Las anécdotas se multiplican entre familiares y conocidos, y el Boletín Epidemiológico del Ministerio de Salud de la Nación termina por confirmarlo: en las últimas semanas del año, cuando el tiempo soleado y agradable nos hace pensar que la temporada de gripe quedó atrás, se registra un aumento importante del número de casos del virus influenza, tanto del tipo A H1N1 y H3N2, como del B.
El dato sorprende a los infectólogos porque no cumple con los patrones esperados (ya que en los meses fríos hubo menos circulación de lo habitual). De acuerdo con el mismo documento, los casos de enfermedad tipo influenza registrados hasta la Semana Epidemiológica 40 superan los registrados desde 2018 y son comparables con los de 2017 (ambos, 2022 y 2017, marcan el máximo de notificaciones de los últimos nueve años).
En pacientes ambulatorios, la positividad para influenza en este momento es superior a la del SARS-CoV-2 y el virus sincicial respiratorio. Las notificaciones de la primera abarcan todos los grupos de edad (con mayoría en los de 25 a 34 años y de 45 a 64) y hasta el momento se registraron 103 fallecidos por esta causa.
La novedad de este año es una mayor circulación del virus de la influenza tipo B que, según el Ministro de Salud de la Provincia de Buenos Aires, estaría causando un aumento de internaciones en esa jurisdicción.
“En este momento, el virus influenza está siendo bastante dominante en la escena nacional –explica la infectóloga Leda Guzzi, miembro de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI)–. En particular, en la Provincia de Buenos Aires está teniendo un lugar preponderante porque la tasa de positividad para este virus fue creciendo y llegó incluso hasta tasas cercanas al 70% en la semana epidemiológica 41”.
¿Qué diferencias tienen la gripe A y la B?
Desde el punto de vista clínico, el virus tipo B es indistinguible del A. Puede presentarse con fiebre alta, dolor de cuerpo y de cabeza, postración, malestar general, tos, dolor de garganta y también síntomas gastrointestinales, como vómitos, diarrea y dolor abdominal. “A veces, esto confunde y uno piensa que se trata más bien de una gastroenteritis, pero en realidad es un cuadro de vía aérea superior que tiene repercusión en el nivel abdominal”.
¿Cuántos son los virus de la influenza?
Hay tres tipos de virus influenza que pueden afectar a los humanos: el A, el B y el C. “El B y el C son parientes cercanos del A (que es el único de la familia que produjo pandemias) –destaca el virólogo molecular Mario Lozano, ex rector de la Universidad Nacional de Quilmes–. Los tres tienen un genoma de ARN segmentado. Por eso, pueden generar variantes virales por dos mecanismos: a) incorporando mutaciones o por recombinación de genomas (como cualquier virus), y b) por reasociación de segmentos (que se puede dar cuando dos virus diferentes infectan la misma célula). Esta última característica les confiere una capacidad de variación mayor que la de otras familias virales (incluyendo los coronavirus)”.
La influenza A infecta murciélagos, aves, cerdos, caballos, ballenas… y probablemente por eso dio origen a variantes pandémicas. La B solo se encontró en focas y humanos, y a esa baja capacidad de infectar especies diferentes se le atribuye una tasa de mutación mucho menor.
¿Protege la vacuna disponible contra la influenza B?
Los virus de influenza B se clasifican en dos linajes, Yamagata y Victoria. “El dominante en este momento, no solo en el país, sino también en Europa, es el último”, detalla Guzzi.
De acuerdo con recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud, la composición de las vacunas para la influenza estacional que se autorizó para su uso en el Hemisferio Sur (tanto las trivalentes como las cuadrivalentes) protegen contra distintos tipos del virus A y el B.
Vacunarse contra la influenza protege contra estos virus, así como contra otros virus de la influenza que son antigénicamente similares, porque la respuesta inmunitaria (los anticuerpos del organismo hospedador) generada por la inmunización o la infección con uno de ellos reconocerá y neutralizará también al otro.
Pero las vacunas para la influenza no protegen contra infecciones y enfermedades ocasionadas por otros virus que pueden causar síntomas similares.
¿Por qué crecen los casos fuera de época?
Respecto de la presentación tan atípica en 2022 de los virus respiratorios, por ahora no hay una explicación clara. “Se cree que hay algún tipo de reacomodamiento de la dinámica epidemiológica después de la pandemia y probablemente alguna interacción entre los virus que puede estar ocasionando este comportamiento –afirma Guzzi–. Una de las hipótesis tiene que ver con la ‘deuda inmunológica’; es decir, con pérdida de la inmunidad por haber estado un año y medio sin exponernos a estos patógenos. Pero yo diría que es insuficiente y no está demostrada, ya que esto se observa en niños pequeños (que efectivamente pueden tenerla), pero también en adultos mayores que durante toda su vida estuvieron expuestos al virus de la influenza”.
También se baraja la posibilidad de que el SARS-CoV-2 produzca una desregulación inmune parecida a la que generan otros (como el herpes), pero por ahora todo está en el terreno de la especulación. “Estas hipótesis no tienen mucho sustento –comenta Guzzi–. Podemos pensar también que las bajas coberturas de vacunación pueden haber tenido alguna influencia. Tanto el virus influenza como el sincicial respiratorio ocasionaron en en el Hemisferio Norte picos muy intensos [al comienzo del otoño boreal] con muchas internaciones pediátricas, que nosotros no tuvimos”.
¿Se puede tener gripe y Covid a la vez?
“Hay casos reportados en la bibliografía –explica Guzzi– y cierta evidencia clínica de que los cuadros serían un poco más severos en su presentación, pero todavía no hay estudios grandes que hayan evaluado el comportamiento de la co-infección”.
Para Lozano, “Definitivamente, sí. Solo hay que tener mala suerte”, bromea. Para el científico, no es seguro que la combinación produzca un cuadro más grave. Según el físico Jorge Aliaga, que viene analizando las bases de datos del Ministerio de Salud de la Nación, allí figuran hasta ahora dos muertes por confección de influenza y SARS-CoV-2.
¿Qué se puede esperar para el año próximo?
Dado que cada año se toma como antecedente lo que sucede al norte del Ecuador para decidir la composición de la vacuna, cabe mencionar que en los Estados Unidos se registra en estos momentos un aumento muy importante y temprano de casos de influenza (aunque del tipo A), y de virus sincicial respiratorio. Los Centros de Control Epidemiológico de los Estados Unidos lanzaron una alerta (https://emergency.cdc.gov/han/2022/han00479.asp?ACSTrackingID=USCDC_511-DM93593&ACSTrackingLabel=HAN%20479%20-%20General%20Public&deliveryName=USCDC_511-DM93593) en la que advierten que la precoz cocirculación de varios virus respiratorios puede imprimir una importante presión en el sistema de salud.
“Aquí no hubo tantos casos de influenza B –cuenta Pilar Fernández, investigadora argentina en la Escuela de Salud Global Paul Allen de la Universidad de Washington, en ese país–, pero sí un aumento muy grande, muy rápido y muy temprano de influenza A, especialmente en el Sudeste, así que estamos todos en alerta para el resto del invierno. Hay mucha incertidumbre sobre si esto es algo que solo está desfasado en el tiempo o el inicio de algo mucho mayor”.
“Es probable que el próximo invierno (si no se retoman las medidas de cuidados como uso de barbijos y ventilación adecuada) haya un brote importante de casos de gripe (tanto A como B)”, anticipa Lozano.
¿Cómo prevenir?
La indicación es igual para ambos virus, gripe y Covid.
No basta con lavarse las manos. El experto en aerosoles José-Luis Jiménez, profesor e investigador de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, subraya que, al revés de lo que se creyó históricamente, hay incluso más evidencias de que la gripe se transmite por vía aérea que para la Covid (https://twitter.com/jljcolorado/status/1431755596387209222). “Un error que muchas veces confunde es pensar que ‘transmisión por el aire’ quiere decir que será una patología muy contagiosa, como el sarampión –destaca–. Pero la tuberculosis pulmonar SOLO se transmite por el aire, y es bastante menos contagiosa que la Covid o la gripe (como explico en este otro paper: https://doi.org/10.1111/ina.13025). Puede ser que haya una parte pequeña que se transmite por superficies, tal vez el 1%. No se sabe”.
Aliaga lo aclara un poco más: “Hay que lavarse las manos, pero si después uno se encierra todo el día con 10 personas en la oficina, muy cerca uno del otro y sin ventilación suficiente, es inútil”.
Además, los especialistas subrayan que es importante vacunarse. “En el caso de la influenza, deben hacerlo los grupos de riesgo y todo aquel que quiera y pueda [en los Estados Unidos la vacuna se administra sin distinción de edad desde los seis meses en adelante] –explica Guzzi–. Y en el de Covid, acceder a los refuerzos, porque generan un aumento en el nivel de anticuerpos neutralizantes y reducen nuestra probabilidad de infectarnos. Y eso no es menor, porque sabemos que cada infección tiene un riesgo propio de enfermedad grave, pero además también de complicaciones a largo plazo”.