Revolución en la microbiología: descubren una bacteria que se ve a simple vista

Thiomargarita magnifica mide casi un centímetro de longitud y fue hallada entre hojas podridas de árboles que habitan las aguas de Guadalupe en el mar Caribe.

03 de julio, 2022 | 10.52

Biólogos descubrieron la bacteria unicelular más grande del mundo. Su nombre es Thiomargarita magnifica y mide más de nueve mil nanómetros, algo que equivale a casi un centímetro. Debido a su tamaño, se puede observar sin la necesidad de usar equipos especiales. Aunque fue encontrada por primera vez en 2009, pasaron casi diez años para que pueda ser analizada en profundidad y confirmarse la novedad. Los hallazgos, que fueron publicados en la revista Science, rompen con todos los esquemas de la microbiología porque escapa a las definiciones básicas sobre bacterias, algo invisible al ojo desnudo.

El nombre Thiomargarita magnifica se debe a su parecido filogenético con Thiomargarita namibiensis, la bacteria más grande descubierta anteriormente, que mide 750 micrómetros, lo que equivale a 0,75 milímetros. Magnifica mide casi diez mil micrómetros, por eso la denominación de la nueva bacteria.

En diálogo con esta Agencia de Noticias Científicas de la UNQ, Danay Valdés, docente e integrante del Laboratorio de Microbiología Molecular de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ), destaca que “esta bacteria es una revolución porque rompe con todos los moldes que se tenían establecidos. Thiomargarita magnifica quiebra el paradigma de la microbiología y los conceptos que damos en la primera diapositiva de la materia. Siempre se dice que son organismos microscópicos que para observarlos es necesario un equipo porque no se advierten a simple vista”.

Una bacteria muy especial

Las bacterias son organismos que generalmente no pueden mirarse sin instrumentos específicos, pero que se autoalimentan y tienen la capacidad de reproducirse para aumentar su población. Suele suceder que se agrupan de diversas formas y generan comunidades que hasta pueden llegar a tener el tamaño de una persona. Pese a que Thiomargarita magnifica parecía un cúmulo de bacterias encadenadas, se trataba de una sola con dimensiones nunca antes vistas.

Valdés cuenta que, además de su tamaño, también se destaca por tener millones de cromosomas bacterianos en todo el citoplasma. A diferencia de las otras, Magnifica tiene una membrana plasmática que la rodea y envuelve el material hereditario. “Casi ninguna bacteria tiene una membrana plasmática que las recubra. Dentro de esas vacuolas en forma de pepino asociadas a la membrana plasmática que rodea a esta gran bacteria, junto con el material hereditario hay ribosomas, una estructura que tienen las células encargadas de sintetizar proteína. Esto es único, nunca antes visto”, sostiene la científica.

Si bien se pudo tener la secuencia de su genoma completo, el estudio se dificulta porque no se logró aislarla de su ambiente natural. De manera que todavía no se elaboró un medio de cultivo que satisfaga las necesidades nutricionales de Magnifica en el laboratorio. “Si está mezclado con otras bacterias, no sabemos si lo que estamos detectando es de Thiomargarita magnifica o el resultado de un consorcio en donde hay otras bacterias. Por eso, en los laboratorios de microbiología necesitamos aislarla”, subraya Valdés.

Nuevos desafíos para la ciencia

A pesar del descubrimiento, Thiomargarita magnifica abre un espectro de nuevas preguntas para la microbiología que antes no se habían realizado. En este sentido, la investigadora de la UNQ señala: “Hay muchísimo por hacer desde el punto de vista del estudio morfológico. El tener el genoma completo secuenciado te ayuda mucho pero hay que sentarse a analizar todo eso: qué significa, dónde se ubica, a quién se parece, cerca de quién vive y cómo se dio lugar a todo eso. Además te hace preguntarte cuántas bacterias excepcionales y distintas deben estar esperando que las descubramos”.

Thiomargarita magnifica rompe con el esquema del tamaño porque es gigantesca. Que una bacteria pueda analizarse sin instrumentos especiales era imposible para la microbiología. Además, es como si fueran muchas bacterias pequeñas dentro de una más grande ya que tiene muchísimas copias de su ADN. “Hay que hacer muchos ensayos y replantear los conceptos. Esta bacteria nos saca del esquema de lo microscópico pero hay mucho por estudiar. Seguramente nos sorprenda con características nutricionales muy distintivas, pero hasta que no se pueda aislar y obtener como un cultivo puro, habrá que esperar para nuevos hallazgos”, cierra Valdés.

Por: Nicolás Retamar

Con información de la Agencia de Noticias Científicas