5 hitos destacados de la lucha del movimiento de mujeres

Ganando espacios, peleando por los derechos y evitando no ser violentadas por el patriarcado: el camino de las mujeres hasta la actualidad.

08 de marzo, 2021 | 00.05

La historia de la mujer es, sin lugar a dudas, extensa y repleta de luchas que se fueron llevando adelante a lo largo de los años. El principal objetivo es conseguir el respeto y la igualdad de género violentada por los hombres y el patriarcado, que tan fuertemente los atraviesa desde sus primeros días de vida. A partir de esto, el 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer donde se busca realzar la lucha por su participación en la sociedad, su desarrollo y su emancipación o liberación. En el mundo, los cambios fueron muchos y todos ellos se vieron reflejados en Argentina donde el movimiento de mujeres sigue conquistando espacios.

Sin importar culturas, tradiciones o sociedades, las mujeres siempre fueron consideradas “inferiores” en relación a sus pares masculinos. Incluso, en su momento, no poseían ningún tipo de derecho legal, político o civil. Tal era así que no había libertades y se encontraban totalmente limitadas en los diferentes aspectos de la vida. El lugar de la mujer se basaba en el cuidado del hogar y, principalmente, el de los hijos y la familia en su conjunto, quedando de esta forma totalmente relegada al ámbito privado. Pero ante las voces de los movimientos de mujeres o los feminismos, esto comenzó a cambiar.

A lo largo y ancho del planeta, desde los inicios del siglo XIX, se dieron distintos momentos que produjeron el avance de las mujeres en distintos espacios. Uno de los grandes quiebres se dio durante la Revolución Industrial cuando se vieron obligadas a dejar el hogar y trabajar. Si bien en aquel momento comenzaron a escucharse las primeras voces en relación a la igualdad, nada cambió. Por supuesto, el comienzo de las manifestaciones de obreras por las malas condiciones de trabajo se hicieron cada vez más multitudinarias y la discriminación de género, expresada en falta de oportunidades y derechos, fue puesta en jaque.

Poco a poco, a través de conferencias y declaraciones, como la que ocurre finalmente en 1975 por parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) donde se proclama el 8 de Marzo como Día Internacional de la Mujer, se intentaron eliminar los prejuicios, se apuntó a la idea de que no existen “actividades femeninas y masculinas”, a los salarios menores frente a los mismos trabajos y a la marginalización en puestos laborales específicos, especialmente relacionados con las jerarquías. Si bien se dio un gran paso durante todo este tiempo, todavía falta mucho camino por recorrer en la superación de la discriminación política, económica y social que sufrían y sufren hasta hoy.

En Argentina, por supuesto, esto no es una excepción. A lo largo de la historia se realizaron grandes alternaciones que le permitieron a las mujeres del presente y también a las del futuro, gozar de beneficios y derechos humanos básicos que ni siquiera deberían haber estado en discusión. Sufragio femenino; reivindicación de la igualdad; denuncia contra la opresión social, familiar y laboral; separación entre sexualidad y reproducción; defensa de la maternidad libre; liberación femenina; libertad sexual; planificación familiar; los métodos anticonceptivos, el acceso a la educación y por supuesto, aborto legal son algunos de ellos.

5 hitos que marcaron la historia en Argentina

Sufragio Universal / Voto

A principios del siglo XX, la mujer no tenía derechos civiles y mucho menos, derechos políticos. No solo en Argentina, sino también en el resto de los países del mundo. Las voces comenzaron a alzarse y poco a poco las cosas comenzaron a cambiar. En la Constitución Nacional, sancionada en 1853, no se incluía su participación política y por eso se luchó por una nueva ley electoral. Las modificaciones que llegaron con la Ley Sáenz Peña (1912), estableciendo el voto universal, secreto y obligatorio, fueron una realidad pero otra vez excluyeron a las mujeres del plano.

En 1925, con Alicia Moreau de Justo a la cabeza, se consiguió el primer triunfo parlamentario relacionado a las mejoras condiciones laborales y un año después se sancionó la Ley de Derechos Civiles de la Mujer. La lucha, otra vez extensa y de muchos años, tuvo su culminación a fines de los años cuarenta y el gran hito se dio con Eva Duarte de Perón: se dictó la Ley 13.010, en 1947, donde se le concedió derechos políticos a la mujer. No solo se incluyó el derecho de ser electoras, sino también, de ser elegidas.

Divorcio

Cabe destacar que el Código Civil que fue aprobado a principios de la década del 70 permitía el divorcio por incumplimiento de las obligaciones conyugales pero no estipulaba la disolución del vínculo conyugal. Con el paso de los años, esto último fue tratado pero bloqueado sucesivamente por la Iglesia y los legisladores más conservadores. Si bien en 1954 se aprobó la ley 14.394 del Régimen Legal de Familia y Minoridad, que permitía el divorcio vincular, el Papa se mostró en contra y tras el derrocamiento de Perón, fue derogada.

Años después, en 1985, el juez Juan Bautista Sejean denunció el Artículo 64 de la Ley de Matrimonio Civil donde se establecía la indisolubilidad del vínculo conyugal. Es importante destacar que la propuesta escandalizó a las autoridades de la época, pero fue tratado y su pedido tuvo lugar. De todas formas, el gran cambio fue durante el gobierno de Raúl Alfonsín cuando, el 12 de junio de 1987, se sancionó la ley definitiva de divorcio vincular.

Como era de esperarse, la Iglesia Católica siempre se mostró en contra y la ley significó grandes divisiones internas a causa de la determinación del mandatario. Incluso los sectores más conservadores marcharon en contra de lo dictaminado. Hubo presiones contra Alfonsín para que la vete pero el presidente se mantuvo firme. Más tarde, con el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, entró en rigor el nuevo Código Civil y Comercial que eliminó la figura de culpabilidad y los tiempos mínimos.

Identidad de género

La ley de Identidad de Género (26.743) fue promulgada el 24 de mayo de 2012 y permite que las personas trans sean tratadas de acuerdo a su identidad autopercibida e inscritas en sus documentos personales con el nombre y el género vivenciado. Además, se ordena que todos los tratamientos médicos tengan adecuación a la expresión de género y sean incluidos en el Programa Médico Obligatorio (PMO). Es la primera ley de esta índole en el mundo y una de las más avanzadas en cuando a libertades y derechos del colectivo LGBT+.

Esta ley configuró una mirada ampliatoria en derechos humanos, legales y jurídicos. A partir de esto, se garantizaron los derechos a la identidad y a la atención integral de la salud a mujeres travestis, transexuales y transgéneros. A ella también se sumó la Ley de Matrimonio Igualitario y la Ley de Educación Sexual Integral (ESI) para romper con el concepto binario socialmente instalado.

De la Patria Potestad a la "responsabilidad parental regulada"

La patria potestad compartida se estableció en 1949, durante el gobierno de Juan Domingo Perón, mediante la reforma constitucional pero fue abolida durante la dictadura militar de 1955, conocida como "Revolución Libertadora". Fue recién en 1985 cuando se restableció por Ley 23.264 aunque el verdadero cambio, que marcó un antes y un después en la historia, se dio con la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, en 2015.

Allí ocurrió un quiebre y una modificación de paradigma donde se pasó de la patria potestad a la "responsabilidad parental regulada" según el Código Civil y Comercial de la Nación. Se trata del conjunto de derechos y obligaciones que los padres tienen sobre sus hijos menores de edad y su finalidad es protegerlos, garantizando su desarrollo y formación integral. A diferencia de lo que ocurría anteriormente, ante la separación de los padres, ambos se hacen cargo por igual. Anteriormente, uno se quedaba a cargo -usualmente la madre- y el otro, mantenía un rol secundario.

Aborto legal

Este derecho, ganado recientemente, es el último que se implementó. Recordemos que la historia de la legalización del aborto nos lleva hasta el Código Penal de 1921 que se mantuvo vigente hasta la actualidad. Allí se señalaba como "delito", diferente de homicidio, pero con penas que llegaban a cuatro años para mujeres y profesionales de la salud que los llevaran adelante. De todas maneras, cabe destacar que había dos incisos donde era legal la práctica: para evitar un peligro para la salud de la madre y si el embarazo provenía de una violación contra una mujer con algún tipo de dificultad psicológica.

Poco a poco, con el paso de los años y las luchas, las mujeres y el feminismo volvieron a alzarse contra el poder patriarcal y a expresarse buscando el cumplimiento de sus derechos. "El embarazo no deseado es un modo de esclavitud. Basta de abortos clandestinos, por la legalidad del aborto", expresaban a principios de los años '70 tras la llegada de la segunda ola feminista al país. Con los gobiernos de facto, los militares volvieron a restringir las distintas modificaciones y más tarde, con la vuelta a la democracia se volvieron a reconocer los avances realizados.

Durante la década del '90, las luchas se mantuvieron y las mujeres presionaron por el derecho a decidir a pesar de los frenos de diferentes gobiernos. Se presentaron distintos proyectos de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE) en el Congreso pero hasta estos últimos años, no se registraron modificaciones. El único asterisco se dio en la Corte Suprema, con el fallo F.A.L. (2012), cuando establecieron que el aborto no era punible en todos los casos de violación, independientemente de la situación de la mujer.

El movimiento de la "marea verde" provocó el cambio sustancial, no solo puertas adentro del Congreso de la Nación sino también a nivel mentalidad dentro de la sociedad argentina. Otra vez se presentó un proyecto, que fue incluido en la agenda parlamentaria durante el 2018 y logró pasar la Cámara de Diputados, que aprobó la media sanción. Por supuesto, tal como se recuerda, el Senado rechazó la iniciativa pero la historia ya estaba escrita. Con manifestaciones masivas y mujeres buscando que se respeten sus cuerpos, el paradigma cambió y dos años más tarde, con Alberto Fernández al poder, fue ley.