Javier Milei habló este jueves tras el anuncio del Decreto de Necesidad y Urgencia con el que desreguló gran parte de la economía y consideró que quienes salieron a protestar por la noche sufren del Síndrome de Estocolmo. Esto generó inquietud en miles de personas, que se preguntan a qué se refería el Presidente y qué es este fenómeno psicológico paradójico.
Qué es el Síndrome de Estocolmo
Se trata de una respuesta psicológica que se produce cuando los rehenes o víctimas de abuso crean vínculos con sus captores o abusadores. Si bien no se sabe a ciencia cierta por qué ocurre esta paradoja, muchos especialistas consideran este Síndrome como una especie de mecanismo de supervivencia o inclusive una forma que encuentran las víctimas para manejar el trauma de una situación aterradora.
Síntomas del Síndrome de Estocolmo
Por un lado la víctima desarrolla sentimientos positivos hacia la persona que abusa de ella o la mantiene cautiva. En ese sentido, también desarrolla sentimientos negativos hacia cualquier persona que podría intentar ayudarles para alejarla de su captor, e incluso puede negarse a cooperar contra él. Además, la víctima comienza a creer que comparte los mismos objetivos y valores que su captor.
El origen del Síndrome de Estocolmo
El 23 de agosto de 1973, en Estocolmo, Jan Erik Olsson ingresó a un banco en el centro de la ciudad sueca y tomó de rehenes a cuatro personas. Olsson hizo conocer sus exigencias a los policías que acudieron al llamado de alerta: mucho dinero, un vehículo para escapar y que le entregaran a Clark Olofsson, un peligroso criminal sueco que estaba preso.
Si bien no lograron escapar, la policía le cumplió el pedido de liberación de Olofsson y el delincuente se unió a su colega en el banco, donde se hizo cargo de la situación. Una de las rehenes, Kristin Enmark, comenzó a considerar a Olofsson como su amigo y hasta intentó convencer a otro de los retenidos para que colaborara y no opusiera resistencia. Finalmente, la policía ingresó al banco y apresó a los criminales. "Confío plenamente en él, viajaría por todo el mundo con él", aseguró Enmark, que mantuvo contacto con los delincuentes luego de que los apresaran.
Un año después, otro hecho le dio relevancia mundial al Síndrome de Estocolmo. Es que Patricia Hearst, nieta del magnate William Randolph Hearst, fue secuestrada por el ejército Simbionés de Liberación, y luego de dos meses de que la liberaran, se unió a sus captores y los ayudó a robar un banco.