La leche condensada es un delicioso complemento que se puede usar en diversos alimentos, desde el café hasta una variedad de postres. Su sabor dulce y su textura espesa la hacen perfecta para darle un toque especial a tus recetas de cocina. Aunque es fácil encontrarla en los supermercados, hacer leche condensada en casa es una opción excelente para personalizar su sabor y consistencia según tus preferencias.
Para la curiosidad de muchos, la leche condensada es un ingrediente versátil y delicioso que se utiliza en una variedad de recetas y aplicaciones culinarias. Su sabor dulce y su textura espesa la hacen ideal para numerosas preparaciones, tales como helados, postres, salsas y aderezos.
Cómo hacer leche condensada: ingredientes obligatorios
Para preparar leche condensada casera, necesitarás los siguientes ingredientes:
- 400 g de leche en polvo.
- 550 g de azúcar.
- 230 ml de agua.
Si no tenés leche en polvo, podés reemplazarla por 750 ml de leche normal y eliminar el agua de la receta.
Uno por uno, los pasos a seguir para preparar leche condensada
1. Preparar los ingredientes
Colocá todos los ingredientes en una olla o cazo. Si usás leche en polvo, mezclá 400 g de leche en polvo, 550 g de azúcar y 230 ml de agua. Si prefieres usar leche normal, solo necesitas 750 ml de leche y 550 g de azúcar.
2. Calentar la mezcla
Calentá la mezcla a fuego lento, revolviendo frecuentemente para evitar que se formen grumos. Si utilizas leche en polvo, la mezcla al principio será espesa y granulada, pero se irá suavizando conforme se caliente y sigas removiendo.
3. Remover constantemente
Usa una cuchara de madera o unas varillas para remover la mezcla. Es crucial que la mezcla no hierva, ya que el objetivo es integrar bien los ingredientes para obtener la consistencia adecuada. No se debe cocer la mezcla.
4. Ajustar el tiempo de cocción
Si usás leche normal, el proceso será más lento y puede tardar entre 45 minutos y una hora en alcanzar la consistencia deseada. Con leche en polvo, el tiempo de preparación es de aproximadamente 20 a 30 minutos.
5. Lograr la consistencia perfecta
Cuando la mezcla haya alcanzado la consistencia adecuada, retírala del fuego y dejala enfriar. La leche condensada se espesará aún más al enfriarse, por lo que es aconsejable retirarla un poco antes de que alcance la textura perfecta.
6. Almacenamiento
Una vez fría, guardá la leche condensada en tarros con cierre hermético para mantener su frescura. Podés disfrutarla en cualquier momento como complemento para tus postres o bebidas favoritas.
Hacer leche condensada casera es un proceso sencillo que da como resultado un producto delicioso y personalizable. Con estos simples pasos, tendrás leche condensada casera lista para agregar un toque dulce a tus recetas.