COVID-19 en niños: el debate de pediatras por el impacto de la enfermedad

Desde la Sociedad Argentina de Pediatría sostuvieron que los menores de edad "no son especiales transmisores", El Destape consultó a pediatras que se diferenciaron.

31 de mayo, 2021 | 14.25

Ante el avance del COVID-19 en la Argentina, que en esta segunda ola registró un aumento significativo de niños contagiados y de internados por la enfermedad, desde la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) sostuvieron que los menores de edad "no son especiales transmisores ni receptores del virus" y que "las escuelas son un lugar seguro".  Las afirmaciones de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) parten de un comunicado sobre las "verdades y enigmas" de la pandemia de coronavirus en donde insistieron en que los niños, niñas y adolescentes en su gran mayoría cursan la enfermedad de una forma "benigna", siendo "muy bajo el porcentaje de formas graves, las que ocurren especialmente en pacientes con morbilidades previas".

En este marco, El Destape consultó a pediatras que coincidieron en que la mayoría de los niños/as transitan la enfermedad de forma leve; sin embargo se diferenciaron al afirmar que los menores de edad se contagian de la misma forma que los adultos con un dato no menor: al ser asintomáticos sí son transmisores del virus. "Los menores de 16 años transitan el COVID-19 de forma benigna, eso es cierto, pero son asintomáticos lo cual se convierte en un problema porque tiene pocos síntomas y esto genera que distribuyan el virus", aseguró la médica pediatra Carolina Marotta, en diálogo con este medio.

En coincidencia, la médica y residente de Pediatría articulada con la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica (UTIP) de Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, Yanina  Bellesi, remarcó que "los casos en niños son leves y sin embargo continúan siendo asintomáticos o síntomas leves. Es por eso que son grandes portadores porque al no presentar síntomas si contagian".

Niños internados con COVID-19

Si bien, el porcentaje de niños internados con COVID-19 sigue siendo bajo, alrededor del 1%, las pediatras consultadas aseguraron que los pacientes con COVID-19 menores de edad internados tienen factores de riesgo, es decir comorbilidades. "Hay un altísimo porcentaje de pacientes pediátricos con enfermedades graves que tiene preexistencia, es decir que ante la gran circulación de virus llega a los chicos y hay un porcentaje que tiene enfermedades de base y estos chicos cuando tienen COVID-19 lo transitan de forma grave", detalló Marotta.

En el caso del Hospital General de Niños Pedro de Elizalde, según detalló Bellesi, "la terapia intensiva esta llena pero la mayoría son pacientes no COVID. Solo 2 son los que la causa es por COVID y estos pacientes tienen factores de riesgo". En este sentido, los profesionales de la salud coinciden en que los niños con comorbilidades son más vulnerables.

Entre las enfermedades preexistentes que afectan a los chicos al contagiarse de COVID-19 y aumentan la probabilidad de ingresar a las Unidades de Terapia Intensiva (UTIs) se encuentran aquellas  inmunosuprimidos, cardiopatías, enfermedad renal crónica, síndromes genéticos, entre otras.

Presencialidad si, presencialidad no

En cuanto a la presencia de chicos y chicas en el aula, desde la SAP afirmaron que trabajando con los protocolos adecuados es un "lugar seguro, con un muy bajo índice de contagios, con cifras cercanas al 1% en todos los actores escolares". En esta dirección, la Sociedad Argentina de Pediatría expresó que "el aislamiento social prolongado en los niños, niñas y adolescentes tiene serias consecuencias emocionales y físicas en todas las edades escolares".

Sin embargo, a nivel nacional, según datos difundidos por el Ministerio de Salud, en el inicio de clases en la Argentina los casos notificados de la población en edad escolar se encontraban por debajo de los 3.800 por semana, pero 15 días después se acercaban a los 5.000, en coincidencia con el comienzo del ciclo lectivo en 17 jurisdicciones. Ya en la semana 11 (a mediados de marzo) los casos confirmados en población en edad escolar superaban los 5.000 y en la siguiente se ubicaban por encima de los 7.500 semanales, marcando un aumento significativo. En la semana 13 (finales de marzo e inicios de abril) los casos crecieron por encima de 10.000 y en la siguiente alcanzaron los 12.500, de acuerdo al gráfico que reúne los datos según la fecha de inicio de síntomas.

Las pediatras consultadas coincidieron en la importancia de la educación pero que "la presencialidad sólo debe ser con todos los docentes vacunados y cumpliendo protocolos", algo muy difícil en todos los niveles de escolaridad. "Debemos volver a  clases presenciales, el confinamiento no es saludable para los niños, niñas y adolescente desde el crecimiento hasta lo educativo, pero tendríamos que asegurarnos las vacunas para todos los docentes, cumpliendo los protocolos. Hay prioridades la salud y educación tienen que serlo en todo país", sostuvo Bellesi.

COVID-19 en niños: el debate de pediatras por el impacto de la enfermedad en los menores

En este marco, Marotta, quien también es parte de la SAP pero mantiene, junto a otros 100 pediatras, una postura opuesta respecto a la presencialidad, agregó: "En el nivel inicial y primario, los docentes se acercan a los niños para contención y educación, por lo tanto el distanciamiento de dos metros no se puede cumplir. Además los chicos están entre 4 y 8 horas donde no hay circulación cruzada en la mayoría de de los casos y en invierno con 5 grados es muy difícil dar clases y cumplir con el protocolo". "Los chicos se contagia igual que los adultos y luego ellos contagias a los padres y de esta forma se distribuye el virus", insistió.  

En este sentido, la médica pediatra especialista en Nutrición, Norma Piazza, coincidió en que los protocolos en las escuelas no se cumplen y exigió la vacunación para los docentes. "Cuánto tiempo falta para que la población esté vacunada, según la ministra de Educación de CABA 15 días para los/as docentes", ironizó. Cabe recordar que la Ciudad Autónoma de Buenos Aires la franja de 0 a 9 años fue la que mayor crecimiento con el inicio de clases presenciales que implicó un crecimiento de 5,63, es decir que se multiplicaron por más de 5 veces.

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