La tundra de Siberia está, literalmente, explotando. Un curioso fenómeno que deshace el permafrost y libera gases internos de la superficie terrestre provoca que se den casos tan fascinantes como este. En las últimas semanas en una de las zonas más frías de Siberia un enorme cráter de 50 metros de profundidad ha aparecido "de la nada". Y efectivamente, el cambio climático tiene gran parte de la culpa.
Científicos del Centro Ruso para el Desarrollo de Tierras Árticas están estudiando un cráter "del tamaño muy grande" formado por una erupción de gases en medio de tundra en la península de Yamal (Rusia), según informaron en un comunicado este martes desde la institución.
Se trata del 17° cráter de este tipo que se descubre en Siberia desde el año 2014. Representan los restos de pingos, o las colinas que se forman debido a la alta presión de gases en cámaras subterráneas en las condiciones de permafrost, capa de suelo que siempre está congelada.
Cuando la tensión supera 12 atmósferas, una fuerte corriente rompe la capa de tierra congelada y hielo lanzándola a una distancia de cientos de metros, dejando un embudo redondo en el lugar de la colina.
Según el comunicado, el 17.º cráter está en "condiciones perfectas", por lo cual los investigadores podrían hacer un análisis detallado de este fenómeno natural.
En 2018, el estudio de un cráter similar, de una profundidad máxima de 52 metros y unos 25 metros en diámetro, ayudó a los científicos explicar el origen de estos embudos y desmentir algunas teorías sobre su formación, como la caída de un meteorito.
Otra "puerta del infierno"
Este fenómeno se suma a otro impresionante cráter en la República de Sajá, Rusia, que no deja de aumentar su tamaño y enciende las alarmas en el gigante euroasiático.
Se trata de una estructura geológica ubicada en los Montes Cherski que crece a la impresionante velocidad de 30 metros por año y mantiene preocupada a la población. El fenómeno es de un valor científico inmenso, sin embargo también preocupa por futuros daños que pueda causar.