La ciencia siempre busca adelantarse a los hechos que van a suceder, anticipándose para dejar en claro lo que está por venir. En este caso, los científicos confirmaron la fecha en la que nuestro querido Sol dejará de existir como lo conocemos hasta ahora. A medida que esa fecha se acerca, es necesario prepararnos para enfrentar el momento en el que nos quedemos sin esta fuente de calor y energía, indispensable para la vida en nuestro planeta.
La desaparición del Sol representa un desafío sin precedentes para la humanidad. Nos vemos obligados a pensar en elementos que hasta ahora no eran una preocupación. Sin este astro, la vida tal como la conocemos no podría seguir funcionando de la misma manera.
La NASA, como organismo dedicado a la exploración espacial, tiene un papel fundamental en este escenario. Debe estudiar otros sistemas similares al nuestro en busca de pistas sobre lo que nos espera. La misión de la NASA no es solo llevar al ser humano lejos de nuestro planeta, sino también investigar otros astros para comprender mejor nuestro destino.
La revista Space, en un artículo elaborado por expertos de la NASA, nos proporciona información precisa sobre lo que ocurrirá. Según sus investigaciones, dentro de aproximadamente 5.000 millones de años, el Sol se convertirá en una gigante roja. Durante esta fase, el Sol cambiará su forma de obtener energía, quemando hidrógeno alrededor de su núcleo, el cual se había convertido en helio. Esta transformación hará que el Sol se expanda más de 200 veces su tamaño actual.
En algún momento, el Sol comenzará a quemar helio, lo que generará pulsos térmicos y pérdida de masa significativa. Aunque esa pérdida de masa era baja en ese momento, la Tierra ya está experimentando consecuencias, como la disociación del agua en nuestra atmósfera.
Será también el momento en el que todo el sistema solar se desvanecerá. Los primeros en desaparecer serán los planetas más cercanos al sol. En ese entonces, la Tierra puede ser el único lugar con vida, aunque de manera remota.
Incluso si logramos sobrevivir a esa fase, la intensa luminosidad del Sol y su poderoso viento estelar en las etapas finales de su evolución acabarían con cualquier atmósfera u océano restante. Si la Tierra logra subsistir, se convertirá en un cuerpo rocoso, una ceniza que orbitará alrededor de una enana blanca.
De chica amaba hacer experimentos y hoy con 22 años trabaja para la NASA como astrobióloga: la historia de Candela
Cuando era chica, Candela Solís soñaba con ser ‘de todo lo que se le ocurra en el momento’. Su futuro oscilaba entre bombera, doctora, diseñadora de ropa y astronauta, entre otras ideas que pululaban por su joven cabeza: “Le dije a mi papá una vez que quería tocar una nube, me dijo que era imposible y eso me rompió el corazón”, cuenta entre risas a El Destape. Hoy es astrobióloga y trabaja para ‘Space Trek’, programa de la NASA en donde arman, desarrollan y/o construyen hardware y software de ingeniería espacial y robótica para niños en todo el mundo.
La disciplina a la que se dedica busca conocer la vida fuera del planeta Tierra. O en palabras de Candela: “Estudia el origen o evolución biológica en la Tierra y la adapta a otro tipos de medios para ver si es posible que haya vida en otros planetas y/o cómo adaptarla a distintos tipos de condiciones”.