Cada 29 de septiembre se celebra el Día Mundial del Corazón, con el objetivo de concienciar sobre las enfermedades cardiovasculares, su prevención, control y tratamiento. Estas enfermedades son la principal causa de muerte en el planeta y este año, con la pandemia del coronavirus, han surgido cada vez más publicaciones en revistas científicas que alertan acerca de la posibilidad de mayores complicaciones cardíacas en pacientes afectados por el virus.
El coronavirus puede dañar otros órganos del cuerpo además de los pulmones, incluido el corazón: el COVID-19 puede tener un impacto prolongado sobre la salud del corazón en quienes se han recuperado de la enfermedad y también puede haber causado una infección cardíaca en las personas fallecidas.
Desde la Federación Mundial del Corazón (WHF) emitieron un comunicado en el que afirman que "la pandemia de COVID-19 está creando una tormenta perfecta para el corazón" por tres motivos:
Primero, las personas con COVID-19 y enfermedades cardíacas se encuentran entre las que tienen mayor riesgo de muerte y de desarrollar enfermedades graves. En segundo lugar, después de los ataques del virus, el corazón podría verse afectado negativamente incluso en personas sin afecciones cardíacas previas, lo que podría provocar daños a largo plazo. Por último, el miedo al virus ya ha provocado una fuerte disminución de las visitas al hospital de pacientes cardíacos para recibir atención de rutina y de emergencia.
Qué revelan los estudios
Un estudio de 69 países, financiado por la Fundación Británica del Corazón (BHF), encontró que el 55 por ciento de los 1.261 pacientes estudiados tenían cambios anormales en la forma en que su corazón latía, y alrededor de uno de cada siete mostraba evidencia de disfunción severa.
La mayoría (901 pacientes) nunca habían sido diagnosticados con problemas cardíacos antes, lo que llevó a los científicos a concluir que el COVID-19 en sí mismo puede afectar seriamente al corazón y manifestaron la necesidad de investigar y entender los daños que provoca el coronavirus para poder brindar una mejor atención a los pacientes afectados.
Otro estudio, publicado en la revista JAMA Cardiology, que incluyó a 100 pacientes recientemente recuperados de COVID-19 reveló la afectación cardíaca en 78 pacientes e inflamación miocárdica en curso en 60 pacientes, que fue independiente de las condiciones preexistentes, la gravedad y el curso general de la enfermedad aguda, y el tiempo desde el diagnóstico original.
Para comprender mejor la relación entre la enfermedad cardiovascular y COVID-19, desde la Federación Mundial del Corazón (WHF) iniciaron un estudio global que tiene como objetivo describir mejor los resultados cardiovasculares e identificar los factores de riesgo cardiovascular asociados con complicaciones graves y muerte en pacientes hospitalizados con COVID-19. Este estudio ya está en marcha en Argentina, Bosnia y Herzegovina, Brasil, Ghana, India, Irán, Japón, Kenia, Nigeria, Pakistán, Portugal, Sudáfrica y Sudán. Se espera que se publiquen datos preliminares a fines de 2020, con un análisis completo en 2021.