Tercera ola de COVID-19, variantes y vacunas: las respuestas a las preguntas más frecuentes

Los expertos responden. ¿Qué pasa con las nuevas variantes? ¿Estamos protegidos con una sola dosis? ¿Cuánto conviene esperar para la segunda? ¿Se pueden mezclar? ¿Qué va a pasar con los chicos? Y otras dudas.

30 de junio, 2021 | 16.58

Hasta hace poco nuestras dudas respecto a las vacunas eran sencillas. Queríamos saber si funcionaban o no (y funcionan), si eran seguras o no (y son seguras) y cuándo iban a llegar (están llegando a buen ritmo y existen compromisos para recibir decenas de millones en los próximos meses). Ahora que ya se conoce la respuesta a esas preguntas, surgen otras, a veces más difíciles de contestar, que tienen que ver con una nueva realidad sanitaria, social y epidemiológica.

¿Qué pasa con las nuevas variantes? ¿Estamos protegidos con una sola dosis? ¿Y los que tuvimos la enfermedad? ¿Cuánto conviene esperar para darnos la segunda? ¿Vamos a necesitar una tercera en el futuro? ¿Se pueden mezclar distintas plataformas? ¿Qué va a pasar con los chicos? ¿Hubo muchos efectos colaterales? ¿Los que ya están inmunizados todavía se contagian? ¿Pueden contagiar? ¿Alcanzan estas vacunas para ganarle definitivamente a la enfermedad?

Para entender mejor el escenario y evitar operaciones y fake news, El Destape consultó con el inmunólogo Ernesto Resnik y con el infectólogo Javier Farina y revisó los últimos estudios y publicaciones. Lo que sigue son preguntas frecuentes, con una respuesta que refleja el estado de situación actual, en el marco de una pandemia que cambia y pone a prueba permanentemente las certezas que se fueron construyendo. Se trata de una foto de cómo están las cosas hoy pero puede darnos pistas de cómo sigue (o termina) la película.

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1) ¿Las vacunas son efectivas contra la variante Delta?

La respuesta corta es sí. En los últimos días se conocieron estudios que comprueban la efectividad de las fórmulas de Pfizer, Moderna, Sputnik y AstraZeneca (en el caso de la británica, aparentemente, algo menor) contra la variante más peligrosa que circula hoy en el mundo. Otras vacunas que utilizan tecnología similar deberían mostrar resultados también parecidos, según el consenso científico. “Es lo esperable, porque las mutaciones todavía no son suficientes como para hacer ineficaces a las vacunas”, explica Resnik.

El efecto de la vacunación puede percibirse en los países donde la variante Delta ya circula de manera comunitaria, como Inglaterra. Allí, aunque la suba de casos lleva varias semanas, no se observa que eso derive en un aumento de demanda hospitalaria o de víctimas fatales, comparado con un período de tiempo similar durante la segunda ola. Estadísticas oficiales de ese país indican que la eficacia contra hospitalización en personas con el esquema completo es superior al 90 por ciento.

“Las vacunas aprobadas son efectivas contra cualquier variante que circula a la fecha”, agrega Farina. La última aclaración es vital: este coronavirus ha manifestado una capacidad de mutación muy alta, de manera tal que es probable que en el futuro circulen nuevas formas de la enfermedad que se vuelvan más efectivas a la hora de evadir la respuesta inmune. Algo de eso ya se ve en la Delta. “En este caso la eficacia es menor, y menos aún si no se completan los esquemas”, indica el infectólogo.

2) ¿Es cierto que una sola dosis es totalmente inútil ante esta nueva variante?

“Para nada”, sentencia Resnik. “La primera dosis es la que produce la inmunidad, la segunda solamente es un refuerzo”. Un reporte del PHE (el departamento de Salud británico) sobre población vacunada con Pfizer y AstraZeneca indica que aunque la efectividad para prevenir casos sintomáticos en personas que habían recibido una sola dosis es de apenas el 35 por ciento, si se miden en cambio las hospitalizaciones ese número trepa hasta un impresionante 80 por ciento.

Eso significa que es probable que en los próximos meses se vea una reducción importantísima de la mortalidad por Covid-19 y también en la presión sobre los sistemas de salud. Pero también que resulta extremadamente difícil que el virus deje de circular, al menos hasta que haya un porcentaje mayoritario de la población mundial vacunada con el esquema completo. Y esa circulación brinda nuevas oportunidades para la aparición de variantes que eludan mejor a la inmunidad.

Por eso es importante avanzar con las segundas dosis, según coinciden los expertos. Según el PHE, la capacidad de las vacunas para detener la variante Delta está en el orden del 17 por ciento menos respecto a la variante alfa con una sola dosis aplicada, pero una vez que se aplican las dos, la diferencia es de apenas un 2 por ciento.  En conclusión, aunque una sola dosis ofrece cierto nivel de protección ante esta cepa más contagiosa, es importante completar el esquema de vacunación para estar plenamente inmunizado.

3) ¿Qué sucede con los que ya estuvieron infectados? ¿Y si ya tienen una dosis?

Un reciente estudio de la Universidad de Oxford asegura que “la seroconversión después de la infección con SARS-CoV-2 confiere protección contra las reinfecciones por lo menos durante ocho meses”. Todavía es demasiado pronto para saber el grado de inmunidad que ofrecen las defensas naturales ante la nueva variante que circula, pero es importante destacar que todos tienen algún grado de inmunidad y que eso no varía si cursaron una enfermedad grave o si resultaron asintomáticos.

Sin embargo, “la variante Delta interfiere con la inmunidad, tanto cuando es generada por las  vacunas como por quienes tuvieron una infeccion previa”, advierte Farina. Por lo tanto, “podemos reinfectarnos más fácilmente que con la variante original”. Resnik, por su parte, explica que “la inmunidad natural es más completa” porque “el virus tiene más de treinta proteínas y la vacuna tiene una sola”. Por eso, si una sola dosis de la vacuna ofrece cierta protección, se estima que las defensas naturales también.

Eso sí: la combinación de ambos factores logra los mejores resultados. “Cuando el sistema inmune se enfrenta dos veces a lo mismo le otorga mayor gravedad y por lo tanto actúa con más fuerza”, dice Resnik. Por eso, las personas que estuvieron expuestas al virus y luego fueron vacunados con una dosis de cualquier plataforma hoy muestran, en todos los estudios sobre el tema, los niveles de inmunidad más altos que se hayan detectado. Un principio similar alimenta la idea de mezclar vacunas para lograr más efectividad.

4) ¿Cuál es el intervalo de tiempo ideal para darse la segunda dosis?

Lo que está claro es que el efecto de la primera dosis no tiene vencimiento y que la protección dura, por lo menos, varios meses. A esta altura, ya son muchos los estudios que concluyen que demorar el refuerzo termina dando un mejor resultado final, aunque en vacunas de tan alta efectividad la diferencia práctica no es significativa. Cada país determina su propio intervalo en función de maximizar los efectos, de la disponibilidad en el momento y de la estrategia de inmunización elegida por las autoridades.

Las pruebas clínicas de las vacunas que se aplican en el mundo se hicieron, en general, observando intervalos de 14 a 28 días. En función a la efectividad demostrada por la aplicación de una sola dosis y ante la escasez de vacunas, muchos países decidieron demorar la aplicación final a entre 8 y 12 semanas, sin necesidad de conducir ensayos clínicos previos. Esta semana se conoció un importante trabajo de la universidad de Oxford que demuestra que el efecto se potencia postergando la segunda dosis hasta 45 semanas.

De todas formas, “lo mejor cuando el virus todavía circula mucho es tener la segunda dosis cuanto antes, entre dos o tres meses después de la primera”, explica Reznik. Para Farina también ese es “el intervalo ideal” en la situación argentina. Ante la posibilidad de que haya circulación comunitaria de la cepa Delta, que, como vimos, tiene cierto grado de evasión inmune, resulta preferible acelerar el proceso de completar los esquemas de vacunación. En la Argentina se está aplicando actualmente ese criterio.

5) ¿Será necesario darse una tercera o más dosis después de completar este esquema?

“Hoy sabemos que la inmunidad de las vacunas es duradera y que la inmunidad por haber contraído el virus también. Pero dependerá de las variantes. Cuantas más mutaciones se acumulen, más pasos daremos hacia un horizonte en el que las vacunas dejan de ser efectivas. Por eso es muy posible que si siguen produciéndose variaciones nos tengamos que reforzar”, dice Resnik. “Es probable que los esquemas se amplíen a terceras dosis o más si siguen apareciendo variantes”, coincide Farina.

A esta altura, no hay discusión en el ámbito científico al respecto. Los principales fabricantes de vacunas no solamente admiten públicamente que será necesario administrar dosis de refuerzo sino que en algunos casos están trabajando específicamente en nuevas fórmulas que contemplen las características de las variantes que despiertan mayor preocupación. Sin embargo es probable que, como la segunda dosis, el refuerzo pueda también diferirse varios meses en el tiempo.

6) ¿Está comprobada la efectividad de mezclar diferentes vacunas?

Hay pocos estudios completos al respecto, hechos con AstraZeneca y Pfizer, y todos arrojan como resultado que las combinaciones son muy eficaces y seguras y que incluso el resultado final puede ser mejor que con dos dosis de la misma. La teoría médica indica que no hay motivos para creer que otras permutaciones puedan tener un efecto diferente. “Potencialmente puede hacerse con cualquiera de ellas”, asegura Farina. Y de hecho ya se está haciendo en todo el mundo.

En varios países (entre ellos Estados Unidos, Italia, España, Corea del Sur y Canadá) se avanzó incluso sin necesidad de realizar ensayos clínicos previos. El caso más notorio es el de Alemania, donde Angela Merkel se dio una dosis de AstraZeneca y semanas más tarde completó el tratamiento con una de Moderna. “Ya nadie se pregunta si conviene hacerlo o no”, dice Resnik. Por estas horas en la Argentina el gobierno evalúa utilizar la vacuna monodosis de Cansino en lugar del componente 2 de la Sputnik si se hace necesario.

Credito: The Lancet (preprint).

7) ¿Qué sucede con la vacunación para menores de edad?

En varios países del mundo comenzó la vacunación de menores de 18 años. La aparición de las nuevas variantes en países con el operativo de vacunación avanzado encontró en esa franja de edad su principal vector, de manera tal que hasta que no estén inmunizados no se podrá detener la circulación viral. Los estudios comenzaron más tarde porque esperaron a contar con datos de seguridad, pero se encuentran en una etapa avanzada y, como con la combinación de vacunas, se decidió avanzar sin esperar al paper.

“No deberían, sólo por ser menores de edad, tener más eventos adversos que los mayores”, dice Farina. Un factor a tener en cuenta es que cómo el Covid no causa prácticamente síntomas en personas de esa edad, la vara de lo que se considera un efecto secundario tolerable está ubicada mucho más abajo. “Inmunidad ya sabemos que desarrollan, lo que hay que ver es que no se les aplique una vacuna que cause un malestar peor que el que les podría causar la enfermedad”, agrega Resnik.

 

8) ¿Qué hay de los efectos colaterales conocidos hasta ahora?

“Son realmente poquísimos casos y hay 2000 millones de personas vacunadas ya”, señala el inmunólogo. Se registraron en primer lugar problemas con un número reducido de personas que tuvieron una reacción alérgica severa a la vacuna de Pfizer y más tarde las coagulopatías asociadas a la aplicación de AstraZeneca y Johnson & Johnson, sin embargo la incidencia es tan baja que el beneficio supera ampliantente al riesgo. “Los eventos adversos son mucho menores que con cualquier fármaco que conozcamos”, dice Farina.

 

9) ¿Qué se sabe respecto a la capacidad de las vacunas para evitar el contagio?

Es quizás la variable más difícil de medir, ya que la mayoría de las personas que se contagia de coronavirus no tiene síntomas y por lo tanto no se detecta. Esto es todavía más cierto para las personas inmunizadas, a salvo de las manifestaciones más graves de la enfermedad. “Es esperable” que también las vacunas prevengan, al menos parcialmente, que una persona pueda contagiarse y contagiar a otros, señala Resnik. “La vacuna hace que el sistema inmune ataque al virus apenas entra al organismo”.

 

10) ¿Es la vacuna la solución a la pandemia?

“Las vacunas claramente son la bisagra de esta pandemia”, dice Farina. “Es importante avanzar con la vacunación en el mundo para lograr una inmunidad de rebaño colectiva y que no emerjan nuevas variantes en regiones donde no hay acceso a la vacunación”, completa el infectólogo. Resnik coincide. En teoría, la velocidad de la inmunización superará a las mutaciones eventualmente, terminando con esta carrera entre vacunas y variantes. “Es muy posible que con estas vacunas, en el tiempo logremos erradicar al virus”. Ojalá.