Sorpresa en el tango por los “errores” de Carlos Gardel que reveló Homero Manzi

El famoso poeta se sintió honrado cuando Gardel grabó un par de sus tangos y milongas. Pero tambièn reveló los "errores" que cometía al cantarlas.

06 de enero, 2025 | 17.18

El tango y los amantes del género musical no salen de su asombro por los “errores” que descubrió y reveló el letrista Homero Manzi sobre el cantor Carlos Gardel. Pero además de analizar la curiosa forma de entonar del Zorzal Criollo, el poeta le hizo un fuerte reclamo en relación con el cine y cuestionó los motivos por lo cuales no volvió a trabajar en Argentina luego de alcanzar la fama mundial con sus películas.

El famoso compositor Homero Manzi escribió Milonga Sentimental en 1931 y Milonga del 900 en 1932, ambas con música de Sebastián Piana. En esa época ya llevaba varios años plasmando sus poesías en letras de tangos que se convirtieron en himnos. Sin embargo, la posibilidad de que dos de sus canciones fueran grabadas por Gardel lo entusiasmaba mucho. Fue José Razzano, colega y amigo del Zorzal Criollo, quien le acercó las piezas.

Pero el resultado no fue el esperado por Manzi cuando escuchó la grabación. “Gardel tenía una mente privilegiada, así que leyó la letra de las dos milongas y las memorizó de una. Después entró al estudio medio de apuro, porque tenía que irse de viaje”, repasó Homero Manzione, nieto del compositor. Además, en diálogo con Infobae, señaló: “Y bueno, en uno de los temas hubo dos errores mínimos, que aunque no cambian en absoluto la belleza de su interpretación, quedaron para la historia”.

Estas “perlitas” de Gardel pasan inadvertidas para la mayoría de los amantes del tango, aunque si se presta mucha atención, en una estrofa de Milonga del 900 se perciben furcios. En lugar de decir la palabra “después”, Gardel pronuncia “dispués”. Luego, donde debería decir “no hay nada peor que un encono”, se escucha algo así como “no hay piosa quior que un encono”.

“No me gusta el empedra’o/Ni me doy con lo moderno/Descanso cuando ando enfermo/Y después que me he sana’o/La quiero porque la quiero/Y por eso la perdono/No hay nada peor que un encono/Para vivir amarga’o”, reza la letra escrita por Homero y a la que el Morocho del Abasto le selló su toque personal.

El fuerte cruce de Homero Manzi a Carlos Gardel por el cine argentino

Por otra parte, en 1934, Manzi publicó un artículo en la Revista Antena al que tituló: “El error de Gardel”. Sin embargo, lejos de hablar de estos problemas de pronunciación en la grabación de una de sus milongas, se refería a la insistencia del artista de seguir filmando en el extranjero, cuando el cine nacional estaba en pleno crecimiento. Era una suerte de “reproche”, que quienes acompañaban al cantante por aquellos años no veían con buenos ojos.

“Gardel es un gran artista sin ningún control de sus condiciones ni de su destino. Vive y triunfa con la complicidad de Dios. De ese Dios que le dio simpatía, magnífica voz, juventud eterna y suerte. Porque él ha hecho todo lo posible para dificultarse el éxito. Ha triunfado a pesar de él”, castigó el letrista y agregó: “Su primera película ‘Luces de Buenos Aires’ era una cosa absurda, donde hacía de gaucho melancólico”. “Bastó que cantara ‘Tomo y obligo’ para que la película recorriera triunfante el mundo de habla española”, completó. 

El famoso letrista Homero Manzi publicó un artículo sobre “El error de Gardel” y lo cuestionó por sus películas en Estados Unidos.

Lo mismo sucedió con ‘Melodía de arrabal’, donde dos tangos salvaron los miles de metros rodados en cafetines marselleses y callejones de difícil filiación geográfica”, sumaba el texto firmado por Homero y remarcaba: “Ahora pasa lo mismo y esta reincidencia es la que me lleva a decir cuatro cositas que capitulo como ‘Errores de Carlos Gardel’. El primer error de Gardel es su debilidad por Alfredo Le Pera”. 

Más adelante, Manzi es más contundente: “Otro error de Gardel es ir a Francia o a Nueva York a filmar películas, cuando ni económicamente se beneficia con ello. En esas películas tiene que actuar en ambientes arbitrarios y con la colaboración de artistas insignificantes que reducen el marco de su acción. Con este espejismo Gardel está retrasando el progreso de la cinematografía nacional, ya que los filmadores extranjeros, al contratarlo, nos escamotean al astro de mayor arrastre de la lengua castellana”. 

En esa línea planteó lo que hubiera significado Gardel en el cine argentino: “Es que los yanquis saben que el centro cinematográfico del mundo español vendrá a pasar a nuestras manos fatalmente. Por eso se apuran en rodar a Gardel para contrarrestar el éxito de ‘Riachuelo’ y de las películas que están en preparación. ‘Riachuelo’ ha reportado a Argentina Sono Film una fortuna. Bueno, si en dicha película hubiera figurado Gardel, el triunfo no puede calcularse. Y él mismo pudo haber ganado una suma cuantiosa e insospechada”. 

“Es que para Carlos Gardel, en mérito de sus triunfos, la crítica se vuelve muy mesurada y no le dice las cosas por su nombre, aunque sea doloroso. Por eso él se va afianzando cada vez más en sus errores y ya ha llegado a un punto en que todo le parece permitido”, lamentó Manzi. “Pero a pesar de todo Gardel triunfa, y su triunfal simpatía malevona se agranda con justicia. Y en materia de canto está mejor que nunca. A pesar de los años. A pesar de las copas y los naipes. A pesar de todo lo que dijimos anteriormente. Es que Gardel tiene eso que los españoles llaman ‘el ángel’. Eso que está más allá del bien y del mal. Eso que sólo puede desconocer quien escriba con la fría función analítica de Homero Manzi”, confesó.

Lamentablemente, un año más tarde, el 24 de junio de 1935, Gardel moría a los 44 años en un accidente aéreo ocurrido en Medellín, Colombia. En ese marco, el poeta recurrió a su pluma para despedirlo: “Llorar a un cantor es una muestra de romanticismo popular. Y esto no lo podemos destruir con preconceptos, que en el fondo son el producto de una civilización literaturizada, alejada del calor y de la vitalidad popular”.