Las calles porteñas de Buenos Aires son un verdadero tesoro artístico y curiosidades que no te podés perder. Llenas de esculturas y monumentos, son un atractivo interesante para los amantes del arte sin gastar un solo centavo. Uno de los tesoros más destacados es "El Pensador" de Augusto Rodin, una de las obras más famosas del artista francés que se encuentra en la Plaza Mariano Moreno, a pocos metros del Congreso de la Nación.
Esta escultura, que forma parte del conjunto escultórico "La puerta del Infierno" en París, es una de las tres originales que cuenta con la firma de Rodin. Aunque fue realizada en 1881, se encuentra en la plaza hace 117 años y se convirtió en un verdadero sobreviviente, resistiendo tanto las inclemencias del tiempo como las numerosas protestas ciudadanas que se llevan a cabo en ese histórico lugar.
El Pensador es un hombre desnudo sentado sobre rocas, con la cabeza apoyada en uno de sus brazos en actitud de pensamiento. Esta escultura fue originalmente ideada para la entrada del Congreso de la Nación, pero como el Palacio aún no estaba terminado, se la colocó provisionalmente en la plaza vecina, donde quedó definitivamente. "Lo que hace que mi pensador piense es que él piensa no sólo con su cerebro, con su ceño fruncido, con sus fosas nasales distendidas y sus labios comprimidos, con cada músculo de sus brazos, espalda y piernas, con su puño apretado y sus dedos de los pies agarrados", dijo Rodin sobre su obra.
La Plaza Mariano Moreno forma parte de la Plaza del Congreso, un conjunto de tres plazas que fue ideado por Carlos Thays en 1910. Además de El Pensador, en estas plazas también se encuentran el monolito del Kilómetro Cero, que marca el inicio de todas las rutas nacionales que atraviesan el país, y los bustos de Mariano Moreno y José Manuel Estrada. Un paseo histórico que además cuenta con el Teatro Liceo, el más antiguo de la ciudad.
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Antes de ser conocida como El pensador, la escultura se titulaba El poeta. La figura estaba concebida como un creador que observaba a los condenados —aquellos representados en el texto de Alighieri— vagando por los diferentes círculos del infierno. Esta pieza original solo medía 70 centímetros y fue en 1903 cuando se reprodujo a una escala mayor: casi 1,90 m. Desde allí, la escultura adquirió la fama que hoy todavía conserva.
La instalación de El pensador delante del Panteón de París, en 1906, fue todo un éxito. En 1922, la escultura se trasladó al Museo Rodin de aquella misma ciudad francesa.
Cómo llegó el Pensador de Rodin a Buenos Aires
Gracias a la gestión del primer director del Museo Nacional de Bellas Artes, el pintor e historiador de arte Eduardo Schiaffino, se realizó una copia de la obra francesa que vino directamente de París, en 1907. Si bien iba a ser emplazada en las escalinatas del Congreso de la Nación, la demora que supuso la construcción del edificio hizo que la pieza —fundida en bronce a partir del molde original y que también lleva la firma de Rodin— quedara instalada definitivamente en la Mariano Moreno aledaña, a espaldas de la fachada principal del edificio. Fue exhibida por primera vez durante el Centenario de la Revolución de Mayo en 1910.
Eduardo Schiaffino, pintor, crítico y primer director de nuestro Museo Nacional de Bellas Artes, pasó en 1906 por el Panteón parisino, donde estaba esa pieza, y no dudó: la escalinata del Congreso argentino debía tener su Pensador. La escultura llegó de Francia en 1907, hecha en bronce con el molde original y firmada por Rodin.