La Reserva Ecológica Municipal Laguna Nimez, un humedal y reservorio de flora y fauna a orillas del Lago Argentino y muy cerca de la ciudad santacruceña de El Calafate, fue visitada el primer trimestre de este año por más de 11.500 personas.
Se trata de la segunda reserva natural que fue creada en el país, en 1986, mientras que la primera fue la reserva ecológica, que data de 1970, y que fue declarada Parque Natural y zona de protección en 1980.
Ubicada a tan solo 1 km del centro de la ciudad de El Calafate, para cualquier visitante es posible, incluso, llegar caminando para disfrutar de este sitio ideal para la observación de aves, con una gran variedad de ejemplares, pero también con una asombrosa vegetación.
Este contenido se hizo gracias al apoyo de la comunidad de El Destape. Sumate. Sigamos haciendo historia.
Durante enero, febrero y marzo ingresaron a la Reserva 11.519 personas, pero en enero, con 4719 visitantes, se registró la cifra histórica de visitantes, casi duplicando la anterior cifra histórica de 1992 visitas, registrada en enero del 2020.
De ese total de más de 11.500 personas, 5.814 fueron adultos y 915 de menos de 18 años, a la vez que la mayor cantidad de los visitantes provino de Buenos Aires (8657), seguido por Santa Fe (1044) y Córdoba (691).
A la vez que 9031 visitantes fueron argentinos y 2488 extranjeros, cuya procedencia mayoritaria fue de Estados Unidos, Francia y Brasil.
Durante un recorrido que Télam realizó por el lugar, los ojos se colmaron con una acuarela de colores y se deleitaron con la actividad de aves de distintas especies, que, al igual que los visitantes, desafiaban el fuerte viento y el intenso frío.
Existen alrededor de 80 especies de aves desperdigadas en el predio de 35 hectáreas, que regalan al turista un hermoso espectáculo gracias a la belleza, el colorido y la gracia que las caracteriza.
Algunas de las más conocidas son los flamencos, los cauquenes, los cisnes de cuello negro, las bandurrias, los teros y los patos, una avifauna acompañada por la vegetación típica de la región de estepa patagónica, que en esta época del año muestra toda su paleta de tonos.
En el año 2001 las autoridades municipales llegaron a un acuerdo con la Universidad Nacional de la Patagonia Austral a fin de que esta casa de estudios tomara a su cargo la administración de la reserva.
Esta iniciativa permitió que las actividades dentro de la Reserva comenzaran a ser supervisadas, y se procedió al cuidado del predio, así como también a la instalación de infraestructura básica.
La reserva está incluida entre las áreas importantes para la conservación de las aves en la provincia de Santa Cruz.
Josefina Ramos es una de las guías que recibe a los visitantes, se encarga de la comunicación y la estadística, y con una amabilidad insuperable explicó que "la vegetación de la reserva es típica de la estepa patagónica, compuesta por pastizales de festuca con algunas variedades de berberis y senecio", y detalló que la zona de la reserva "a menudo están cubiertas por el agua de las crecientes del Lago Argentino", vecino del predio.
Dijo que de acuerdo a distintos censos realizados "se han detectado alrededor de 80 especies, incluso algunas que solo utilizan el lugar transitoriamente en su migración".
La guía turística detalló que "existen registros de avistajes de macá común y grande, variedad de patos, como el cabeza negra, el zambullidor grande, el zambullidor chico, el overo, el colorado, el cuchara, el crestón, el maicero y el barcino".
"Además -agregó- variedad de cisnes coscoroba y cuello negro y congregaciones de ejemplares de flamenco austral, quiulas patagónicas y en menor medida el chorlo ceniciento".
Además, sostuvo que "hemos encontrado muchas variedades de pequeños pájaros cantores, entre los que se encuentran el pico de plata, el fiofío silbón, la calandria mora, el varillero ala amarilla, el comesebo patagónico y el andino y además de aves acuáticas, se relevaron especies de aves terrestres también, ya que aprovechamos a censar todas las especies del humedal".
Se puede llegar a la laguna a pie o en auto desde el centro de la ciudad y realizar el circuito de manera particular, ya que es autoguiado, y tiene una duración de 1,30 hora.
En el lugar existe un Centro de Informes donde se puede acceder a folletos explicativos bilingües (español e inglés) acerca de las características particulares de cada especie y su relación con el ecosistema, y dos Observatorios de aves.
En este ambiente ecológico se diseñó un circuito educativo con senderos y carteles que recorren un poco más de 2.500 metros y permite llegar hasta la costa natural del Lago Argentino y la Bahía Redonda para obtener una hermosa vista del lago y la ciudad de fondo.
La reserva posee asimismo buenos puntos panorámicos que permiten observar cómo se alimentan las aves, y en las noches de verano es ideal para pasear por el lugar, mientras que en invierno el espejo de agua se convierte en una pista natural de patinaje sobre hielo.
Para Carmen y Gabriela, dos mujeres oriundas de Buenos Aires, el paseo resultó "increíble", ya que pudieron "no solo observar aves magníficas en su hábitat natural, sino realizar una caminata respirando aire puro en un ambiente protegido.
"Pudimos alquilar binoculares y observar muy de cerca a la fauna", detalló Gabriela.
En tanto, Diego y Selene, con sus hijas Analía y Maura, acabaron de realizar el circuito y, pese a llegar hasta el puesto de informes un poco cansados, se mostraron exultantes.
"Es precioso todo lo que se ve y nos sorprendió todo lo que vivimos en estas casi dos horas que nos ocupó la caminata ", exclamó Selene, corroborado por sus hijas que asentían sonrientes por el impacto del paisaje.
"Nos hablaron de la Laguna -continuó- y vinimos porque teníamos un rato libre antes de una excursión que tenemos a la tarde, pero no pensábamos que era tan magnífico".
Con información de Télam