Trago amargo

20 de noviembre, 2023 | 17.52

Mientras millones de argentinos festejan porque confían en que, aplicando la imprecisa fórmula del presidente electo, “dentro de 35 años seremos el primer país del mundo”, un número nada desdeñable de jubilados, y personas con discapacidad o enfermedades crónicas contemplan con terror lo que les augura el amargo remedio privatizador que, anticiparon referentes de ese espacio, planean administrarnos.

Aún con numerosas falencias, el sistema de salud local ofrece múltiples beneficios que suelen estar ausentes en la mayor parte de la región. Por empezar, con inmunizaciones para grandes y chicos, tenemos uno de los calendarios de vacunación gratuita más completos del mundo, reconocido por la Organización Mundial de la Salud y cuyo costo puede exceder el millón de pesos en un año si se contempla una familia completa con chicos pequeños. Eso permitió acompañar la eliminación de la polio en este continente, reducir hasta casi eliminar el sarampión (hubo algún brote pequeño en años recientes, precisamente cuando se dejó de vacunar), bajar casi a cero los trasplantes de hígado por falla hepática fulminante (gracias a la vacunación contra la hepatitis A) y controlar la pandemia de SARS-CoV-2, mediante una campaña que llegó prácticamente a toda la población.

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Quienes tienen la suerte de contar con medicina privada, gozan de un descuento de alrededor del 40% en medicamentos. Pero además, en la Argentina son también millones las personas que reciben sus tratamientos o realizan procedimientos diagnósticos sin pagar un peso a través de programas públicos. Algunos, de alto o altísimo costo.

Por ejemplo, los que viven con VIH-sida, que se infectaron de tuberculosis o que adquirieron enfermedad de Chagas, todas infecciones cuya detección y tratamiento es solventado por el Estado. También aquellos que reciben tratamientos oncológicos, tienen esclerosis múltiple o atrofia muscular espinal, una dolencia hereditaria que afecta las neuronas motoras y que ahora puede curarse gracias a un tratamiento considerado el más caro del mundo. En enero de este año, el Ministerio de Salud dio inicio a la compra de esta terapia génica recombinante que beneficia a casi 300 chicos y chicas, y para lo que hubo que invertir 1,3 millones de dólares + IVA por paciente en el marco de una estrategia por la cual los pagos se concretan en la medida en que los resultados observados respondan al avance esperado según la evidencia científica disponible.

También los afectados por enfermedades poco frecuentes, epilepsia y diabetes. Los jubilados que se atienden en PAMI reciben más de un centenar de drogas que integran su vademécum esencial en forma totalmente gratuita, una suma nada desdeñable en un momento en el que los gastos en farmacia suman una parte importante del presupuesto familiar.

El programa Remediar + Redes, destinado a personas sin cobertura de obra social y sin posibilidad de adquirirlos, garantiza el acceso a medicamentos esenciales. Y la Ley 26.862 establece que toda persona mayor de edad, cualquiera sea su orientación sexual o estado civil, tenga obra social, prepaga o se atienda en el sistema público de salud, puede acceder a las técnicas de fertilización asistida de alta complejidad para lograr el embarazo en un máximo de hasta tres intentos.

Según avancen los recortes a gastos del Estado, todos, en menor o mayor medida, de aquí en más tendremos que ver cómo arreglarnos sin ayuda.

"Que muera el que tenga que morir" parece ser la consigna. Y con este enfoque, serán muchos los que no llegarán a ver la tierra prometida... dentro de 35 años.

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