Este 9 de abril se conmemora el Día del Pago Igualitario en la Argentina, marcado por la asociación EcoFeminita desde el 2018 con el objetivo es evidenciar la desigualdad estructural. La "brecha de ingresos" es la diferencia entre los ingresos promedio de los varones y los ingresos promedio de las mujeres. En dicho informe se destaca que una mujer debe trabajar un año, tres meses y nueve días para obtener los mismos ingresos que un varón alcanza durante 12 meses laborales.
Dicha brecha salarial se mide restándole el ingreso promedio de las mujeres al ingreso promedio de los varones. El total se divide por el ingreso promedio de los varones y el resultado indica cuál es la brecha. Si el resultado de esa medición da positivo, quiere decir que los hombres tienen más ingresos. Si da negativo, que las mujeres tienen más salario.
El hilo completo:
En Argentina, según el informe de EcoFeminita, la brecha es del 26% en el tercer semestre del 2021 y del 24,9% en el cuarto semestre del año pasado. Es decir, las mujeres perciben ingresos que, en promedio, son un más de un 24,9% menores que los hombres. Cabe remarcar que el promedio histórico en nuestro país es del 27%; por lo tanto, según los datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del INDEC, entre el 2020 y el 2021 los niveles de desocupación de las mujeres bajaron de 11,9% a 7,7% (el más bajo registrado desde 2016). Entre las jóvenes, los niveles de desocupación son más altos pero bajó casi 10 puntos (de 26% a 16,2%).
Los datos del tercer semestre del 2021:
¿Cuáles son las razones por las cuales las mujeres tienen menos ingresos?
Desde EcoFeminita indican, en primer lugar, que hay mayores niveles de informalidad laboral, luego que dedican gran parte de su tiempo al trabajo doméstico y de cuidado no remunerado y por último, destacan que los trabajos feminizados son socialmente menos valorados. Además es clave destacar que 7 de cada 10 personas que se ocupan de las tareas del hogar son mujeres.
"Parecen fenómenos separados pero esta jornada de trabajo gratuita dentro de los hogares se convierte en la diferencia fundamental que sostiene y reproduce las disparidades en el mercado laboral", aclaran. Y agregan: "La desigual distribución de tareas domésticas y de cuidados que no se pagan, ni se reconocen como un trabajo necesario para la sociedad en su conjunto, implica que las mujeres están trabajando más horas por semana pero ganando menos que sus pares varones".
En la segunda parte del 2021, la brecha se ubicó en un 26% -tan solo un punto menos que la medición del 2019-. Por esto aclaran que si bien puede variar, "nunca rompió el piso del 20%" de diferencia. Según EcoFeminita, el año pasado el ingreso medio mensual de las mujeres fue de $39.400 y el de los varones $53.200; por lo cual concluyen que "en promedio las mujeres ganaron $165.600 menos que ellos, el equivalente a más de cinco (5) salarios mínimos, vitales y móviles". Es decir, en un escenario hipotético, los varones deberían no trabajar por 3 meses y 4 días para igualar el salario de una mujer.
Más allá de todo, la organización no gubernamental y sin fines de lucro destaca que se llevaron adelante políticas públicas para combatir la problemática entre las que se destaca la reglamentación de Art. 179 de la Ley de Contrato de Trabajo (garantiza los espacios de cuidados o el reintegro por el gasto de los mismo para la primera infancia, entre los 45 días y 3 años) en los espacios con más de 100 trabajadores.
Qué ocurre con el empleo informal
El empleo no registrado es una de las mayores problemáticas que hay actualmente en nuestro país afectando principalmente y no de forma sorpresiva a las mujeres asalariadas: un 36% de las trabajadoras no posee descuento jubilatorio, siendo de un 30% en el caso de los varones asalariados. En este caso, el sueldo promedio de las mujeres es de $19.900 y el de los hombres, $32.300. En la informalidad laboral, la brecha salarial asciende a 38,5% y las mujeres tienen que trabajar cinco meses y medio para equiparar con sus pares.
En relación a las trabajadoras informales aparecen las trabajadoras de casas particulares que tienen mayor tasa de precarización, salarios más bajos, el 70% no cuenta con vacaciones pagas ni percibe aguinaldos, pago en caso de enfermedad o cobertura de salud mediante obra social. Estas mismas mujeres (85,9%) son quienes realizan dichas tareas de forma no paga en su propio hogar. Teniendo en cuenta esto, las mujeres trabajan más horas por semana pero recibiendo menos dinero que sus pares varones; por lo tanto, las mujeres cobran menos por hora trabajada.