En la pintoresca región de Carmen de Patagones y Viedma, en la provincia de Buenos Aires y Río Negro respectivamente, se encuentra un puente que ha sido testigo del devenir de los ciudadanos durante los últimos 93 años. Este puente, único en el mundo, fue un gran facilitador de la vida social y comercial de la región, además de conectar a todo el país, al igual que el famoso Túnel Subfluvial que une las capitales de Santa Fe y Entre Ríos.
Se trata de un puente levadizo que conecta las provincias de Buenos Aires y Río Negro, y aunque en la actualidad solo está habilitado al paso de autos, bicicletas y peatones, en su época dorada fue una impresionante estructura de acero que permitió el paso tanto de trenes como de vehículos terrestres. Además, debido a su ubicación estratégica sobre el Río Negro, también era el paso obligado para las embarcaciones que ingresaban a las ciudades.
Con 268 metros de longitud y 7 metros de ancho, este gigante de 2.500 toneladas se alzó imponente a 17 metros de altura sobre el río. Durante años, su tramo basculante se abría periódicamente para permitir el paso de las embarcaciones, lo cual generaba una espera que los conductores aprovechaban para disfrutar del paisaje natural combinado con la majestuosidad de la obra humana.
Aunque en la actualidad el puente ya no cumple con todas sus funciones originales, gracias a un minucioso trabajo de restauración llevado a cabo entre los años 2012 y 2013, se ha conservado como un atractivo turístico de la región. Tanto turistas como lugareños tienen la oportunidad de cruzar el puente en bicicleta o caminando, disfrutando así de su imponente belleza y de las vistas panorámicas que ofrece.
Es importante destacar que este puente, cuyo mecanismo de contrapeso hidráulico lo hace único en el mundo, tiene un valor histórico invaluable. Durante la Segunda Guerra Mundial, un puente similar en Japón fue destruido, dejando al puente argentino como el único de su tipo en todo el planeta.
Desde su inauguración el 17 de diciembre de 1931, esta obra de ingeniería se convirtió en uno de los iconos más representativos de la región, siendo reconocido internacionalmente como uno de los cinco puentes más importantes de Sudamérica en la Exposición Mundial de Ingeniería de Alemania en 1935.
Qué país tiene el puente más largo de Sudamérica: cuánto mide
Un país de Sudamérica alberga uno de los puentes colgantes más largo del mundo. Esta majestuosa estructura no solo fue un hito arquitectónico, sino que también desempeñó un papel crucial en la conectividad de la región. Construido con una magnífica infraestructura, este puente se destaca no solo por su longitud, sino también por su impacto en el desarrollo nacional.
El Puente Río-Niterói de Brasil es reconocido a nivel internacional como uno de los puentes colgantes más impresionantes del mundo. Con una longitud de 13,290 kilómetros, este puente ofrece una vista panorámica única de los paisajes mientras une las ciudades de Río de Janeiro y Niterói. Su construcción fue un verdadero desafío de ingeniería, pero los resultados hablan por sí mismos.
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Además de su imponente belleza, el Puente Río-Niterói desempeñó un papel fundamental en el desarrollo de la región. Al conectar dos importantes ciudades, facilitó el acceso a oportunidades económicas, turísticas y culturales para los habitantes de ambas localidades. Este puente no solo fue un símbolo de modernidad y progreso para Brasil, sino que también contribuyó al crecimiento económico y social de la región.
La construcción del Puente Río-Niterói fue un logro que puso a Brasil en el mapa de la ingeniería a nivel mundial. Superado únicamente por un puente en China (Gran Puente de Danyang-Kunshan, que se extiende a lo largo de 164,8 kilómetros), esta magnífica obra demuestra la capacidad de Brasil para llevar adelante proyectos de gran envergadura. Este puente fue diseñado para resistir desastres naturales como terremotos y tifones, asegurando su durabilidad en el tiempo.
El Puente Río-Niterói se estrenó hace medio siglo (4 de marzo de 1974) y todavía es una vía de comunicación muy importante, ya que recibe, cada día, un promedio de 140.000 vehículos. Dispone de ocho carriles, lo que facilita el tránsito fluido de vehículos.