La ONU alertó hoy que hay 121 millones de embarazos no deseados, es decir, que uno de cada dos embarazos se produce en el cuerpo de personas que no eligieron la maternidad y puntualizó además que el 60% de esos embarazos terminan en aborto. El organismo destacó que esta es una crisis "invisibilizada" que debe ser atendida con educación sexual y con un cambio en la mirada para que las mujeres y niñas empiecen a ser consideradas más allá de sus capacidades reproductivas.
"Debemos escuchar a las mujeres y hacernos eco de sus pedidos", dijo el director regional del Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), Harold Robinson, en una conferencia de prensa virtual para periodistas de América Latina.
A su turno, la doctora Virginia Camacho, Asesora Técnica Regional de Unfpa, aclaró que "este no es un informe sobre el aborto ni sobre la maternidad". "Este es un informe sobre si el mundo valora a las mujeres y las niñas más allá de sus capacidades productivas", enfatizó.
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En ese sentido, explicó que el planteo que debe hacerse está relacionado con lo que pasa antes del embarazo: la información que no se recibe y los anticonceptivos que no se usan, así como la desinformación y hostilidad que "socava la propiedad de las mujeres sobre sus propios cuerpos".
Además, señaló que el costo incalculable de esos embarazos no deseados es intergeneracional. Los embarazos no deseados pueden conducir al abandono de los estudios o del trabajo, tienen mayor riesgo de depresión posparto, pueden traer problemas de salud tanto a las madres como a los hijos y es una de las principales causas de morbilidad y muerte materna.
Para los investigadores, el daño real a la calidad de vida es incalculable.
Por otro lado, Camacho destacó que, a nivel mundial, la tasa de embarazos no deseados se ha reducido en los últimos 30 años y que un estudio del Instituto Guttmacher descubrió que las altas tasas de embarazos no deseados están relacionadas con los niveles más bajos de desarrollo social y económico.
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En ese sentido, destacó que la cuestión no puede reducirse a la responsabilidad personal, la moral o el comportamiento, también se trata de tomar decisiones políticas y de desarrollo nacional. "Hay tantas catástrofes en el mundo, pero no podemos dejar de lado los derechos de las mujeres y las niñas", afirmó.
Subrayó que los embarazos no intencionales a nivel mundial son no solo una cuestión personal para las mujeres afectadas, sino que es una cuestión de salud, de derechos humanos, de desarrollo y también de desarrollo sostenible. Por eso, instó a los países a priorizar la prevención reduciendo la desigualdad de género, garantizando el acceso a anticonceptivos y atención de calidad de la salud sexual y reproductiva, acceso a educación sexual a lo largo de toda la vida.
"Debemos garantizar el empoderamiento de mujeres y niñas para que puedan decidir sobre sus cuerpos", aseveró.