La literatura es una de las herramientas para la expresión del pensamiento humano, la transmisión de conocimientos y la exploración de emociones. En el vasto panorama de la literatura latinoamericana, uno de los nombres que resuena con fuerza es el de Eduardo Galeano, un escritor y periodista cuyas obras que dejó una huella imborrable en el mundo de las letras.
Galeano, nacido el 3 de septiembre de 1940 en Uruguay y fallecido el 13 de abril de 2015, se destacó por su capacidad para abordar una amplia gama de temas, desde la historia y la política hasta la cultura y la identidad latinoamericanas. Su obra más conocida, "Las venas abiertas de América Latina", es un lúcido análisis de la explotación y el saqueo de los recursos naturales de la región por parte de potencias extranjeras, que se convirtió en un clásico de la literatura política.
Sus frases más célebres
Más allá de sus obras más célebres, Eduardo Galeano dejó un legado de reflexiones profundas y conmovedoras en sus escritos. A lo largo de sus libros, ensayos y artículos periodísticos, el autor uruguayo supo captar la esencia de la experiencia humana y transmitirla a través de frases que han quedado grabadas en la memoria colectiva. Estas son diez espectaculares reflexiones del autor.
- Hay quienes creen que el destino descansa en las rodillas de los dioses, pero la verdad es que trabaja, como un desafío candente, sobre las conciencias de los hombres.
- Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.
- Cada persona brilla con luz propia entre todas las demás. No hay dos fuegos iguales. Hay fuegos grandes y fuegos chicos y fuegos de todos los colores.
- Hay un único lugar donde ayer y hoy se encuentran y se reconocen y se abrazan. Ese lugar es mañana.
- Culto no es aquel que lee libros. Culto es aquel que es capaz de escuchar al otro.
- Sólo los tontos creen que el silencio es un vacío. No está vacío nunca. Y a veces callarse es la mejor manera de comunicarse.
- Mucha gente pequeña, en sus lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo.
- La caridad es humillante porque se ejerce verticalmente y desde arriba; la solidaridad es horizontal e implica respeto mutuo.
- Ojalá podamos tener el coraje de estar solos y la valentía de arriesgarnos a estar juntos.
- Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico a perder las cosas que tienen.
- La cibercomunidad naciente encuentra refugio en la realidad virtual, mientras las ciudades tienden a convertirse en inmensos desiertos llenos de gente, donde cada cual vela por su santo y está cada cual metido en su propia burbuja.
- La violencia engendra violencia, como se sabe; pero también engendra ganancias para la industria de la violencia, que la vende como espectáculo y la convierte en objeto de consumo.
- La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Por mucho que camine nunca la alcanzaré. Si bien las utopías y la perfección son inalcanzables, nos impulsan a luchar y a intentar alcanzarlas, a desarrollarnos y crecer.
- ¿No tienes enemigos? ¿Cómo que no? ¿Es que jamás dijiste la verdad, ni jamás amaste la justicia?
- Para no ser mudos, hay que empezar por no ser sordos.