Las vacas de la zona de exclusión en Chernobyl se adaptaron a vivir sin la presencia de seres humanos, se volvieron salvajes y aprendieron a vivir en grupos cerrados, de acuerdo a una publicación realizada por científicos rusos y que generó mucha curiosidad e incluso polémica en las redes sociales. Según especialistas de la Reserva de Radicación y Biósfera Ecológica de Chernobyl, los animales que quedaron aislados en la zona del desastre nuclear de 1986 adoptaron nuevas costumbres luego de la desaparición de los seres humanos en el área de la planta.
A principios de este año, los responsables de la Reserva publicaron un mensaje en la página de Facebook del organismo que fue acompañada de varias imágenes de las vacas en la zona de Chernobyl. Ante la polémica que generaron las imágenes, la entidad retiró la publicación aunque más tarde se volvió a publicar, según la agencia rusa RT. El título del trabajo llamó la atención de biólogos e investigadores de todo el mundo: "Las vacas abandonadas en la zona de exclusión de Chernobyl adoptan la organización y comportamiento de animales salvajes".
La publicación estaba acompañada por varias imágenes y más detalles sobre el comportamiento de los animales. "La manada de ganado observada en Chernobyl es muy diferente de una manada rural común: está estructurada, tiene unidad, actúa siempre de forma coherente", señalaron los responsables de la Reserva de Radicación y Biósfera Ecológica en el posteo de Facebook. "La manada cuida especialmente a los miembros más jóvenes. Los terneros, a su vez, eligen el lugar más seguro de la manada entre un macho adulto y las vacas", agregaron los especialistas.
Luego de años de observación, los científicos de la zona de exclusión dijeron que los animales aislados en el área del desastre de la planta nuclear en 1986 comenzaron a comportarse de una forma similar a los animales salvajes. Según los científicos, los machos que dominan la manada integran a los machos más jóvenes y los mantienen en su grupo para protegerse de los depredadores. Además, los responsables de la observación del área indicaron que las vacas demostraron una insólita adaptación al frío casi polar de la zona.