Llegan los primeros calores y ya algunos empiezan a tentarse a prender el aire acondicionado, pero con el aumento de las tarifas en la luz, hay que pensar dos veces antes de utilizar un electrodoméstico. Por eso, te traemos la solución definitiva y low cost para enfriar la casa y no estés gastando plata de más: el techo radiante.
Actualmente, esta nueva manera de palear el calor ha comenzado a ganarse su lugar como una opción innovadora y económica para enfriar nuestros hogares de una manera eficiente y sostenible. Seguro que lo primero que te preguntás es qué es el techo radiante. Se trata de una tecnología de climatización que consiste en un sistema de conductos instalados en el techo de una vivienda o edificio.
Es a través de estos conductos por donde circula agua fría o caliente, de acuerdo con la estación del año. Para el caso de enfriamiento, el sistema utiliza agua fría que fluye por tubos ubicados en el techo. La superficie del techo, al estar en contacto con el aire caliente de la habitación, actúa como un disipador térmico, haciendo que el aire circundante se enfríe de manera natural y eficiente. Es la misma tecnología que se utiliza en la losa radiante ubicada en el piso.
A diferencia de los sistemas de aire acondicionado tradicionales, el techo radiante no produce aire forzado, sino que genera un ambiente más cómodo y fresco mediante la transferencia de calor desde el aire hacia el sistema, logrando una distribución uniforme de la temperatura sin generar ruidos molestos ni corrientes de aire.
¿Es mejor el techo radiante que el aire acondicionado?
Para que vos mismo te respondas a esta pregunta te vamos a contar sobre algunos beneficios que ofrece el techo radiante. El central es el del ahorro energético, que en los tiempos que corren es una condición. Mientras que el aire acondicionado necesita de un compresor que funciona a gran capacidad para enfriar el aire, el techo radiante solo necesita agua fría y un sistema de circulación eficiente. Lo que a largo tiempo, es realmente beneficioso.
Por otro lado, aunque parezca que no, la instalación es más sencilla. Para colocar un aire acondicionado generalmente hay que instalar una unidad exterior, perforar las paredes y, a veces, hacer cambios estructurales. En cambio, el sistema de techo radiante se integra de forma discreta en el techo, sin necesidad de unidades exteriores ni modificaciones drásticas en la estructura de la vivienda. Esto hace que la instalación sea menos invasiva. Si bien no es la instalación más económica, es una inversión que se amortiza con el paso del tiempo.
Asimismo, el mantenimiento de los equipos de aire acondicionado requieren mayor constancia: limpieza de filtros, revisión de gases refrigerantes y control de la unidad exterior. El techo radiante, en cambio, tiene menos piezas móviles y, al ser un sistema cerrado, el mantenimiento necesario es mínimo, lo que reduce aún más los costos asociados.
Por último, la comodidad y calidad del aire es distinta. Mientras que el aire acondicionado genera un aire que es seco y frío y que nos afecta las vías respiratorias, el techo radiante no causa movimientos en el aire.
No obstante, tenés que considerar algunos factores, como por ejemplo, que si tu casa no tiene un aislamiento adecuado, el sistema del techo radiante podría no funcionar tan eficientemente, y es posible que tengas que complementar su uso con otras medidas de climatización.