Médicos y científicos advirtieron sobre un síntoma que padecen los pacientes recuperados de coronavirus y que es la “niebla mental”. Cada vez, más personas presentan pérdida de memoria, problemas de concentración o demencia cuando se recuperan. Aún no hay una explicación clara del porqué, pero aseguran que podría haber un aumento de esos casos.
Según se desprende de varios estudios que consignó el diario The New York Times, se trata de síntomas cognitivos preocupantes entre los que pueden estar la pérdida de la memoria, confusión, dificultad para concentrarse, mareos y dificultad para comprender palabras cotidianas. Cada vez más sobrevivientes al coronavirus afirman que la obnubilación está perjudicando su capacidad para trabajar y vivir con normalidad.
“Hay miles de personas que la padecen”, señaló Igor Koralnik, director de enfermedades neuroinfecciosas en el centro médico de Northwestern Medicine en Chicago, quien ya ha atendido a cientos de sobrevivientes en una clínica que atiende a personas que sufrieron de COVID-19.
Hasta el momento, los científicos no están seguros de la causa de la obnubilación, que varía mucho y afecta incluso a personas que solo presentaron síntomas leves de coronavirus y que no tenían enfermedades preexistentes. Las teorías más destacadas son que surge cuando la respuesta inmunitaria del cuerpo ante el virus no se detiene o que se debe a la inflamación de los vasos sanguíneos que van al cerebro.
La confusión, el delirio y otros tipos de trastornos a las funciones mentales, llamados encefalopatía, se han producido durante la hospitalización por problemas respiratorios derivados del COVID-19, y un estudio reveló que esos pacientes necesitaban periodos de hospitalización más prolongados, tenían índices de mortalidad más elevados y a menudo no podían realizar sus actividades diarias inmediatamente después de la hospitalización.
No obstante, las investigaciones acerca de la “niebla mental” de larga duración apenas están comenzando. Por el momento, un informe francés de agosto sobre 120 pacientes que habían sido hospitalizados reveló que el 34 por ciento tenía pérdida de memoria y el 27 por ciento tenía problemas de concentración meses después.
Además, una encuesta que se realizó entre 3930 miembros de Survivor Corps, un grupo de personas que se han puesto en contacto para hablar sobre la vida después del COVID-19, más de la mitad reportó que tuvo dificultades para concentrarse o enfocarse. Al respecto, Natalie Lambert, profesora de investigación adjunta de la Facultad de Medicina de la Universidad de Indiana, indicó que es el cuarto síntoma más común de las 101 afecciones físicas, neurológicas y psicológicas a largo y corto plazo que informaron los sobrevivientes. Una tercera parte o más de los encuestados reportó problemas de memoria, mareos o confusión.