Un impresionante cráter en la República de Sajá, Rusia, no deja de aumentar su tamaño y enciende las alarmas en el gigante euroasiático.
Se trata de una estructura geológica ubicada en los Montes Cherski que crece a la impresionante velocidad de 30 metros por año y mantiene preocupada a la población. El fenómeno es de un valor científico inmenso, sin embargo también preocupa por futuros daños que pueda causar.
El investigador de la Facultad de Geología de la Universidad Estatal de Moscú Vladimir Sívorotkin señaló que el cráter tiene un kilómetro de largo, 800 metros de ancho y unos 100 metros de profundidad, según los estudios.
En declaraciones al periódico ruso Vechérnyaya Moskvá, el científico explicó que depende del modo en que actúa el permafrost con el medio ambiente. Al ser una "formación tierna", sufre las altas temperaturas del verano y la deforestación.
La formación se dio por los efectos que se producen en el termokarst, una superficie donde las capas superiores se descongelan y destruyen. De esa forma el agujero va quedando a la vista.
Debido al calentamiento global en el Ártico, que produce focos de calor anormales en el área, se genera más termokarst, favoreciendo el crecimiento de cráter. El crecimiento de la Puerta del Infierno parece imparable. Para Sívorotkin, el proceso continuará a menos que se fortalezcan las paredes con algún método.