Encabezó la búsqueda de Brenda en julio de 2019, dos días antes de que la Policía hallara los restos calcinados de la joven de 24 años, en un baldío del Villicum, en San Juan. Diego Álvarez, el marido de Brenda Requena Montaño, había pedido por su aparición, incluso deslizó ante la Policía la posibilidad de que ella lo hubiera abandonado por irse con otro hombre. Todo fue “acting”. Él la estranguló, la descuartizó y la quemó para luego enterrarla, envuelta en membrana. El carnicero de oficio confesó parte de su culpa en el juicio que se desarrolla en los Tribunales sanjuaninos.
Precisamente, fue esa membrana hallada la que llevó a los investigadores a allanar la casa del sujeto que pedía justicia por su esposa, horas antes del hallazgo de sus restos. Con el objetivo de encontrar las pruebas para incriminarlo, los sabuesos llegaron al domicilio convivencial de la pareja y encontraron elementos suficientes para involucrarlo.
Aunque horas antes, el femicida se ponía en papel de víctima y lanzaba ante la prensa su pedido desconsolado de ayuda. “Yo quisiera saber dónde está. Aunque sea por mis hijos de 5 y 6 añitos. La hermana del vago que andaba con ella me dijo que se iba a ir a Rawson una semana. Eso es lo que le vengo a comunicar a la Policía”, aseguraba.
Diego Álvarez llegó a la escena del crimen justo cuando los investigadores rastreaban a caballo toda la zona, justo antes de hallarla. El hombre, quien no sabía que estaban los medios de comunicación también en el lugar, habló con Canal 8 y pidió por la aparición de su mujer. “Re bien nos llevábamos. Hace 8 años que estamos juntos, pero de un momento a otro ella empezó a cambiar”, decía entre lágrimas. En ese momento, aprovechó para instalar la versión del engaño. Que Brenda se veía con un “amante” desde mayo; que llegó al lugar porque la siguió después de descubrir un encuentro clandestino y que la enfrentó sólo para preguntarle por qué lo engañaba.
Lo que instaló en ese momento era que Brenda se fue con un hombre y lo abandonó con sus dos hijos y que la hermana de esta persona, José Guajardo, le confirmó que ella se alejaría por un tiempo para pensar la situación. La versión parecía creíble, aunque había dudas por parte de los investigadores.
José Guajardo, el último hombre que vio a Brenda con vida, declaró el 11 de julio de 2019. Allí dijo que Álvarez lo había “agarrado a pedradas” cuando los descubrió juntos, que escapó en su auto, pero que alcanzó a ver a Brenda arrodillada en el piso mientras Álvarez la golpeaba en la cara. Ahora, la familia de la joven tiene dudas sobre la participación de Guajardo, quien abandonó a la joven mientras se encontraba en una situación de peligro.
Laura, la madre de Brenda, declaró en medio del juicio que quiere que investiguen a Guajardo, quien es mucho más “corpulento” y alto que Álvarez, porque les genera dudas que no haya actuado con “hombría”, que haya tenido miedo ante el marido de su hija que es bajo de estatura y de aspecto simplón. La idea de la querella es plantear el pedido de investigación y la reclusión perpetua para ambos hombres por el femicidio de Brenda.
Álvarez hizo la denuncia por la desaparición de su esposa siete horas después de que supuestamente la encontró “intimando” en un auto con Guajardo. Le dijo a la Policía que la mujer se fue con $30.000 que tenían ahorrados y que sólo quería que vuelva.
A Brenda la encontraron 6 días después, calcinada, semienterrada con restos de membrana y casi irreconocible. Una cadenita ayudó a los forenses a reconocer su identidad. Según declaró el médico que realizó la autopsia, Brenda fue estrangulada y asfixiada. También se conoció que fueron dos adolescentes de 14 y 17 años quienes vieron a Álvarez con las manos con sangre y que prendía fuego algo, en el Villicum, donde luego encontraron el cadáver de la joven.
“Fue fuerte que él admitiera que mató a mi hija. No entiendo por qué dice que tiene lagunas en su mente, después de haberla estrangulado, de haberlo hecho tan atroz. Yo quería que me mirara a la cara y me dijera por qué lo hizo, pero después de escucharlo en el juicio, no hay más nada que escuchar de él”, dijo la madre de Brenda.
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Ahora, se desarrolla el pedido de Justicia en su nombre, en la Sala Primera de la Cámara Penal de San Juan, integrada por Juan Bautista Bueno, Víctor Hugo Muñoz Carpino y Miguel Ángel Dávila Saffe por el "Homicidio agravado por el vínculo y por violencia de género", contra Diego Álvarez. La psicóloga ya declaró que Álvarez es una persona fría, calculadora, sin empatía y sin culpa por lo que hizo, es decir, que no se arrepiente de nada. Se espera una condena ejemplificadora.