Ser mujer trans indígena en Argentina: la lucha por sus identidades negadas y el desafío a la muerte

Pertenecer a una diversidad y además reconocerse indígena es sinónimo de múltiples discriminaciones y despojos. Maby Ibañez contó su camino de lucha a El Destape y pidió por ella y las "hermanas que murieron" a causa de la expulsión de sus tierras.

08 de septiembre, 2022 | 00.05

"Nuestras identidades siempre fueron negadas. Desde la infancia nos dijeron que 'no' a nuestra identidad sexual; y reconocerse indígena siempre fue despreciado en este territorio", cuenta Maby Ibáñez, una mujer travesti trans indígena de Cafayate, Salta, de 35 años, que comenzó su búsqueda ancestral hace dos años y lucha desde hace más de 20 años por su identidad de género y la de sus compañeras, como ella las llama. No quiere que ninguna más muera por causas evitables por falta de acceso al trabajo y la salud.

Maby quiso hablar con El Destape porque cree que es importante que se visibilice la lucha de las diversidades en los territorios alejados de las grandes ciudades. Allí las mujeres travesti trans, los hombres trans, los homosexuales y las lesbianas como todas las diversidades de la comunidad LGTBIQ+ son expulsados por el rechazo y la discriminación a causa su elección sexual. Sin contar si a esto se suma que se identifiquen con sus raíces originarias.

Emocionada por la jornada Pacha Diversa que se realizó el fin de semana pasado en San Carlos Cafayate, Maby detalla que en el encuentro se celebró la Pachamama pero conectado con la diversidad. "En la cosmovisión originaria, las mujeres hoy conocidas como travesti trans eramos las encargadas de llevar adelante los rituales", cuenta orgullosa. Durante la ceremonia pidieron por la "sabiduría ancestral para seguir luchando en los territorios".

Hace dos años comenzó a reconectar con sus raíces originarias. De aquella época, rememora: "Fue durante la pandemia cuando nos empezamos a reunir ante la necesidad económica. Ahí comienza mi búsqueda de identidad originaria porque imaginate que nuestras identidades siempre fueron negadas, desde la sexual a la originaria, que ni se hablaba. Era negativo y malo que las personas se identificaran con su identidad originaria". Como todo proceso, no fue fácil: "En este territorio se desprecia la identidad originaria, se le llama 'el piedra', un término para menospreciar a las personas que vienen de los cerros y a las personas que resisten y sostienen su identidad originaria en los cerros y parajes (N.d.R: en los cerros y parajes viven las comunidades indígenas). Y continúa: "Una vez terminé de afianzar mi identidad sexual y que soy mujer trans travesti, se sumó la búsqueda de la identidad originaria, gracias a la llegada a Cafayate de Moira Millán de Mujeres y diversidades indígenas".  Maby pertenece a los diaguitas calchaquí.

La infancia atravesada por el "no" a su identidad de género y el camino hacia la transformación 

"Nos enseñan a que no podemos ser mujeres, que es malo, y hoy yo Maby me identifico como mujer travesti trans con identidad originaria que reivindica a mis ancestras". El proceso, como tal, duró muchos años: comenzó entre los 4 y 5 años hasta que a los 14 años fue definitivo. "Fue complicado en la niñez hasta la adolescencia. Cuando tenía 4 y 5 años mi primer recuerdo fue un 'no' cuando durante el recreo fui a los espacios de juego de muñecas. Mi instinto natural fue jugar con las muñecas y fue negado", detalló. 

Maby recuerda que le hicieron un llamado de atención a su familia y recibió una golpiza por eso. "Lo que no se habla no existe en estos territorios y el desconocimiento genera miedo", reflexiona. Más tarde, en la adolescencia, relata que se plantó y dijo "basta, mi identidad es está: yo quiero ser mujer". 

Encontró una secundaria "más amigable con las diversidades". Cuenta que le decían "el bachi corazón": "Ahí encontré a compañeras de la diversidad, hice click y me empecé a dejar el pelo largo, empecé a tener mi identidad femenina", relata. Para ese entonces tenía 14 años. Los padres vieron todo su proceso y decidieron que tenía que recibir asistencia psicológica. "Yo fui a dos sesiones y ellos terminaron yendo varios meses. Ahí me empezaron a acompañar".

35 años: poca expectativas de vida y un reclamo 

Hubo un silencio en la charla. Maby nos cuenta que tiene 35 años, pero no es un número más, es la expectativa de vida de la comunidad travesti trans. "Vengo de enterrar a una compañera de 38 años del territorio de San Carlos que murió por causas evitables", se lamenta.

"Nosotras enterramos a nuestras hermanas", dijo con la voz entrecortada. Porque si bien ella logró estudiar, hoy trabaja y tiene su propia peluquería, la mayoria de las mujeres travesti trans de los territorios son expulsadas por falta de acompañamiento familiar y de recursos económicos. Muchas de ellas terminan en las grandes ciudades donde encuentran en el trabajo sexual la única forma de subsistir.

"Dos amigas fueron las primeras en irse y volver operadas, unas diosas. Estuvieron acá una o dos semanas porque no tenían apoyo de sus familias. Esas dos compañeras encontraron en el trabajo sexual la única forma de subsistir en una gran ciudad y terminaron muriendo por causas evitables", contó y remarcó: "Son situaciones que no me las cuentan nadie, las vivimos. Nosotras enterramos a nuestras hermanas".

Las deudas en el territorio

Maby actualmente es referente de la organización Comunidad Diversa del Valle Calchaquí. Sabe que su gran misión es lograr que se reconozca a las diversidades en los pueblos y se cumpla con la ley que los, las y les reconocen. "El reclamo que nosotras estamos haciendo es el acceso al trabajo. Si bien tenemos una ley nacional eso se tiene que bajar a los municipios y los territorios", reconoció, en referencia a la ley cupo laboral trans que establece que las personas travestis, transexuales y transgénero, que reúnan las condiciones de idoneidad, deberán ocupar cargos en el sector público nacional en una proporción no inferior al 1% del total de los cargos. Este porcentaje se aplica a todas las modalidades de contratación vigentes. "Nos hemos reunido en Cafayate, Animaná y San Carlos con los concejales para que se aplique la ley en el territorio y ya es inminente la salida del ordenanza", adelantó.

Por otro lado, puntualizó sobre el acceso de la salud que hasta hoy está negada para las diversidades. "Está estigmatizada la atención a la salud de las enfermedades con respecto a nuestra identidad. Una hermana quiere hacerse un estudio de sangre y ya se sabe que fue a hacer un análisis de HIV. En estos territorios no hay respeto por la privacidad", exclamó. Del mismo modo, enfatiza, "podemos tener hombres travestis trans que no han ido a hacerse estudios ginecológicos por su identidad".

Otras de las deudas tiene que ver con el amor. Un poco entre risas y algo de resignación, Maby admite que el corazón en el territorio es muy complicado: "Armar una pareja es difícil y casi ni hay antecedentes. Las personas que han tenido pareja han venido de grandes ciudades ya acompañadas. Aún no he podido tener pareja en el territorio", cuenta. Pero hoy la referente de las diversidades originarias tiene la energía puesta en la organización con "los hermanos, hermanas y hermanes que ponen todo para que luchemos por nuestros derechos y visibilizarnos como identidades del valle al mundo. Queremos que el mundo sepa que estamos acá peleando y luchando. Nos tenemos entre nosotras y eso es lo que me motiva hoy. De lo que no se habla, no existe, por eso queremos que se hable", completó. 

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