La pandemia del COVID-19 que provocó desde diciembre de 2019 la muerte de 3,3 millones de personas y más de 156,5 millones de casos confirmados en todo el mundo, podría transformarse en menos de 10 años en un resfrío común y solo producir una infección asintomática en los adultos y un leve catarro en niños, según indicaron expertos en un estudio recién publicado en Science.
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Esta afirmación de los científicos se basa en un modelo matemático que reproduce la propagación del virus. Otros expertos independientes en evolución viral e inmunología respaldan sus conclusiones. “Nuestro modelo sugiere que esta transformación tardará entre uno y 10 años”, detalló Jennie Lavine, investigadora de la Universidad Emory (Estados Unidos) y primera autora del estudio.
Según el estudio, el plazo exacto dependerá de la rapidez que se propague el virus y del avance de las campañas de vacunación en todo el mundo. Asimismo, influye un factor más complejo que tiene que ver con cuánto tiempo alguien es inmune al COVID-19 grave después de haberse infectado o haber recibido la vacuna. “Lo ideal es que la capacidad de bloquear la enfermedad sea duradera, pero que la capacidad de transmisión sea más corta”, agrega el científico.
Cuándo el COVID-19 se convertirá en un simple resfrío
Los científicos razonan en que el SARS-CoV-2 es similar a los cuatro coronavirus del catarro y si esto es así, se confirma que cuando la mayoría de la población esté vacunada, "el virus no podrá seguir causando enfermedad grave, pues las vacunas lo impiden". Es por eso que se cree que los recién nacidos serán los únicos más afectados por no estar vacunados, pero en ellos solo se producirían síntomas leves parecidos a un resfriado. “Estos resultados refuerzan la importancia de seguir con las medidas de aislamiento hasta que las campañas de vacunación durante esta fase pandémica hayan concluido. Es posible que sea necesario continuar la vacunación en la fase endémica”, aseguran los autores del trabajo.
“Lo más razonable es que en esta década este virus se vuelva endémico y produzca solo picos estacionales en invierno”, agregó Mark Lipsitch, epidemiólogo de la Universidad de Harvard. En mayo de 2020, su equipo calculó que seguirá habiendo picos de infección por este coronavirus por lo menos hasta 2024.
El investigador remarcó que el impacto en la salud pública de este virus bajará radicalmente cuando se cumpla una de dos condiciones: la primera es que, como dice este estudio, la inmunidad ante el COVID grave sea duradera y que además sea reforzada a través de reinfecciones leves, porque no hay una inmunidad total. La segunda es que haya una cobertura de la vacuna en las personas de más riesgo, de forma que la mortalidad se reduzca muchísimo. "Creo que es probable que lo primero suceda en todo el mundo. Los países desarrollados habrán cubierto la vacunación en seis meses o un año y el resto de países un tiempo después”, agregó.
Otro estudio que confirma que el COVID-19 se convertirá en un resfrío común
Otro estudio realizado en el hospital La Paz de Madrid por el equipo de Cristina Calvo, jefa de Pediatría de dicho nosocomio analizó las infecciones por coronavirus catarrales en niños durante los últimos 14 años y llegó a la conclusión de que "los virus o se adaptan y se hacen leves o desaparecen porque se quedan sin huéspedes”. “Lo lógico es que vaya perdiendo patogenicidad y letalidad”, aseguró el especialista.
“Este virus es prácticamente imposible de erradicar. Estoy de acuerdo en que en el futuro, este virus se va a parecer más a los coronavirus del catarro que al SARS y al MERS”, agregó en este sentido Toni Trilla, epidemiólogo del hospital Clínic de Barcelona.