Cuando Ghislaine Maxwell abandone la corte federal de Manhattan al final de cada día en su próximo juicio por abusos sexuales, la 'socialité' británica regresará a una celda de la cárcel de Brooklyn que, según ella, está plagada de alimañas y huele a aguas residuales.
Desde su arresto en julio de 2020 acusada de llevar a niñas menores de edad para que el financiero Jeffrey Epstein -ahora fallecido- abusara sexualmente de ellas, Maxwell ha estado recluida en aislamiento en el Centro de Detención Metropolitano, una cárcel donde las condiciones son deficientes, según varios abogados defensores.
Maxwell ha dicho que se han filtrado aguas residuales en su celda, que le dieron comida enmohecida y fue privada de agua, y que los guardias apuntaban sus linternas hacia ella por la noche, según documentos judiciales. Su abogada, Bobbi Sternheim, comparó su celda a la de Hannibal Lecter, muy lejos de la vida de lujo de Maxwell previa a su arresto.
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Maxwell se refirió a las condiciones carcelarias en tres de sus cuatro solicitudes de fianza, todas denegadas por la juez de distrito Alison Nathan por su riesgo de fuga. Estos rechazos fueron confirmados dos veces en apelación.
Maxwell se declaró inocente de seis cargos de tráfico sexual y otros delitos. La selección del jurado está en marcha y las declaraciones de apertura están programadas para el 29 de noviembre.
La estrecha vigilancia sobre Maxwell se debe a que Epstein se suicidó en 2019, a los 66 años, en su celda en el Centro Correccional Metropolitano de Manhattan.
Los fiscales acusaron a dos responsables de controlar a Epstein de estar navegando en la web, tomar siestas y manipular documentos para que pareciera que lo estaban observando. En mayo, los guardias admitieron haber falsificado registros, pero evitaron ir a la cárcel.
Los fiscales han dicho que la vigilancia de Maxwell es apropiada debido a preocupaciones de seguridad, que está "físicamente sana" y que tiene más tiempo que otros reclusos para revisar las pruebas.
Aún así, Sternheim calificó su detención como "demasiado restrictiva". "Sus condiciones de confinamiento impiden mucho su capacidad para prepararse para el juicio, impactan de forma negativa en su salud y comprometen su resistencia para soportar los rigores del juicio", escribió Sternheim en una presentación del 9 de noviembre.
Un portavoz de la Oficina de Prisiones se negó a comentar sobre las condiciones de Maxwell, pero dijo que está comprometido con la seguridad de los reclusos y se toma en serio las acusaciones de mala conducta del personal. La oficina de la fiscalía del Distrito Sur de Nueva York declinó hablar.
(Editado en español por Carlos Serrano)