El ritmo circadiano, influenciado por la luz solar, regula las funciones del cuerpo en ciclos de 24 horas. Según un estudio del Instituto Nacional del Sueño, despertarse entre las 6 y 7 am es beneficioso para facilitar la transición a la vigilia y mejorar el estado de alerta y bienestar físico y emocional.
Durante este período, el cuerpo se activa de forma natural, aumentando la temperatura corporal y el ritmo cardíaco, lo que mejora la alerta y previene la sensación de fatiga. Además, la exposición a la luz solar matutina y la regulación del cortisol también tienen beneficios adicionales para el bienestar general.
El horario recomendado para despertarse entre las 6 y 7 am se alinea con la fase final del sueño, en la cual el cuerpo comienza a activarse de forma natural para prepararse para la vigilia. Despertarse en esta fase ayuda a que la mente y el cuerpo se sientan más alertas desde el primer momento.
Despertarse temprano no solo tiene beneficios para la salud física, sino también para la salud mental. Estudios publicados en Sleep Medicine Reviews revelaron que despertarse temprano está relacionado con una mejor regulación del cortisol, la hormona que modula la respuesta al estrés. Además, este hábito puede optimizar el metabolismo, favoreciendo la digestión y ayudando a prevenir alteraciones en los niveles de glucosa, lo que fortalece el sistema inmunológico.
En el ámbito emocional, las personas que mantienen un horario constante de despertar suelen experimentar mayores niveles de satisfacción y menos síntomas de ansiedad o depresión.
El sueño se divide en ciclos de aproximadamente 90 minutos, que se repiten entre cuatro y seis veces por noche y comprenden dos tipos principales: el sueño no REM (movimientos oculares no rápidos) y el sueño REM (movimientos oculares rápidos). Durante el sueño no REM, el cuerpo pasó por tres fases: la fase 1, que fue el período de transición entre la vigilia y el sueño ligero; la fase 2, en la que el cuerpo entró en un estado de reposo más profundo, reduciendo la frecuencia cardíaca y la temperatura; y la fase 3, conocida como sueño profundo o de ondas lentas, que fue crucial para la restauración física y la consolidación de la memoria. El sueño REM, por otro lado, es la etapa en la que ocurren los sueños más vívidos y desempeñó un papel vital en el procesamiento de la información y la consolidación de recuerdos.
Despertarse en mitad de la noche puede afectar la calidad del descanso. Para evitarlo, los expertos recomiendan seguir algunas prácticas de higiene del sueño, como mantener un horario de sueño constante, limitar la exposición a la luz azul de las pantallas al menos una hora antes de acostarse, evitar comidas pesadas y el consumo de cafeína en horas cercanas al sueño, y practicar técnicas de relajación como la meditación o ejercicios de respiración para reducir el estrés y la ansiedad, que suelen ser causas de despertares nocturnos.
Cuántas horar hay que dormir, según tu edad
De acuerdo al profesor Russell Foster, experto en neurociencia circadiana, es normal despertarse una o dos veces por la noche, pero es importante no angustiarse ni asumir que el descanso ha terminado. La cantidad de sueño necesaria varía a lo largo de la vida. La Fundación del Sueño de los Estados Unidos y otros organismos de salud recomiendan las siguientes cantidades de sueño según la edad:
- Bebés (0-3 meses): durmiendo entre 14 y 17 horas al día.
- Infantes (4-11 meses): durmiendo de 12 a 15 horas.
- Niños pequeños (1-2 años): durmiendo de 11 a 14 horas.
- Niños en edad preescolar (3-5 años): durmiendo de 10 a 13 horas.
- Niños en edad escolar (6-13 años): durmiendo de 9 a 11 horas.
- Adolescentes (14-17 años): durmiendo entre 8 y 10 horas.
- Adultos (18-64 años): durmiendo de 7 a 9 horas.
- Mayores de 65 años: durmiendo de 7 a 8 horas.