Crece la tensión entre el rey Carlos III de Reino Unido y el príncipe Andrés por su negativa a abandonar Royal Lodge, la lujosa casa a menos de cinco kilómetros del castillo de Windsor. A pesar de los intentos del monarca por hacerlo partir, parece que hay un último recurso financiero en juego.
Según una fuente cercana al Jefe de Estado británico, si Andrés no se marcha dentro de un plazo razonable, "el Rey podría verse obligado a reevaluar el apoyo que le proporciona". Esto significaría que el duque tendría que pagar por su seguridad, alojamiento y estilo de vida con su propio dinero, algo que sería insostenible a largo plazo.
Después de la muerte de Isabel II, el príncipe Andrés perdió muchos de sus privilegios y su asignación económica se redujo. A raíz de esto, no pudo hacer frente a los altos costos de mantenimiento de Royal Lodge, una impresionante residencia del siglo XVIII con 30 habitaciones, capilla privada, piscina y una zona separada para el servicio. A pesar de esto, el príncipe insiste en cumplir con los términos del contrato de arrendamiento que firmó en 2003 por 75 años.
Además, el monarca tiene como objetivo trasladar a su hermano a Frogmore Cottage, que anteriormente fue la morada del príncipe Harry y Meghan Markle. La prensa inglesa también especula con la posibilidad de que los príncipes de Gales y sus tres hijos se conviertan en los nuevos inquilinos de Royal Lodge.
“Desafortunadamente, si Andrés no quiere irse dentro de un plazo razonable, el Rey podría verse obligado a reevaluar el apoyo que le proporciona. El duque tendría que pagarlo todo con su dinero: seguridad, alojamiento y estilo de vida, algo insostenible a largo plazo. La tolerancia y la paciencia tienen límites”, explicó una fuente cercana al Jefe de Estado británico al diario The Times.
Tras su retirada de la vida pública en 2019 por su vinculación con el caso Epstein, el príncipe Andrés dejó de recibir dinero público, pero sí conservó una asignación económica de los fondos privados del ducado de Lancaster, unos 283 mil euros al año. No obstante, el padre de las princesas Beatriz y Eugenia perdió gran parte de sus privilegios.
Fin del misterio: se supo quién ocupará el lugar de Kate Middleton
El 15 de junio se llevó a cabo el desfile del Trooping the Colour, un evento histórico que celebra el cumpleaños del Rey Carlos III. Sin embargo, había un gran misterio alrededor de la posible asistencia de Kate Middleton a esta ocasión tan importante. Antes del desfile, se realizará el tradicional ensayo general el sábado 8 de junio, al que asistirá el monarca y una persona se ocupará el lugar de la esposa del príncipe William.
Kate Middleton, que se encontraba en tratamiento contra el cáncer, no estará presente en el ensayo general y todavía no hay confirmación de si asistirá a la gran ceremonia. Cabe destacar que la princesa tiene el rango honorífico de Coronel en Jefe de la Guardia Irlandesa, lo que hace que su presencia en el ensayo sea muy común.
En caso de que la princesa no pudiera asistir, se designó al general James Bucknall como su reemplazo para la "Revisión del Coronel". Esta decisión fue anunciada por la casa real británica, dejando claro que están preparados para cualquier eventualidad.
El Trooping the Colour es un evento importante en el calendario real, y la posible ausencia de Kate generó incertidumbre entre los seguidores de la realeza. Habrá que esperar para conocer la decisión final y ver si la princesa puede acompañar al Rey Carlos III en este importante día.
Middleton permanece alejada del foco y apartada de los compromisos reales desde que el pasado 22 de marzo anunció que padece cáncer. La princesa se encuentra en tratamiento de quimioterapia preventiva y todavía se desconoce cuándo se producirá su esperada reaparición.
Quien ya está confirmado no faltará será el rey Carlos III, que pese a estar sometiéndose también a un tratamiento contra el cáncer, retomó su agenda, aunque su situación médica obliga a adaptar las condiciones de algunos de sus compromisos. Aunque habrá un cambio significativo con respecto al del año pasado.
En 2023, el rey de Reino Unido desfiló montando un caballo, algo que no ocurría desde que su madre, Isabel II, hizo lo propio en 1986. Pero en esta ocasión está previsto que esté acompañado de su esposa, la reina Camila, en un carruaje Ascot Landau, el mismo que utilizaron Harry y Meghan el día de su boda para recorrer las calles de Windsor y saludar a la ciudadanía.