Ayer, jueves 14 de noviembre, el vocero presidencial, Manuel Adorni, comentó en su habitual conferencia de prensa que la Secretaria de Innovación, Ciencia y Tecnología había detectado en una auditoría ‘datos escandalosos’ sobre financiamientos, por la cifra total de 12 mil millones de pesos. En particular, se refirió a investigaciones de ‘dudoso impacto social’, entre las que mencionó el proyecto titulado "Hacia la deconstrucción de palimpsestos en el sector oriental del valle de Santa María, Tucumán", liderado por la doctora Carolina Somonte y firmado también por Carlos Baied, ambos investigadores del Conicet y docentes de la Universidad Nacional de Tucumán.
Los científicos todavía no salen de su incredulidad ante semejante escarnio, ya que no alcanzan a explicarse qué es lo que se habrá considerado "escandaloso" y de "dudoso impacto social". El Consejo de Dirección del Centro de Investigaciones en Ecología Histórica de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo dio a conocer una carta dirigida a la opinión pública y al vocero, expresando su asombro y al mismo tiempo su más enérgico repudio a estas afirmaciones. "Las declaraciones que se emitieron durante una reciente rueda de prensa, no solo son profundamente erróneas, sino que también ponen en peligro el principio de independencia de la investigación científica y el derecho fundamental a la libre expresión y crítica académica", subrayan.
MÁS INFO
"¿Qué puede haberles llamado la atención del título (que es lo único que habrán leído) –se pregunta Gustavo Politis, recientemente galardonado con el Premio Humboldt de Investigación (Humboldt Research Award), uno de los más importantes de Europa y que se otorga a científicos y científicas de todo el mundo cuyos desarrollos fundamentales, nuevas teorías o conocimientos tuvieron un impacto significativo en su disciplina–. ¿Tal vez el término 'deconstrucción' les habrá sonado a crítica feminista? Sin embargo, en este caso no tiene nada que ver con el análisis del discurso o la crítica feminista, válida por otra parte, sino con desensamblar y analizar la formación del registro arqueológico, que con frecuencia se encuentra 'mezclado' con vestigios de muchas épocas".
Según cuenta Politis, el trabajo aludido se desarrolla desde hace varios años sobre todo en un tributario, el río Salinas. "El registro arqueológico se forma a lo largo de cientos o miles de años –explica el científico–. En ocasiones lo encontramos con mucha integridad, bien ordenado, pero la mayoría de las veces los vestigios de las ocupaciones humanas se mezclan y forman un solo depósito. A ese objeto de estudio, formado por varios eventos culturales depositado en capas sucesivas, como amalgamadas, se lo llama 'palimpsesto'. Está tomado del concepto medieval que alude a textos que conservan rastros de diferentes escrituras superpuestas. También se aplica a la pintura. Hay dos tipos de palimpsesto: uno en estratigrafía [mezcla de estratos] y otro en superficie, en los lugares con muy poca sedimentación, como por ejemplo en la meseta patagónica, donde todo lo que va quedando en la superficie del terreno permanece expuesto y aparece en la misma superficie".
Esto es un poco lo que sucede en el Valle de Santa María, donde están trabajando Somonte y Baied con restos de artefactos líticos [de piedra] que se encontraron hace mucho tiempo. (Nota al pie: en el Valle floreció la "cultura de Santa María", correspondiente a un "señorío", una jefatura regional que existía en la región antes que llegaran los Incas, y que produjo una de las cerámicas más espectaculares de la Argentina, las urnas donde se enterraban párvulos. "Estas urnas son una expresión artística muy refinada de las culturas precolombinas", destaca Politis.
Las ocupaciones humanas en esa zona arrancarían hace aproximadamente 10.000 años, y habrían dejado sus huellas en la superficie. Los arqueólogos están tratando de "deconstruir" ese palimpsesto mediante métodos de arqueología geoquímica y fisicoquímica, para ver qué eventos culturales se dieron primero y cuáles, después. Y para ellos analizan las pátinas de los materiales, que unas tienen más carbonato de calcio, otras están cubiertas de sales de hierro que se producen por el contacto con los sedimentos. "La deconstrucción se refiere a esto, a tratar de rearmar nuevamente la secuencia de formación del registro arqueológico para entender los procesos culturales del Valle", explica Politis.
El término "palimpsesto" es de uso corriente en la arqueología. Hace 50 o 60 años, los arqueólogos actuaban como si las cosas hubieran quedado tal cual habían ocurrido. "Se lo llamaba el 'efecto Pompeya' –dice Politis–. Como si alguien se hubiera comido un guanaco y hubieran quedado el fogón, los restos intactos, los artefactos. Y eso no pasa así, porque después hay muchos procesos naturales y culturales que los van modificando. Los arqueólogos nos enfrentamos a palimpsestos, no a situaciones excepcionales donde quedó cubierto con una capa de ceniza y como congelado en un momento". Los vestigios que van dejando las sociedades humanas a lo largo del tiempo en muchos casos se presentan como comprimidas en un único paquete que contiene miles de años de historia.
En su denuncia, las autoridades del Consejo de Dirección del Centro de Investigaciones en Ecología Histórica de la Facultad de Ciencias Naturales e Instituto Miguel Lillo expresan: "Lo afirmado por el señor vocero presidencial parece estar basado en prejuicios y desinformación". El proyecto de investigación ha sido evaluado y aprobado por las distintas Comisiones Evaluadoras y financiado desde el año 2023. Está en curso y se ha desarrollado siguiendo estrictamente los marcos legales y éticos que rigen la investigación en nuestro país, Argentina.
"Nos preocupa profundamente que, en lugar de fomentar el diálogo y la cooperación, estas afirmaciones puedan generar un clima de desconfianza hacia la labor científica, que ya enfrenta retos significativos en nuestra región. Asimismo, consideramos que este tipo de declaraciones contribuyen a la polarización y el desgaste del debate público, cuando lo que se necesita es una reflexión seria y constructiva sobre los temas que nuestro proyecto aborda. Por lo que se desprende de lo antedicho, sería oportuno que el Sr. Vocero Presidencial rectifique públicamente las afirmaciones erróneas vertidas sobre el mencionado proyecto de investigación, y que se garantice un espacio de libertad académica y científica en el que los investigadores puedan trabajar sin temor a represalias o difamación".
Somonte y Baied también dieron a conocer una aclaración en la que explican su trabajo, aclaran que anualmente son evaluados por pares en su rendimiento académico, científico, en sus publicaciones y en concursos docentes y en cada proyecto de financiamiento que solicitan para desarrollar sus investigaciones. Y concluyen: "Escribimos esto, en un día viernes 15 de noviembre, lamentando profundamente la incomprensión de la tarea de una de las disciplinas sociales que hacen grande a la ciencia argentina. Por lo que mínimamente consideramos desinformación o, en su defecto, una muestra de ignorancia, sería oportuno expresar disculpas a la comunidad científica".