El objetivo de Basura Cero sigue presente en la Ciudad. El próximo año clave para la revisión de su cumplimiento será el 2021 y el objetivo es que la pandemia del coronavirus no afecte esas proyecciones que, en definitiva, implicarán un beneficio para toda la sociedad. Los datos son llamativos: los porteños producen 7.300 toneladas diarias de basura, casi 2,5 kilos por persona. Una porción importante es trabajada por los recuperadores urbanos. El gasto para la limpieza es el más importante del territorio: para este año se destinarán más de 30 mil millones de pesos.
La legisladora porteña del Frente de Todos, Cecilia Segura, elaboró un proyecto de ley para declarar a los recuperadores urbanos como servicio esencial, ya que su trabajo permite recolectar, tratar y reutilizar muchos de los residuos que se producen a diario en la Capital Federal. Pero, además de esta labor tan importante, esos insumos proveen a distintas industrias que hoy carecen de materia prima para funcionar.
La gestión de los materiales reciclables forma parte del Servicio de Higiene Urbana y tiene un marco legal que lo regula. Hay convenio con 12 cooperativas que agrupan a 6.570 personas que trabajan en el sistema público de recolección diferenciada, selección, acondicionamiento y comercialización de residuos sólidos urbanos reciclables y reutilizables. La modalidad de trabajo es heterogénea. Puede ser puerta a puerta, mediante puntos verdes, grandes generadores y contenedores. Además, hay 16 centros de tratamiento que pertenecen a la Ciudad, usados para el reciclado.
El texto reza que “resulta importante poder restablecer los servicios de recolección de materiales reciclables así como su clasificación, acondicionamiento, limpieza, tratamiento y comercialización de una manera segura” con los adecuados protocolos de seguridad y protección personal para no exponerse al virus y materiales contaminados. No sólo para garantizar el trabajo y la función social que brindan los recuperadores sino también por el rol central que cumplen en ciertas industrias.
Las industrias de papel y cartón, industrias plásticas y del vidrio, fundiciones de metales ferrosos y no ferrosos incorporaron a sus procesos de producción el material recolectado por los recuperadores urbanos. Ante la pandemia, están en una situación difícil porque bajó la materia prima necesaria para realizar las tareas. Los datos arrojan que la papelera utiliza más del 60% de material recuperado, cuyo destino es principalmente el packaging de alimentos, medicamentos, papel sanitario, entre otros. En tanto, la industria siderúrgica supera el 30 %.
En acuerdo con las cooperativas, el texto propone una restitución del servicio por etapas. En una primera etapa, la recolección estará destinada a generadores de bajo riesgo como supermercados, farmacias y puntos verdes con la separación en origen y un protocolo adecuado ds veces por semana con una dotación mínima. Según avance la situación epidemiológica, la segunda etapa apuntará a restablecer la recolección domiciliaria con días específicos.
Toneladas de basura
Según el último informe oficial que el Gobierno porteño entregó a fines de 2019, el año pasado se generaron 7.300 toneladas diarias de residuos, casi 2,5 kilos por persona al día. El promedio en Estados Unidos es de 1,9 kilos al día por ciudadano y en el resto de nuestro país es de cerca de un kilo. Esa gran producción está vinculada, explicaron fuentes parlamentarias, al importante nivel de consumo que maneja la ciudad más rica del país.
Una vez frente a la montaña de basura, es necesario discernir cuántas toneladas se pueden recuperar y reutilizar para no llegar al CEAMSE. Los caminos son varios: la Ciudad tiene una planta de tratamiento de áridos para residuos de la construcción. Según los datos oficiales, allí van unas tres mil toneladas diarias de las cuales se recupera un 80%. Otras 400 van a los centros verdes.
Pero también, detallaron, hay unas 1.200 que entran a una planta de tratamiento biológico mecánico en el CEAMSE, una especie de planta previa para terminar, en una mayor parte, en la deposición final. O sea, sin recuperarse nada, con la excusa de ser menos dañina. Según explicaron a este medio, en el último informe oficial se estipuló que 2.828 toneladas diarias ingresaron al predio ubicado en José León Suárez, pero sin contar estas 1.200 que llegaron a “la planta previa”. La cuenta da un poco más.
Se produce mucha basura y también se gasta mucho en basura. El gasto total de limpieza de la Ciudad de Buenos Aires para 2020, según el presupuesto, es de 33.000 millones de pesos, de los cuales el 87% está destinado a higiene de terceros (o sea, los contratos para la recolección de residuos húmedos) y aproximadamente un 10% para los cooperativistas recuperadores urbanos. El año pasado, el monto global fue de 29.328 millones de pesos.
La Ciudad está dividida en siete zonas. Una de ellas está bajo la operación del Ente de Higiene Urbana estatal y el costo del servicio por cuadra es de 558.857 pesos. Sin embargo, las empresas que cubren las otras áreas cuestan 1.192.040 pesos por cuadra. En comparación, la CABA gasta 8.034 pesos por habitante en este ítem, mientras que Rosario lo hace con 2.178 pesos, Santa Fe con 2.388 y Córdoba con 3.883. Todas grandes ciudades.