Esta semana la organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) reconoció al Museo Sitio de la Memoria ESMA como Patrimonio de la Humanidad al considerarlo como “el símbolo más prominente del terrorismo estatal”. La incorporación a esta nómina se decidió en el marco de la 45ª sesión del Comité del Patrimonio Mundial de la Unesco, que se celebró durante septiembre en la ciudad de Riad, Arabia Saudita. De esta manera el Museo y Sitio de la Memoria ESMA - Ex Centro Clandestino de Detención, Tortura y Exterminio, por el que pasaron al menos 5.000 víctimas del terrorismo de Estado de las cuales sobrevivieron sólo 200, se suma a la lista de patrimonios que gozan de protección por su “valor histórico excepcional”.
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El Museo Sitio de Memoria Esma fue inaugurado en 2019 en el edificio del antiguo Casino de Oficiales, que era la columna vertebral de la actividad represiva del gobierno militar. Su puesta en marcha fue producto del trabajo minucioso de la museóloga y antropóloga Alejandra Naftal, sobreviviente de la última dictadura, que se encargó de construir un espacio de memoria sobre los crímenes de lesa humanidad que al mismo tiempo pudiera conservar el edificio, la estructura y las huellas de esos tiempos oscuros que aún constituyen pruebas y evidencias claves para los procesos judiciales e investigaciones científicas vigentes.
El anuncio del reconocimiento fue celebrado por los organismos de Derechos Humanos, por el Gobierno Nacional, por gran parte de la ciudadanía y sobre todo por los trabajadores y trabajadoras del sitio. Desde temprano en el hall central del Espacio se siguió la votación con muchísimas expectativas ante la inminente lectura del veredicto del Comité. Trabajadores , visitas y alumnos de escuelas esperaron juntos el anuncio frente a un televisor que fue ubicado allí especialmente para la ocasión. Guillermo Amarilla Molfino, el nieto recuperado Nº 98, trabaja allí desde 2019 y cuenta que fue todo algarabía y felicidad: “lloramos mucho, nos abrazamos, festejamos muy profundamente y hasta hoy caminamos el museo con mucha alegría y mucho orgullo”.
Si bien actualmente Guillermo es uno de los guías de las visitas, en sus inicios cuando ingresó al Museo formaba parte de un equipo especial dedicado exclusivamente al armado del Expediente para UNESCO. Además tiene la particularidad de haber nacido en cautiverio en el predio de la ESMA el 27 de junio de 1980. Es que la Escuela de Mecánica de la Armada fue uno de los centros clandestinos más emblemáticos y allí funcionó, como en otros centros, una sala clandestina de maternidad donde se calcula que nacieron al menos 34 bebés que luego fueron apropiados por los militares.
“Cuando le toca el turno a la ESMA las visitas que estaban recorriendo el Museo en ese momento y las escuelas se acercaron al hall donde estaba la TV instalada especialmente, y estábamos todos y todas viendo la transmisión, escuchando las palabras del delegado de Japón y otros más de diferentes países que hacían referencia la Museo. Mas allá de que éramos unas 60 personas esperando, había un silencio sepulcral, no volaba una mosca. Hasta que se bajó el martillo y nos declararon patrimonio de la humanidad”, relata Guillermo.
“Para nosotros como trabajadores significa un reconocimiento, pero no a sujetos aislados, sino a la historia de la construcción del Museo. Es un cierre a los hechos sucedidos antes, durante y después, a los organismos de DDHH en el inicio de sus luchas, en el proceso de Memoria, Verdad y Justicia, cuando los sobrevivientes dan su testimonio y hacen posible construir una narrativa de lo que pasó en el lugar. Y cuando nosotros y nosotras ingresamos con ese envión después de muchos años de entrega y lucha. Es un reconocimiento a todo ese proceso histórico -expresa el nieto recuperado Nº 98 – ese reconocimiento nos dice que ya no hay lugar para discutir que en Argentina fue condenado internacionalmente y señalado un lugar que representa ese daño a la humanidad que fue la desaparición forzada de personas durante gobiernos dictatoriales, tanto acá como en Latinoamérica, en las décadas de los 70 y 80. Hay una historia que ya no se puede negar”.
La historia de recuperación y puesta en marcha del Museo
El Presidente Alberto Fernández también celebró el nombramiento y sostuvo que “la memoria hay que mantenerla viva básicamente para que las malas experiencias no se repitan”: “la memoria colectiva es lo que hace que los pueblos no repitan sus historias y que permitan, a partir del recuerdo, poder avanzar hacia un futuro mejor. Saber que ese edificio por donde pasamos miles y miles de argentinos ha ocurrido tanto oprobio, tanto dolor, tanta muerte, nos va a hacer ser una mejor sociedad”.
Por su parte, la vicepresidenta Cristina Fernández recordó con emoción en sus redes sociales cómo fue el proceso de recuperación del predio asumido como política de Estado a partir de 2003, y una década después la inauguración del espacio junto a Estela de Carlotto y Hebe de Bonafini: "En el año 2004, en su primer 24 de marzo como Presidente, Néstor Kirchner decidió recuperar para la memoria la ex ESMA. Ese mismo día, y en ese mismo acto, conocimos a Juan Cabandié, nieto recuperado número 77, que había nacido en cautiverio de su madre -a la que nunca conoció- en ese centro clandestino de secuestro, tortura, muerte y desaparición".
La comitiva argentina que viajó a Arabia Saudita a recibir el reconocimiento estuvo encabezada por Horacio Pietragalla Corti, Secretario de Derechos Humanos de la Nación, y nieto recuperado gracias a la labor de Abuelas de Plaza de Mayo. Lo primero que destaca es que el reconocimiento de UNESCO no se limita al edificio o el espacio de Memoria que allí se puso en marcha, sino sobre todo a “la política pública en materia de derechos humanos, a la lucha de la sociedad argentina para conquistar estos derechos y reparar a las víctimas”.
“Nada de esto habría pasado sin una política pública ni la decisión de Néstor Kirchner de abrazar esa lucha de los organismos y transformarla en gestión. Y luego la continuidad de Cristina, de pensar el Museo e intentar, desde el 2015, que se consiga el reconocimiento como patrimonio de la Humanidad de la Unesco – reconoce Pietragalla - cuando se ideó la muestra y el museo se la pensó para que no se modifique ni dañe ninguna estructura. Cristina estaba en cada detalle porque se interesó mucho en el proyecto. Nadie que entra ahí sale de la misma manera porque salís más humano”.
La decisión del organismo de ONU se trata de un gesto político y simbólico que trasciende la lucha en Argentina, y visibiliza los crímenes de Lesa Humanidad que se desarrollaron en un contexto histórico de forma planificada en toda la región de América Latina. “Así como Auschwitz es destacado por UNESCO como representación de todos los lugares que usó el nazismo para llevar adelante ese genocidio terrible y quedó como símbolo de una tragedia para toda la humanidad; la ESMA representa a todos esos genocidios que se fueron cometiendo a lo largo y ancho de nuestra Patria Grande en un plan sistemático con la excusa de la lucha contra la Guerra Fría”. A diferencia del nazismo, el caso argentino aparece explícita y manifiestamente como un “genocidio político”, sin necesidad de apelar a una figura étnica o una “metáfora racial” para esconder el contenido de su práctica.
De esta manera el Comité reconoce principalmente el proceso de construcción colectiva de Memoria puesto en marcha, que contó con el apoyo material de las instituciones del Estado y convierte a la Argentina en uno de los pocos países del mundo que pudo lograr Memoria, Verdad y sobre todo Justicia a partir del Juicio a las Juntas, el Nunca Más y la condena de 1200 personas por delitos de lesa humanidad. “Llegamos a este punto porque muchos y muchas caminaron antes – expresó el funcionario - la lucha de las Madres y las Abuelas fue algo que trascendió tanto que nada de esto lo hubiéramos logrado sin ellas. Los testigos, sobrevivientes, hijos, en los momentos de impunidad con los escraches, cada organismo aportó, y la sociedad que fue acompañando en los peores momentos” .
Un blindaje contra el negacionismo
El nombramiento, además, llega en un momento paradigmático en términos de la batalla por el sentido acerca de lo ocurrido durante la última Dictadura cívico-militar. El proceso de construcción de la memoria se caracteriza por partir de una lucha por el sentido del pasado que se resignifica de acuerdo a las necesidades y eventos del presente, estableciendo lo que debe ser recuperado y lo que debe omitirse. Pese a todo ese proceso, una vez más intentan quebrar los consensos básicos desde los sectores negacionistas, defensores de genocidas y portadores de la “teoría de los dos demonios” como la candidata a vicepresidenta de la Libertad Avanza, Victoria Villarruel.
Justamente en dicho marco lo que implica el reconocimiento de un organismo como UNESCO es un resguardo, un blindaje, una protección internacional ante cualquier intento de avanzada contra el espacio y las políticas que allí se desarrollan: “La ex ESMA dejó de ser de los argentinos para ser de todo el mundo, esta custodiado por la humanidad. Nada del sentido de lo que se transmite en el Museo, ninguna teoría disparatada puede querer instalarse en ese lugar porque se reconocen no solo las paredes, sino el contenido y lo que significó la dictadura en términos de persecución a opositores políticos. Tanto que estamos luchando ahora contra discursos de odio y persecución, como lo que sufrió Cristina, en medio de las campañas que hablan de exterminar a un sector político, frente a eso UNESCO está diciendo que la persecución política sucedió, que hubo crímenes de lesa humanidad a partir de esos discursos, y toda la humanidad lo repudia y custodia el ejemplo argentino”.
Mayki Gorosito es profesora y licenciada en Ciencias de la Educación y Directora del Museo de Sitio de Memoria ESMA. Fue desde 2019 quien se desempeñó como Coordinadora de Cooperación Internacional de la postulación del Museo para integrar la Lista del Patrimonio Mundial de la Unesco: “El reconocimiento fue muy emocionante por lo que generó al interior de la convención, no solo por el apoyo de los estados partes, sino por las expresiones que tuvieron y que nos hayan tomado como una referencia. Es un gran logro para nuestro país como símbolo de las políticas públicas en el marco de la memoria, verdad y justicia”.
La Directora señala que en términos formales el título implica cuestiones concretas a cumplimentar: “en primer lugar implica un compromiso del Estado argentino a nivel internacional, en el marco de un organismo internacional del que Argentina es parte. Después un compromiso del Estado argentino en conservar y preservar el lugar, financiarlo y que haya recursos presupuestarios para gestionarlo. También implica una obligación de partes del Museo sitio y de la Secretaria de Derechos Humanos, que es la institucionalidad, de gestionarlo con parámetros con indicadores internacionales”.
En este sentido las medidas además de obligaciones protocolares a cumplir funcionan como una barrera de protección contra el avance del negacionismo: “es una medida de protección porque es un compromiso asumido a otro nivel y porque nosotros sabemos muy bien en función del consenso que hay alrededor del Nunca Mas en nuestro país, más allá de este momento, que las políticas públicas de Memoria, Verdad y Justicia llevan muchos años de ser llevadas adelante y que también la protección nos la da la voluntad política, pero también el acompañamiento de los organismos, de la ciudadanía y los sobrevivientes. Es una protección más que tiene el centro clandestino, que hay que seguir transmitiendo para seguir visibilizando lo que el Museo simboliza y testimonia”.
Desde su apertura en 2019 por el Museo han pasado más de 400 mil personas. Se puede visitar de martes a domingos de 10 a 17 en diferentes formatos y con entrada gratuita: Visitas para instituciones educativas, visitas guiadas para publico espontáneo y auto guías.