Los Milei van por Macri: esta vez a fondo

En pleno año electoral, el gobierno de Javier Milei intensifica su estrategia para desplazar a Mauricio Macri como líder de la derecha, mientras busca consolidarse como la única fuerza conservadora en el espectro político. Con tensiones internas, medidas económicas restrictivas y movimientos políticos calculados, el "triángulo de hierro" que guía al oficialismo redefine las reglas del juego en un escenario de alta polarización.

05 de enero, 2025 | 00.05

2025, año electoral. El objetivo del triángulo de hierro que decide el rumbo de este gobierno es derrotar definitivamente a Mauricio Macri, a quien ven como el único dirigente que constituye una amenaza. La relación entre el presidente actual y el ex está en su momento de mayor deterioro, después de un año y medio de idas y vueltas que, en el interín, depositaron a Javier Milei en la Casa Rosada. 

A pesar de la buena relación entre los dos, el consejo de Karina Milei y Santiago Caputo de no darle espacios en el reparto de poder terminó marcando el tono del vínculo, que se fue enfriando con el correr de los meses. De a poco, la “agrupación no madura y fácilmente infiltrable” que había descripto Macri durante la campaña terminó comiéndose al PRO como un pacman, de a un fantasma a la vez.

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Tanto el jefe de la bancada de Diputados, Cristian Ritondo (MIA), como su par en el Senado, Luis Juez, ya están más cerca de su próximo jefe que del último. Otros nombres de peso como Diego Santilli o Diego Valenzuela, todos precandidatos a gobernador en provincias grandes, ya pegaron el salto o esperan la voz de ahura. No son los únicos y tampoco van a ser los últimos.

El gobernador de Entre Ríos, Rogelio Frigerio, explora un acuerdo por su cuenta para incorporarse o aliarse con La Libertad Avanza de cara a las elecciones de medio término. El regalo de bodas, dicen, es un lugar clave: la secretaría de Turismo, que Scioli podría dejar para ser candidato u ocupar otro rol ejecutivo, y recaería en Lucas Delfino, discípulo de Frigerio.

La boleta a legisladores de la ciudad de LLA la va a encabezar Soledad Acuña, con dos décadas de militancia PRO y esposa de Diego Kravetz, flamante hombre fuerte de la SIDE tras un paso por el macrismo. Ante la falta de figuras con peso político para hacerle frente en una batalla tan importante, si no alcanza un acuerdo Macri piensa en deportistas, artistas y empresarios para encabezar la boleta.

El expresidente llegó al punto en el que necesita forzar una negociación para evitar la chance cierta de una derrota en CABA, el epicentro de su carrera política y de sus negocios, que lo deje en situación precaria. Está resignado a que no va a obtener los lugares en el gabinete que pedía en voz alta ni participación en los negocios por los que reclamaba en voz baja, como la Hidrovía y las SAD.

Le alcanza con darle al asunto una fachada de pacto entre pares que disimule la capitulación. En la Casa Rosada no quieren darle ni eso. Los propios tampoco lo bancan. La senadora amarilla María Carmen Rivero, de la provincia de Córdoba, dijo en una entrevista con El Destape que Macri “hoy no está con todo el apoyo y la renovación necesaria para estar al lado o competirle a Milei”.

El expresidente creyó que adelantar las elecciones en CABA obligaría a Milei a negociar la unidad en ese distrito para preservar, también, una alianza en la provincia de Buenos Aires, donde una derecha dividida le facilita el triunfo al peronismo. Una especie de maniobra de judo para forzar una desescalada en las tensiones que desde hace rato son unilaterales.

Lo que no entendió es que para el triángulo de hierro que decide cada paso el objetivo estratégico este año no es derrotar al peronismo, al que creen que puede ganarle cualquier escenario de ballotage en 2027, sino convertirse en la única expresión de todo lo que esté a la derecha del centro político, sin rivales en ese rubro, mientras promueve la división en el resto del arco.

Milei se inspira en las experiencias de Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil, que llegaron al poder como outsiders, resistidos por las estructuras políticas conservadoras tradicionales, pero en poco tiempo doblegaron todo intento de rebelión interna y se convirtieron en los líderes únicos e indiscutidos de una mitad de las sociedades polarizadas que gobiernan.

Y el principal obstáculo en esa tarea es Macri, que a pesar de estar en retroceso tiene intacto el poder de daño. Cuando se anunció el adelantamiento de las elecciones en CABA, en lugar de habilitar un canal de diálogo desde la Casa Rosada decidieron contraatacar volviendo a poner sobre la mesa la idea de suspender o eliminar las PASO para las elecciones nacionales.

El vocero de la contraofensiva fue el jefe de Gabinete Guillermo Francos, que cerró el año con dos definiciones que deben leerse en paralelo. “Pareciera que en la Ciudad de Buenos Aires no vamos a ir juntos”, dijo, consultado por la alianza con Macri. Milei, previamente, había marcado la pauta: “Con el PRO vamos juntos en todos lados o si no iremos separados. No vamos a engañar al electorado”.

Unos días antes había publicado en sus redes sociales un fuerte mensaje contra las PASO. “Solo han sido un costo económico para el Estado y una molestia para el conjunto de los ciudadanos” por lo que “sería fundamental si pudiéramos eliminarlas definitivamente”, escribió, mientras las familias argentinas se preparaban para celebrar la Navidad.

El propio Francos es el encargado de juntar los votos en el Congresio para eliminarlas. Sólo si tiene garantizada su aprobación el presidente convocará a sesiones extraordinarias para tratarlo. La combinación política necesariamente tiene que incluir al menos algunos votos de Unión por la Patria. Hay negociaciones en curso por más de un canal.

La matemática del triángulo de hierro dice así. Si se eliminan o suspenden las PASO, el cierre de listas nacionales puede postergarse hasta agosto, después de las elecciones porteñas. Si el PRO sale segundo, o tercero, la fuga de dirigentes hacia LLA va a volverse un aluvión. En la Rosada es grande la expectativa:  “Nadie va a querer ir en la boleta de Macri. A lo mejor no se llega ni a presentar”.

Otra versión menos optimista habla de eliminar las PASO y acortar el calendario electoral pero no para postergar el cierre de listas sino para adelantar las generales y celebrarlas en agosto. Esto tiene que ver con algunas dudas sobre la sustentabilidad en el mediano plazo del esquema cambiario con dólar atrasado y del proceso de baja de inflación que son los pilares de la gobernabilidad de Milei.

El propio Domingo Cavallo, artífice de la convertibilidad e inspiración de Milei, advirtió en un posteo de su blog personal que el peso está “apreciado de manera exagerada” y comparó esta situación con los últimos tres años del 1 a 1. Para el exministro de Economía, el gobierno no llega así a octubre ni a agosto: debe cambiar su estrategia en tres meses para evitar una crisis.

La alternativa es volver a ajustar, sobre “el ajuste más grande de la historia de la humanidad”, aniquilando la recuperación. Mientras el gobierno celebra una recuperación en V imaginaria, el estimador mensual de actividad del INDEC marcó en su última medición que sin el impacto estadístico de la recuperación del campo después de la sequía, la economía argentina cayó 6,5 por ciento interanual.

Algunos reportes observan que las estimaciones exportadoras que hace el gobierno son exageradas. El bajo precio de las commodities, el valor del dólar y las retenciones auguran una cosecha floja. La venta de hidrocarburos comenzó pero no tendrá el caudal previsto, por demoras en las inversiones. Al mismo tiempo crecerán las importaciones por el tipo de cambio y la eliminación del impuesto PAIS.

Recientemente, en varias charlas con empresarios, el ministro de Economía Luis Caputo destacó que los pronósticos marcan un crecimiento del 5 por ciento para el PBI argentino en 2025. La pregunta es si el país tiene los dólares para hacer frente a la demanda que genera ese crecimiento. La respuesta es no. Incluso para el propio Caputo, que celebró el anunció de un préstamo de mil millones de dólares.

Otra decisión del gobierno en los últimos días del 2024 alimenta estas hipótesis. Si bien se anunció la renovación del plan Cuota Simple, que permitía comprar a crédito con tasas fijas y más bajas que las del mercado, y vencía a fin de año, la nueva versión trajo consigo cambios menos publicitados, que ponen en evidencia la intención del gobierno de desestimular la recuperación del consumo.

Por un lado se eliminó la posibilidad de financiar la compra en 12 o 9 cuotas. Por otra parte las operaciones en 3 y 6 cuotas tendrán una tasa con descuento, cuando hasta ahora se ofrecían sin interés. Además el beneficio estará restringido únicamente a PyMEs y comercios de barrio, eliminando la posibilidad de comprar con cuotas en grandes cadenas. 

Queda claro que el gobierno decidió desincentivar el consumo para evitar un nuevo pico de inflación y una demanda de divisas a la que no pueda hacer frente durante el año electoral. Resta por ver el alcance de la estrategia, no tanto por los cuestionamientos de los propios economistas neoliberales sino porque nunca antes un proyecto político ganó elecciones sometiendo a la sociedad a este nivel de privación.