Este lunes, 23 de septiembre, la Iglesia Católica celebra a San Pío, popularmente conocido como el Padre Pío, un fraile franciscano italiano, que recibió los estigmas de Jesucristo y se convirtió en un modelo de entrega y sufrimiento. Este humilde franciscano italiano llevó las llagas de Cristo en su cuerpo, siendo llamado "el crucificado sin cruz". A través de sus padecimientos, buscó cargar los dolores y sufrimientos de la humanidad caída.
Francesco Forgione, conocido como el Padre Pío, nació el 25 de mayo de 1887 en Pietrelcina, Campania, Italia. Desde temprana edad, Francesco tuvo una estrecha relación con Jesús y la Virgen María, quienes se le aparecieron en visiones. Con 15 años, ingresó al convento franciscano de Morcone, donde recibió su formación y donde comenzaron sus intensas experiencias espirituales y visiones.
Después de ser ordenado sacerdote en 1910, el Padre Pío fue enviado a su ciudad natal, Pietrelcina, para recuperarse de una enfermedad. En 1916, fue trasladado al monasterio de San Giovanni Rotondo, donde finalmente se le manifestaron los estigmas de Jesús en sus manos, pies y costado. A pesar de enfrentarse a la incomprensión y el odio, San Pío llevó sus dolores con humildad y se convirtió en un confesor único, capaz de leer los corazones y las conciencias de quienes se acercaron a él en busca de perdón.
El Padre Pío también se destacó por su preocupación por los más necesitados. En 1940, convenció a sus amigos para fundar un hospital que ofreciera atención médica y espiritual a los enfermos. Así nació la "Casa Alivio del Sufrimiento", inaugurada en 1956, donde sanaron tanto los cuerpos como las almas de las personas necesitadas.
Pío dejó una profunda huella en el futuro papa Juan Pablo II. Durante una confesión, el Padre Pío profetizó que Karol Wojtyla llegaría a ser Papa. San Juan Pablo II expresó su admiración por San Pío y lo consideró un "generoso dispensador de la gracia divina". Su amistad demostró que no era un confesor riguroso, sino todo lo contrario, un confesor misericordioso y comprensivo.
El Padre Pío falleció el 23 de septiembre de 1968, dejando un legado de amor, sufrimiento y misericordia. Durante su canonización, el papa Juan Pablo II afirmó que la oración y la caridad eran la síntesis de la enseñanza de San Pío. Su vida extraordinaria nos enseña que incluso en lo ordinario podemos encontrar la santidad, pagando amor con amor y sirviendo a los demás.
Oración al Padre Pío
Bienaventurado Padre Pío, testigo de fe y de amor. Admiramos tu vida como fraile Capuchino, como sacerdote y como testigo fiel de Cristo. El dolor marcó tu vida y te llamamos "Un crucificado sin Cruz.
El amor te llevó a preocuparte por los enfermos, a atraer a los pecadores, a vivir profundamente el misterio de la Eucaristía y del perdón.
Fuiste un poderoso intercesor ante Dios en tu vida, y sigues ahora en el cielo haciendo bien e intercediendo por nosotros.
Queremos contar con tu ayuda. Ruega por nosotros.
Lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Santoral del 23 de septiembre
- Santa Tecla de Seleucia
- San Adamnano de Hy
- San Andrés Fournet
- San Constancio de Ancona
- San Lino papa
- San Sosso de Misena
- Beata Bernardina Jablonska
- Beata Elena Duglioli Dall’Olio
- Beato Guillermo Way
- Beato José Stanek
- Beata María Emilia Tavernier
- Beato Pedro Acotanto
- Beato Vicente Ballester Far