Ante el avance del COVID-19, los gobiernos nacionales iniciaron nuevas medidas de restricciones para detener la circulación de virus en sus poblaciones, como en la Argentina, donde el Gobierno de Alberto Fernández decretó un conjunto de prohibiciones y limitaciones por 9 días que incluyen el cierre de las escuelas, de bares y restaurantes, circulación en el transporte público limitada a trabajadores esenciales, entre otras medidas.
Un reciente estudio estadounidense publicado esta semana en la revista científica Nature revela la efectividad de las restricciones fuertes para reducir la movilidad y de esta forma mitigar la propagación del COVID-19. Entre las medidas más fundamentales, según el informe, se encuentran el cierre de bares y restaurantes como también de los negocios no esenciales.
Según detalla la investigación, descubrieron que las declaraciones de emergencia a nivel estatal dieron como resultado una reducción del 9.9% en el tiempo pasado fuera de los lugares de residencia, la implementación de una o más políticas de distanciamiento social resultó en una reducción adicional del 24.5% en la movilidad y los mandatos de refugio en el lugar arrojaron una reducción adicional del 29,0%. Las disminuciones en la movilidad se asociaron con reducciones sustanciales en el crecimiento de casos 2 a 4 semanas después.
El estudio, que fue realizado a partir de datos de movilidad anonimizados y agregados de usuarios de Google que optaron por participar en todos los estados de Estados Unidos, detalló que el primer estado de emergencia relacionado con COVID-19 fue declarado por el estado de Washington el 29 de febrero de 2020 y los más recientes por Oklahoma y Maine el 15 de marzo. Posteriormente, muchos estados ordenaron el cierre de las escuelas (encabezados por Louisiana y Virginia el 13 de marzo de 2020) y/o puso límites a actividades y negocios específicos con el fin de promover el distanciamiento social. En una semana, 48 estados y Washington DC habían implementado al menos una política de distanciamiento social. En el 78% de los estados, la primera orden de distanciamiento social que se impuso fue el cierre de escuelas. El 16 de marzo, Nevada promulgó órdenes que aconsejaban a los residentes que se refugiaran en el lugar, seguido de California el 19 de marzo de 2020. Para el 5 de abril, el 80% de los estados había ordenado a los residentes que se refugiaran en el lugar.
Restricciones más fuertes más impacto sobre la reducción de contagios
En tanto, entre los estados que inicialmente implementaron una orden única de distanciamiento social, la orden única más efectiva fue imponer límites a las operaciones de bares y restaurantes, lo que se asoció con una reducción del 25,8% en el tiempo de ausencia de los lugares de residencia. Este resultado puede sugerir que las restricciones en las operaciones de bares y restaurantes desalientan las salidas a otros puntos de interés más allá de los restaurantes, como el comercio minorista y la recreación. Las reducciones más pequeñas en el tiempo pasado fuera de los lugares de residencia se observaron en aquellos estados que solo impusieron cierres de escuelas obligados por el estado y/o prohibiciones a grandes reuniones, lo que sugiere que los límites de bares y restaurantes y las órdenes que exigen el cierre de negocios no esenciales son fundamental para reducir aún más la movilidad.
En este marco, detectaron que una disminución del 5% en el tiempo pasado fuera de las residencias se asoció con un 9,2% menos de casos nuevos de COVID-19 notificados 2 semanas después. Una disminución del 10% en la movilidad se asoció con un 17,5% menos de casos nuevos de COVID-19 notificados 2 semanas después. En este sentido, concluyeron en que los cambios en la movilidad se asociaron más fuertemente con cambios en las tasas de crecimiento de casos 3 y 4 semanas después. "En general, encontramos una fuerte relación entre la implementación de la política de distanciamiento social y la disminución de la movilidad, que a su vez se asoció con una disminución del crecimiento de casos de COVID-19", remarcaron en el informe.
Si bien la mayoría de los estados declararon el estado de emergencia a principios de marzo, la declaración de emergencia per se solo tuvo un efecto modesto en la movilidad. Por el contrario, la implementación de una o más órdenes específicas de distanciamiento social se asoció con una reducción adicional de casi un 25% en el tiempo pasado fuera de los lugares de residencia y una reducción adicional del 33% en las visitas a las tiendas minoristas y lugares recreativos.
En este sentido, los investigadores remarcaron que los efectos fueron evidentes en todos los estados y prácticamente en todos los condados pero encontraron que aquellos estados que implementaron múltiples medidas de este tipo experimentaron disminuciones más pronunciadas en la movilidad. Además, los límites en bares y restaurantes parecieron ser la orden de distanciamiento social más eficaz para reducir la movilidad.
"Concluimos que las órdenes estatales destinadas a promover el distanciamiento social parecen ser altamente efectivas para lograr los objetivos de salud pública de alentar a las personas a minimizar el tiempo fuera de su lugar de residencia y, por lo tanto, reducir el riesgo de transmisión de COVID-19 en la población", concluye el informe.