Este domingo, 6 de octubre, la Iglesia Católica celebra a San Bruno de Colonia, sacerdote de origen germánico y fundador de la orden de los Cartujos. Nació alrededor del año 1030 en Colonia, Bruno destacó como un excelente alumno, especialmente en los estudios sobre la Sagrada Escritura.
A los 26 años, Bruno se convirtió en el director de la Escuela de la catedral de Reims. Sin embargo, tiempo después, sintió la vocación monástica y buscó un lugar solitario donde llevar una vida eremítica. Con algunos seguidores, entró en contacto con Hugo de Grenoble y así se desarrolló su vocación, dando origen a la orden de los Cartujos. Es considerada como un modelo de contemplación y penitencia. Sus monjes llevan una vida austera y penitente, viven en silencio perpetuo y se abstienen de consumir carne y bebidas alcohólicas.
Durante su vida, San Bruno recorrió Alemania, Francia e Italia, siendo testigo de un período de gran agitación en Europa. Desde sus primeros años, Bruno enfrentó la corrupción y el comercio de oficios eclesiásticos conocido como simonía, lo que despertó en él un fuerte rechazo hacia la hipocresía del mundo eclesiástico.
A medida que su reputación creció, San Bruno se encontró en medio de una disputa por el puesto de obispo de Reims. A pesar de ser el candidato natural, otro individuo al que Bruno había acusado de simonía fue elegido. Esto causó tensiones y, finalmente, tuvo que huir de la ciudad. Durante este período, tomó la decisión radical de abandonar el mundo secular y buscó una vida de mayor espiritualidad.
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Después de pasar un tiempo en la ermita de Molesme bajo la guía de San Roberto, Bruno sintió que Dios lo llamaba a un lugar diferente. Junto con seis compañeros afines, se acercó al obispo de Grenoble, quien les otorgó tierras inhóspitas y vírgenes en Chartreuse, a una altitud de casi 1200 metros. Allí, Bruno y sus compañeros comenzaron a construir chozas de paja en las que vivirían, así como una iglesia de piedra para la adoración.
En este lugar aislado, Bruno encontró la felicidad. Pasó sus días en silencio y recogimiento, comunicándose solo con Dios a través de la oración y la contemplación. Aunque la vida comunitaria estuvo presente, se mantuvo al mínimo. Lo que Bruno y sus compañeros no sabían en ese momento era que estaban dando origen a una nueva forma de vida monástica: los monjes cartujos. Aunque Bruno escribió muchas cartas y reflexiones, fue su sucesor, Guigo, quien finalmente redactó la Regla de la Orden.
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Después de solo seis años desde la fundación de la Cartuja, Bruno fue llamado a Roma por uno de sus antiguos alumnos, quien se convirtió en el papa Urbano II. Aunque le costó abandonar su vida monástica, Bruno acudió al llamado del Papa y se dirigió a Roma. Sin embargo, su estancia en la ciudad duró solo unos meses antes de que pudiera ser transferido a Calabria, gracias a la intervención divina. Allí, Bruno recibió un hermoso bosque en la localidad de Torre, donde construyó una nueva comunidad eremítica. Hoy en día, la ciudad lleva su nombre en honor a él: Sierra San Bruno.
Bruno pasó los últimos años de su vida en Sierra San Bruno, viviendo como siempre había deseado: en penitencia constante, caridad y oración contemplativa. Falleció en 1101. Fue canonizado oficialmente en 1623 por el Papa Gregorio XV, pero su culto ya había sido autorizado por el Papa León X en 1514. Benedicto XVI también destacó la importancia de Bruno durante su peregrinación a la Cartuja de Sierra San Bruno, mencionando cómo el monje renunció a todo para vivir de lo esencial y encontrar así una profunda comunión con sus hermanos y con cada ser humano.
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Oración a San Bruno de Colonia
Oh Dios, Padre misericordioso, que llamaste a san Bruno a la soledad del desierto para fundar la Orden de la cartuja; te pedimos que por su intercesión nos libres de las tristezas de este mundo y nos concedas el don de la paz y la alegría espiritual que has prometido a quienes perseveran en buscarte.
Amén.
Santoral del 6 de octubre
- San Adalberón de Würzburg
- San Artaldo de Arvières
- Santa Fe de Agen
- San Francisco Tran Van Trung
- San Juan Xenos
- San Magno de Venecia
- Santa María Francisca de las Llagas de Nuestro Señor Jesucristo
- San Pardulfo de Guéret
- San Renato de Sorrento
- San Román de Auxerre
- San Ságar de Laodicea
- San Ywio
- Beato Francisco Hunot
- Beato Isidoro de San José de Loor
- Beata María Rosa Durocher