solidarias para lograr un avance mayor en la equidad y la igualdad entre las personas. Y cómo tiene referencias de su compatriota, decide contactarlo para invitarlo a pasar algunas semanas en el Vaticano para ver si encuentran juntos algunas ideas que permitan enseñar la solidaridad social y potenciar los valores colectivos.
-T.: ¿Y cómo les va en esa gran empresa?
-D.M.: Bueno, me resulta una novela entrañable. Espero que el lector sienta lo mismo. Dos tipos grandes intentando buscar formas de influir decisivamente en el concierto de egoísmos de toda clase, resulta un formidable relato repleto de suspenso y adrenalina. Con el correr de la novela van ensayando diferentes ideas que chocan con un statu quo que parece inexpugnable. Intentan una y otra vez diferentes alternativas con resultados desalentadores. Pero hacia el final, en un resquicio del fracaso, Troy Helguera pone en marcha una propuesta innovadora que le da un nuevo sentido humano a la industria de los juegos digitales. Finalmente "los curiosos juegos del Papa Francisco" son una serie de herramientas que hermanan a los videojuegos de las grandes empresas internacionales que diseñan el entretenimiento virtual de millones de personas, trocándolos en herramientas que promueven la reflexión acerca de valores humanos. A su vez, Troy logra encontrar, escondido en los sótanos de la Santa Sede, un material documental inédito y secreto sobre los niños robados de la dictadura argentina. El final es epopéyico y conmovedor incluyendo un encuentro con Estela de Carlotto que recibe de manos de El Pedagogo ese tesoro que pone luz acerca de la apropiación ilegal de bebés durante el último gobierno militar.
-T.: ¿El Papa Francisco llegó a conocer este libro?
-D.M.: Sí, diferentes amigos de él le han hecho llegar generosamente un ejemplar y me han dicho que le ha gustado mucho. Lo ha ojeado y se ha reído mucho con ciertas partes.
-T.: Cada libro tiene dibujos como en las novelas de aventuras juveniles. ¿Por qué se te ocurrió este diálogo entre imagen y palabra?
-D.M.: Mis lecturas de la infancia en donde había ilustraciones me resultaron muy movilizantes. Hoy cada libro de la saga tiene unas doce ilustraciones realizadas por Marcelo Mosqueira que tratan de reflejar ciertos momentos emblemáticos de la ficción. Los lectores me hacen llegar cariñosos halagos hacia estos agregados estéticos que potencian cada narrativa.
-T.: ¿Pero entonces esta saga está pensada para chicos y jóvenes o para adultos?
-D.M.: Muchas veces me han hecho esta pregunta y los lectores son quienes la responden. Los libros son para todos aquellos que sienten que alguien debe ocuparse de aquellos temas que nos desafían como seres humanos en la convivencia cotidiana. No importa la edad que tenga el lector, sólo es necesario vibrar con la épica de una serie de suspenso que se ocupa de pensar en un mundo mejor. Esto puede conmover tanto a un adulto como a un niño de diez años. Mis lectores abarcan ese amplio y generoso abanico.
-T.: ¿Los cambios sociales tienen un costo?
-D.M.: En cada libro hay un momento aciago en el que el protagonista se pregunta "¿por qué acepto este caso?". Es como un momento profundo de desolación y aparente derrota, como cuando Batman y Robin estaban atados por el villano esperando que la sierra dentada les cortara el cuello. Este instante en cada trama me resulta como un pequeño homenaje a la resiliencia de los tesoneros, que a último momento y cuando todo está aparentemente perdido, logran tener una idea brillante que resignifica el problema y descubre una solución inesperada y arrolladora. Ese es el momento final de cada epopeya, la idea contundente que logra poner a cada sociedad en el espejo de sus propios problemas y encontrar un punto de reflexión que ilumina un cambio cultural.
Con información de Télam