Incorporan un probiótico desarrollado por el Conicet a un yogur de venta masiva

Las investigaciones muestran que ayudaría a prevenir infecciones recurrentes en la niñez, como las respiratorias e intestinales. El presidente Alberto Fernández participó del lanzamiento.

26 de enero, 2023 | 14.21

En una iniciativa de colaboración público-privada, la empresa Danone obtuvo la licencia para incorporar en su línea "Yogurísimo" un probiótico identificado y estudiado por investigadores del Centro de Referencia en Lactobacilos del Conicet (Cerela) en Tucumán. El Lactobacillus rhamnosus CRL1505 mostró reforzar el sistema inmune, y ayudar a prevenir o afrontar infecciones respiratorias e intestinales.

“Estudios científicos y tecnológicos que comenzaron hace más de 20 años muestran que esta cepa es capaz de estimular el sistema inmunológico del hospedador aumentando la respuesta inmune local y sistémica –afirma María Pía Taranto, que lideró la investigación, en un comunicado del Conicet–. Así, el organismo se encuentra en mejores condiciones inmunológicas para prevenir o afrontar infecciones generadas tanto por virus como por bacterias, y mantener saludable nuestro sistema respiratorio e intestinal”.

María Pía Taranto

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No todas las bacterias lácticas son probióticas. Para que un microorganismo sea considerado dentro de esa categoría deben demostrarse sus efectos benéficos, estar perfectamente tipificado mediante técnicas de biología molecular y poseer un código único de identificación.

Tal como ocurre con fármacos y vacunas, con el fin de validar este probiótico para su uso en humanos fueron necesarios todos los controles exigidos por los entes regulatorios nacionales e internacionales: ensayos in vitro, preclínicos y clínicos.

Según explica el microbiólogo santafesino Gabriel Vinderola, que estudia el microbioma intestinal desde hace tres décadas, “El estudio del Cerela se hizo a lo largo de mucho tiempo. Un ensayo clínico en niños en edad escolar mostró que quienes lo recibieron durante seis meses o un año presentaban menor frecuencia de infecciones gastrointestinales y respiratorias, parásitos, mejoraban su inmunidad y aumentaba la inmunoglobulina A (IgA, un tipo de anticuerpos que es la primera línea de defensa frente a las infecciones) en su saliva. Y lo que no es poco, tenía el efecto indirecto de que aumentaba la escolaridad. ¿Por qué? Porque un chico sano va más a la escuela y eso tiene una gran importancia”.

El equipo completo que participó en este desarrollo

 Acerca de lo que aporta el yogur, Vinderola opina: “El consumo de leche y sus productos lácteos es muy cultural. Sólo un tercio de la población mundial es tolerante a la lactosa y esto tiene que ver con que el gen de la persistencia de la lactasa (una enzima que nos permite metabolizar la lactosa) se seleccionó hace 7000 años. Antes, todo el mundo era intolerante. Con el tiempo, el gen se fue activando, porque en época de hambruna las personas consumían lácteos, aunque hicieran un poco mal, porque era preferible a morirse de hambre. Ese gen tiene una distribución mundial muy asimétrica. Es muy prevalente en el Mediterráneo y en los países nórdicos (que consumen ocho veces más yogur que nosotros por año), y prácticamente ausente en el sudeste asiático. Como nosotros tenemos un arraigo mediterráneo, y gran parte de la población desciende de italianos, españoles, griegos, franceses,  polacos, alemanes, suizos... que tienen todos cultura láctea, el gen de la presistencia de la lactasa vino con la inmigración y en la Argentina la mayoría somos tolerantes, aunque siempre hay excepciones. En el yogur hay menos lactosa, porque parte se consume en la fermentación. Entonces, es mejor tolerado. Por otro lado, aporta proteínas, microorganismos. Hay más de 700 estudios clínicos que muestran que contribuye a mejorar el síndrome metabólico, aumenta la inmunidad, tiene efectos benéficos sobre la salud. Se vio que en las personas que consumen yogur aumenta la diversidad de microbios intestinales y los lactobacilos, que son positivos. Pero, como siempre digo que es un alimento más, no hay ningún alimento esencial, lo esencial son los nutrientes, que uno los pude encontrar en diversos alimentos. Después, si te gustan los lácteos, perfecto”.

Entre los otros alimentos que contribuyen a mantener saludable el microbioma intestinal están los que aportan fibra: legumbres, frutas y verduras.

El grupo liderado por Taranto estuvo integrado por Graciela Font, Susana Álvarez, Susana Salva, Julio Villena, Martha Nuñez, Verónica Molina, María José Fornaguera, Lourdes Cruz Pintos y Mariano Obregozo.