Eclipse anular de Sol: el espectáculo natural que ofrece la Patagonia

La Luna se interpondrá entre el Sol y la Tierra; alrededor de las 17.30 y durante siete minutos, sólo se verá el 87% de nuestra estrella doméstica

01 de octubre, 2024 | 00.05

Como si se tratara de un arabesco que forma parte de un tango celestial, el Sol y la Luna se darán cita mañana a la tarde en un encuentro que no por anticipado deja de fascinar: nuestro satélite natural se interpondrá entre el Sol y la Tierra dejando al descubierto apenas el 13% de su superficie y dando lugar, durante su máxima coincidencia, al denominado “anillo de fuego”. El fenómeno, conocido como “anularidad”, recorrerá el globo mayormente sobre el océano, excepto por una estrecha franja de la Isla de Pascua, sur de Chile y centro de la provincia de Santa Cruz. Allí se verá aproximadamente a las 17.30 y durante siete minutos.

“El momento de la máxima cobertura del Sol es en torno de las 17:30, porque de acuerdo con cada latitud cambia un poquito la hora –explica la astrónoma del Conicet Beatriz García–. La Luna está en apogeo [su mayor distancia del planeta], de manera que no llega a cubrir por completo el disco del Sol, y por eso se ve el anillo, un borde sin cobertura que le da nombre al fenómeno. El evento total solo se observará en la provincia de Santa Cruz”.

El recorrido del eclipse

La banda de la anularidad cruza esa provincia patagónica y se verá en todo su esplendor desde Puerto San Julián, Puerto Deseado, Gobernador Gregores y desde la cordillera, aunque allí no hay localidades muy pobladas. Más allá de esa franja de unos 100 kilómetros de ancho, el eclipse se verá en forma parcial. “Si uno va más al Norte o más al Sur, observará el Sol cubierto en distintos porcentajes –explica García–. Por ejemplo, en latitudes intermedias, como Buenos Aires o Mendoza, la Luna ocultará el Sol en alrededor de un 50%”.

Al no cubrirlo por completo, además de la “umbra”, que es la sombra de la Luna, se forma la “antumbra”. No hay oscuridad total y no se hace de noche. “El sol es muy potente, de manera que cambian las condiciones ambientales, baja la temperatura, hay una alteración en el comportamiento del mundo animal, pero no es tan notorio como en un eclipse total –destaca–. Yo estuve en el eclipse anular de 2017, que se vio en la provincia de Chubut, y es bonito verlo, por supuesto, con protección. De otra forma, no te das cuenta de nada y encima te dañás la retina”.

En el único momento en que se puede dirigir la vista hacia el Sol sin riesgo es que el eclipse sea total. En cualquier otro caso, es imprescindible usar filtros certificados, que tienen un tratamiento específico y filtran la luz en un 99,9%.

“No sirven los anteojos de Sol ni la placa de radiografía, aunque la hayamos usado de chicos –subraya García–. Tampoco los vidrios ennegrecidos. Y si se utiliza la máscara de soldar, hay que asegurarse de la gradación, porque suelen ser ‘DIN’ 11 o 12, pero para ver el Sol se necesita por lo menos DIN 14”.

Cómo se verá desde algunas capitales de provincia

También se lo puede observar por proyección: con un instrumento (binoculares o un pequeño telescopio) se apunta hacia el eclipse, y se deja que la luz pase a través del instrumento y se proyecte en una superficie. “En vez de poner el ojo, se pone una hoja y allí se ve la imagen del Sol. Cuanto más lejos, más grande la imagen. También se puede utilizar una cámara oscura”.

Cómo será el eclipse de 2027

Para asistir al próximo de estos espectáculos cósmicos, que también será un eclipse anular, habrá que esperar hasta el 6 de febrero de 2027, cuando atravesará la provincia de Buenos Aires de Sur a Norte. De acuerdo con la información preparada por Claudio Mallamaci, profesor e investigador retirado de la Universidad Nacional de San Juan, será visible desde América del Sur, la Antártida, oeste y sur de África. La máxima visibilidad será desde Chile, Argentina, y el Océano Atlántico. La duración total también será de 07m 51s y la franja de la totalidad tendrá un ancho de 281.5 km. Se verá en horas de la mañana cercanas al mediodía.