El trabajo de los riñones cuando están sanos es el de limpiar la sangre eliminando las toxinas, además de producir hormonas que mantienen fuertes a los huesos y sana a la sangre. Cuando este órgano falla, es necesario un tratamiento llamado diálisis, que suple el trabajo que estos realizan. Para eliminar los desechos peligrosos del cuerpo, el exceso de sal y agua, existen dos tipos de tratamiento: hemodiálisis y diálisis peritoneal. Ambos requieren que se siga una dieta especial.
Cuando los riñones por un motivo u otro dejan de realizar su función excretora y comienzan a funcionar entre un 10% y un 15% de su capacidad, se suele comenzar a realizar diálisis, una terapia considerada "de espera", hasta que se pueda realizar un trasplante renal. En ocasiones también se utiliza como única medida ya que el trasplante no es viable. Encefalopatía urémica, pericarditis, acidosis, insuficiencia renal, edema pulmonar o hiperpotasemia son algunas patologías renales que pueden requerir de diálisis.
En qué consiste la diálisis
Si bien existen dos tipos diferentes de diálisis, su misión es la misma y es la de sustituir algunas funciones renales: el objetivo es eliminar los desechos y exceso de líquido, equilibrando la cantidad de electrolitos y otras sustancias. Vale aclarar que la diálisis es un tratamiento imperfecto para reemplazar la función renal ya que no sustituye las funciones endocrinas del riñón, por lo que suele tratarse de una terapia "de espera" mientras se aguarda por el trasplante de un riñón.
Hemodiálisis
En este tratamiento, la sangre se bombea a través de un filtro conocido como dializador, fuera del organismo, donde la misma es limpiada antes de regresarla al cuerpo. Es el tratamiento más usual de diálisis y su característica principal es que se utiliza una membrana artificial. Este llamado "riñón artificial" quita el exceso de agua, residuos y toxinas purificando la sangre antes de devolverla al cuerpo. Las sesiones pueden durar unas cuatro horas y entre sus funciones más importantes se encuentra ayudar a controlar la presión arterial y a equilibrar los minerales importantes en la sangre como el potasio, el sodio y el calcio.
Diálisis peritoneal
Para este tipo de tratamiento se utiliza el revestimiento del abdomen o vientre del paciente para filtrar la sangre dentro del organismo. Antes de comenzar a realizarse, un médico coloca en el abdomen del paciente un tubo blando conocido como catéter. La solución de diálisis (agua con sal y otros aditivos) fluye desde una bolsa a través del catéter hasta el abdomen. Una vez que la bolsa se vacía, se desconecta el catéter de la bolsa y se tapa para que el paciente pueda moverse y realizar sus actividades normales.
Mientras la solución de diálisis está dentro del abdomen, absorbe las toxinas y el exceso de líquido del organismo. Luego de unas horas, se drenan la solución y las toxinas del abdomen a la bolsa vacía. Después se vuelve a comenzar el proceso con una nueva bolsa de solución para diálisis. Cuando la solución está fresca, absorbe las toxinas rápidamente. A medida que pasa el tiempo, el filtrado disminuye. Por esta razón, se debe repetir el proceso de vaciar la solución usada y volver a llenar el abdomen con una solución fresca de cuatro a seis veces al día.