La naturaleza de Argentina siempre nos sorprende, y el arroyo Partido es un ejemplo de ello. Este peculiar curso de agua se divide en dos brazos, uno que desemboca en el océano Atlántico y otro en el océano Pacífico. No es algo que se ve todos los días,
El arroyo Partido comienza su viaje en el Cordón de Chapelco, a 2000 metros sobre el nivel del mar. Su caudal se origina a partir del deshielo de la cumbre del cerro y rápidamente forma un pequeño cauce, que fluye hacia el oeste, hasta llegar a una zona conocida como 'Bajo de los Leones'. A partir de aquí, recorre los bosques patagónicos hasta cruzar por debajo de la Ruta Nacional 40, a unos 20 kilómetros de la ciudad de San Martín de Los Andes, en la provincia de Neuquén.
Es en este lugar, cerca de la Ruta 40, donde el arroyo Partido toma una bifurcación y se divide en dos brazos. El brazo izquierdo, también conocido como arroyo Culebra, es el que recorrió más de 1000 kilómetros antes de desembocar en el mar Argentino y finalmente llegar al océano Atlántico. Pero, ¿cuál es el recorrido exacto que toma el agua después de la bifurcación?
El caudal continúa su camino pasando por una serie de ríos y lagos, siguiendo el siguiente orden: el río Hermoso, el lago Meliquina, el río Filo Hua Hum, el río Caleufú, el río Collón Curá, el río Limay, el río Neuquén y finalmente el río Negro. Después de este extenso recorrido, el arroyo Partido, junto con el agua de todos estos lugares mencionados, desemboca en el océano Atlántico a unos 30 kilómetros de la ciudad de Viedma, en Río Negro.
Por otro lado, el arroyo Partido también llega al brazo derecho, conocido como arroyo Pil Pil. Este brazo sigue su propio trayecto, pasando por el lago Nonthué, el río Hua Hum, el lago Pirihueico, el río Fuy, el río Neltume, el río Llanquihe, el lago Panguipulli, el río Enco, el lago Riñihue, el río San Pedro, el río Malihue, el río Calle-Calle y finalmente el río Valdivia. Después de este largo recorrido, el agua entra en la bahía de Corral y termina su viaje en el océano Pacífico, después de haber cruzado suelo chileno.
Dónde está el árbol más antiguo de Argentina: cuántos años tiene
"El abuelo", un alerce de 2620 años de edad, se convirtió en el árbol más longevo de Argentina y en el segundo más antiguo del mundo. Ubicado en el Parque Nacional Los Alerces, en la Patagonia, este majestuoso ejemplar logró adaptarse al cambio climático y sobrevivió a volcanes, incendios y al calentamiento global.
Con una altura de 57 metros y un diámetro de 2,8 metros, "El abuelo" se convirtió en un verdadero símbolo de la resistencia y la fortaleza de la naturaleza. Para llegar hasta él, es necesario navegar durante más de una hora por el Lago Menéndez y luego caminar otra hora.
Desde Esquel, se debe recorrer aproximadamente 100 kilómetros hasta llegar a la pasarela que cruza el río Arrayanes en la desembocadura del Lago Verde, y desde allí caminar unos mil metros hasta Puerto Chucao, donde se embarca en un catamarán que navega hasta el alerzal, un mágico bosque donde los alerces conviven con arrayanes, lianas y pequeñas orquídeas salvajes a orillas del río Cisne.
La longevidad de "El abuelo" se debe en gran parte a su ubicación privilegiada. Protegido por la Cordillera de los Andes, este bosque prácticamente inexplorado no cuenta con rutas ni energía eléctrica, lo que permitió que este antiguo alerce superara todas las adversidades climáticas a lo largo de los siglos.
El Parque Nacional Los Alerces, donde se encuentra "El abuelo", es una joya natural y cultural reconocida por la UNESCO como Patrimonio Mundial. Con una superficie total de 259.822 hectáreas, este parque es el cuarto más grande de Argentina y limita con Chile por el oeste. Además, su ubicación cerca de la cordillera de los Andes permitió el desarrollo de un denso Bosque Andino Patagónico, así como la creación de una selva Valdiviana en las zonas de mayor precipitación, donde destacan los alerces y las huanas.
Estos árboles milenarios, como "El abuelo", son de crecimiento lento y pueden vivir entre 3000 y 4000 años, alcanzando alturas de más de 70 metros. Su conservación y protección son fundamentales para preservar la biodiversidad y la historia natural de la región.