El reconocido portal space.com reveló que en las próximas horas de este miércoles 19 de abril un satélite "muerto" de la NASA chocará contra la Tierra. Se trata de un dispositivo que la agencia espacial estadounidense lanzó hace más de dos décadas para estudiar el Sol y en el 2018 dejó de operar. Qué peligros puede traer esta colisión.
La NASA y el Ejército de Estados Unidos indicaron que durante el transcurso del miércoles 19 de abril el satélite RHESSI (abreviatura de “Reuven Ramaty High Energy Solar Spectroscopic Imager”) se estrellará contra la Tierra. Sin la posibilidad de confirmar el horario en el que sucederá la colisión, sí se sabe que el dispositivo pesa unos 270 kilogramos.
Lanzado en febrero del 2002 a la órbita terrestre baja a bordo de un cohete, RHESSI tuvo como objetivo estudiar las erupciones solares. Durante su vida útil, que concluyó en el 2018, el satélite registró más de 100 mil eventos de rayos X y sus observaciones permitieron a los científicos analizar la aceleración de partículas y el fenómeno del Sol.
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Qué peligros hay por la caída del satélite
Al tratarse de un dispositivo de 270 kilogramos, RHESSI no se destaca por su gran volumen. Si a eso se le suma el hecho de que la mayor parte del satélite se convertirá en cenizas y vapor en su traspaso a la Tierra, lo cierto es que el riesgo de daño para las personas es bajo.
"Se espera que algunos componentes de satélite sobrevivan en su reingreso", detallaron los especialistas, al tiempo que calcularon que el riesgo para la gente es de 1 en 2467 que sufran algún tipo de daño. Pese a no significar un peligro en sí, RHESSI es un recordatorio de que la órbita terrestre está colmada de basura espacial.
Sistemas de vigilancia advierten que más de 30 mil piezas de desechos en órbita son una problemática que no deja de expandirse, ya que muchos de estos objetos son muy pequeños como para poder controlarlos. La Agencia Espacial Europea revela que alrededor del planeta hay un millón de objetos de entre 1 y 10 centímetros de ancho, mientras que hay más de 130 millones de desechos menores a un milímetro.
El daño que estos pequeños fragmentos pueden provocar está marcado por la tremenda velocidad que alcanzan: 28 mil kilómetros por hora. Si golpean un satélite o una nave espacial tripulada en la órbita terrestre baja, pueden provocar daño serio.