Crearon una red federal de directores de institutos para resistir el ataque a la ciencia

La iniciativa surgió de una reunión que se hizo esta semana en la Facultad de Ciencias Exactas; el nuevo presidente del Conicet todavía no los recibe

25 de enero, 2024 | 00.06

Una reunión que acaba de realizarse en el edificio Cero+Infinito, de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UBA, congregó en forma presencial y virtual a alrededor de tres centenas de directivos de instituciones científicas de todo el país que ya habían intentado –sin éxito– que el nuevo presidente del Conicet, Daniel Salamone, les concediera una entrevista. 

Sin distinción de signos partidarios, compartieron impresiones sobre la situación actual y el diagnóstico fue unánime: falta de información y la que hay, contradictoria, y signos alarmantes para el presente y el futuro del Conicet, de otros organismos de investigación, y de ambiciosos programas en marcha. Como fruto del encuentro, se creó una red para resistir el embate que pone en riesgo la ciencia local a través del desguace y la desfinanciación

“Estuvimos diversos directores de instituciones científicas, la mayoría del Conicet, pero también de otros organismos de investigación y directivos de universidades –cuenta Valeria Levi, vicedecana de Exactas/UBA, una facultad en la que hay 19 institutos y el 10% de los investigadores de la columna vertebral del sistema científico–. Le habíamos pedido una entrevista a Salamone para que nos cuente los proyectos y para poder intercambiar opiniones. Nos la había prometido para un jueves y el miércoles anterior la suspendió. Insistimos y nunca pudimos encontrarnos. Muchos empezaron a plantear que era necesario juntarnos, saber qué está pasando, y eso derivó en la organización de este encuentro”. 

El primer objetivo fue compartir la información, que es poca y confusa. “Cada uno tenía un pedacito distinto que había obtenido de algún contacto –dice Levi–. En la primera parte ‘pasamos en limpio’ lo que se sabe y después se decidieron dos cosas: conformar una red de directores y directoras de institutos que nos permita hacerla fluir, democratizarla, y por otro, responder más rápidamente a estos ataques contra la ciencia y la tecnología”. 

“La reunión se armó en una semana –cuenta Jorge Geffner, investigador superior del Conicet y director interino del Instituto de Investigaciones Biomédicas en Retrovirus y Sida (Inbirs)–. Estábamos calculando los números finos, pero estimamos que participaron entre el 65 y el 70% de los directores de institutos del Conicet. El motivo, obviamente, fue el tremendo plan de ajuste que se viene sobre todo el sector científico”. 

Con una segunda reunión ya prevista para el próximo martes, también en el edificio Cero + Infinito, los integrantes de esta red decidieron redactar un petitorio que intentarán entregar en mano a Daniel Salamone, el jefe de gabinete Nicolás Posse, del que pasaron a depender casi todas las áreas del ex Mincyt, y el nuevo secretario de Innovación, Ciencia y Tecnología, Alejandro Cosentino. También tienen previsto comunicarse con diputados y senadores de los distintos bloques, con universidades nacionales, con distintos gremios y con investigadores del exterior del país para articular acciones. 

En el documento se resumen los problemas acuciantes del Conicet, uno de cuyos andamiajes es la estructura de personal administrativo altamente capacitado y del que ya se decidió la baja de 50 personas (los llamados “artículo 9”). “Para el resto de la planta administrativa, que tenía un contrato que se renueva en forma anual y se vencía en diciembre, adelantaron el vencimiento para marzo y no tenemos garantía de que podamos continuar –destaca Geffner–; dependería de una evaluación, que no está bien especificada”. 

La reunión presencial y virtual en el edificio Cero+Infinito

Otra cuestión álgida es la formación de recursos humanos, que se hace a través de las becas de doctorado. Los nombres de los ganadores del concurso realizado en 2023 ya tendrían que estar publicados en la web del Conicet desde el 12 de este mes, pero  aunque se otorgan a través de un procedimiento altamente selectivo, no se dio a conocer nada en lo absoluto. 

“Las becas de doctorado son el corazón del Conicet, porque son el nido donde se forman los nuevos investigadores –explica Geffner–. Tampoco tenemos garantía de la incorporación de los nuevos investigadores. Hay un concurso que ya fue evaluado, fueron notificados los ganadores y todavía no hay ninguna resolución, no sabemos cuándo se hace efectivo, cuándo ingresan a la carrera. Y por otra parte, hay una parálisis de todo lo que son subsidios que mantienen los proyectos de investigación, algunos nacionales, otros que dependen de colaboraciones internacionales. La Agencia de Promoción Científica y Tecnológica, con la excusa de que no tienen autoridades, no gira los fondos. Se interrumpe el financiamiento en forma abrupta”.

“Lo que para mí es algo bueno, casi histórico, es la cantidad de gente de distintos lugares del país que estuvo presente –agrega Geffner–. Y no nos quedó ninguna área de la ciencia por cubrir: estuvieron las exactas, las sociales, las ingenierías. Esto hace que la red sea más rica, porque la discusión entre ciencia útil e inútil está perimida, se trata de la defensa de la ciencia como un todo en una situación de crisis importante. Fue un encuentro muy lindo, donde se barajaron distintas propuestas para resistir el ajuste en lo que concierne al Conicet, pero también a otros organismos de ciencia y tecnología. Obviamente que uno está preocupado por los jóvenes investigadores que quedan afuera por el recorte presupuestario, pero en el fondo lo que más inquieta es que sin investigación no hay futuro para el país”.

Y concluye Levi: “En la gestión anterior, más allá de las coincidencias, había cierta previsibilidad. Podías estar de acuerdo o no, pero veías la agenda. Acá no existe agenda. Ni siquiera el discurso que se daba durante la campaña de hacer una ciencia útil que resuelva los problemas de la gente, o el de la interacción entre la ciencia y las empresas privadas. El proyecto es desmantelar y minimizar lo que ellos consideran costos y que para nosotros es inversión”.