Luego de 38 audiencias, finalizó en los Tribunales de Río Cuarto la etapa de la incorporación de testigos en el juicio por el asesinato de Nora Dalmasso, y la jueza Natacha García anunció que los alegatos se desarrollarán desde el martes 5 de julio, la semana anterior a que la Justicia cordobesa ingrese en receso por la feria de invierno.
García, vocal de la Cámara Primera del Crimen de Río Cuarto, integra junto al presidente Daniel Vaudagna y el vocal Gustavo Echenique Esteve el tribunal que juzga al viudo Marcelo Macarrón, imputado de haber pagado a un sicario para asesinar a su esposa el último fin de semana de noviembre de 2006, mientras él jugaba golf en el exclusivo Cantegril Country Club de Punta del Este, Uruguay.
En diálogo con los periodistas, la vocal Natacha García aseguró que el martes 5 de julio será la próxima audiencia y que ese día “las partes decidirán si van a producir más pruebas o clausurar” el debate. Sin embargo, en el Polo Judicial de Río Cuarto, ya se asegura de que no habrá más testigos. La jueza García agregó a la prensa que después de los alegatos que presentarán el fiscal Julio Rivero y el defensor Marcelo Brito, en otra jornada que aún no tiene fecha de realización, el imputado Macarrón tendrá derecho a hacer uso de “la última palabra”, y posteriormente, se dictará sentencia. Todo indica que el martes 5 de julio el fiscal Pizarro realizará su alegato, el miércoles 6 será el turno del defensor Brito y el jueves 7 se dictará sentencia.
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El gran interrogante que sobrevuela en el Polo Judicial de Río Cuarto es si el fiscal de Cámara, Julio Rivero, acusará a Marcelo Macarrón por el homicidio de su esposa. El lunes 14 de marzo pasado, hace 100 días, cuando se inició el juicio contra el viudo de Nora Dalmasso, el fiscal Rivero tomó la acusación elevada por el fiscal de Instrucción Luis Pizarro, que puso sin ninguna prueba al traumatólogo Macarrón en el papel de marido infiel que pagó a un sicario para asesinar a su esposa para no repartir bienes, luego de que ella le dijera que quería divorciarse.
A lo largo del proceso, hubo testigos como el hermano de la víctima, Juan Dalmasso, que apuntaron al poderoso abogado Daniel Lacase, ex vocero del viudo como actor de relevancia en esta trama criminal. El forense Martín Subirachs y el bioquímico policial Daniel Zabala terminaron de componer el escenario delictual con la abundante prueba genética colectada en el cuerpo de la víctima y la escena del crimen, colocando al viudo en su chalé de Villa Golf la madrugada del sábado 25 de noviembre de 2006, cuando Nora fue asesinada. Algunas de las amigas que cenaron con la víctima horas antes de ser asesinada, también declararon que le temían a Lacase; todos testimonios que pusieron en duda la acusación del fiscal instructor Pizarro, que fue avalada por su colega de Cámara, Julio Rivero.
En 100 días y con el paso de sólo 70 testigos de los 250 convocados, no hubo una sola prueba científica, testimonio, ni prueba documental que acreditara que Marcelo Macarrón le pagó a un sicario para asesinar a Nora Dalmasso. En cambio, ya en la etapa de instrucción y en el debate oral y público, testigos y documentos confirmaron que Marcelo Macarrón estuvo presente en el lugar del crimen al momento de ser ejecutada su esposa. Pero el fiscal Rivero se negó a recaratular la acusación. Sin prueba objetiva, Julio Rivero está en una encerrona y repetirá el libreto que escribió en abril de 2008 cuando solicitó el sobreseimiento “por duda insuperable” de los policías de Homicidios que se alojaron en el hotel Opera de Río Cuarto, por cuenta y parte de Daniel Lacase.
El programa de tevé ADN había dado a conocer una cámara oculta a un conserje del hotel que aseguraba que el jefe de Homicidios, comisario inspector Rafael Gustavo Sosa y los agentes a su mando Diego Osorio, Ariel Calderón y Antonio Maldonado se alojaban allí y que el pago por su estancia en Río Cuarto no lo hacía la Provincia a través de las arcas de la Policía con el pago de viáticos, sino que el vocero Lacase había conseguido que se alojaran a cargo suyo. El hotel Opera que alojó durante meses a los investigadores de Homicidios que acusaron al pintor Gastón Zárate sin pruebas y con apremios a testigos es el mismo donde el viudo Macarrón dio una conferencia de prensa y “perdonó” a Nora por su infidelidad.
En abril de 2008, el juez de Control, Daniel Muñoz, a pedido del fiscal Julio Rivero, sobreseyó del delito de dádivas a los policías Sosa, Osorio, Calderón y Maldonado y Diego Osorio, ya que el fiscal se excusó de defender su acusación por falta de pruebas contra los policías y en el alegato no los acusó, amparándose en la “duda insuperable”, solicitando su sobreseimiento.
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La sinuosa actuación del fiscal Julio Rivero a lo largo de los 100 días de juicio, da pie a que durante su alegato acusatorio del 5 de julio –dentro de doce días- se escude nuevamente en la “duda insuperable” y no acuse al imputado Marcelo Macarrón. Con esa decisión, el viudo será sobreseído y los ocho jurados populares no decidirán sobre su responsabilidad penal y los jueces Vaudagna, García y Echenique Esteve sellarán la verdad de lo que sucedió con Nora Dalmasso la lluviosa madrugada del 25 de noviembre de 2006 para siempre.
Sellar la impunidad
Durante la última audiencia, se incorporaron tres testimonios de testigos que ya habían declarado durante la investigación por el homicidio de Nora Dalmasso: la ex empleada judicial y artista plástica Alicia Cid, quién admitió haber sido amante del viudo Marcelo Macarrón durante cerca de una década, cuando aún estaba casado con la víctima; el médico policial Juan Enrique Rybecky y Félix Macarrón, padre del viudo Marcelo Macarrón.
A pedido del fiscal Rivero las declaraciones del padre del viudo se incorporaron por lectura, debido a que falleció en julio de 2017; lo mismo que las testimoniales del médico policial Rybecky, el primero en ingresar al chalé de la familia Macarrón-Dalmasso la tarde del domingo 26 de noviembre de 2006 y cubrir parcialmente con una sábana a la víctima. Rybecky falleció a fines de 2012.
Lo que sí llamó la atención fue que el propio fiscal Julio Rivero descartó llamar a declarar a Alicia Cid y sólo incorporó alguna declaración testimonial sin importancia para el proceso, dejando fuera del juicio sus declaraciones más sustanciosas, donde la testigo aseguró que dos semanas antes del homicidio de Nora Dalmasso, Macarrón quiso tener relaciones sexuales con ella y ante su negativa, el traumatólogo le advirtió: “Te vas a arrepentir”. Cuando la ex empleada judicial y artista plástica le preguntó de qué se iba a arrepentir, su amante le respondió: “Ya te vas a enterar”. Esa declaración realizada por Cid el 29 de abril de 2019 ante el fiscal Luis Pizarro en la ciudad de Córdoba y bajo un programa de protección a testigos fue inexplicablemente descartada por el fiscal Julio Rivero. El fiscal de Cámara, tampoco quiso incorporar la declaración de Cid donde relataba que tenía terror de terminar asesinada como Nora Dalmasso: “Ustedes no conocen las razones por las que yo declaré así, yo tengo miedo de terminar muerta como ella, yo tengo miedo”, declaró Alicia Cid en 2019 a los investigadores de Policía Judicial en la ciudad de Córdoba. No declaró en Río Cuarto porque estaba aterrorizada.
Meses después del asesinato de Nora Dalmasso, la otra mujer con la que mantenía relaciones sexuales Macarrón se radicó en un convento en la provincia de San Luis, presa del terror que sentía y lejos del peligro que significaba haber seguido en Río Cuarto: “Me cuidaba de tener las ventanas cerradas, miraba constantemente por el espejo retrovisor del auto, casi no manejaba y tenía temor de entrar el auto en la casa, me movía en un remis porque los periodistas me acosaban todo el tiempo” declaró Alicia Cid en 2019 al fiscal Pizarro, el quinto que se hizo cargo del caso y que imputó al viudo como instigador del asesinato de su esposa. La testigo, en esa declaración de hace cuatro años y que inexplicablemente no fue incorporada en este juicio por el fiscal Rivero fue contundente: “Tenía miedo real, no sólo a los periodistas. Tenía miedo a que me mataran”.
La carta
La última audiencia, también sirvió para embarrar la cancha: el presidente del Tribunal, Daniel Vaudagna ordenó leer en la sala una carta escrita por un supuesto vecino de Villa Golf que aseguraba que el autor material del crimen de Nora Dalmasso fue su propio hijo, y el instigador fue su padre, el imputado Marcelo Macarrón. Basura pura y dura para desviar la atención y embarrar la cancha.
No es la primera vez que aparece una carta anónima que busca entorpecer el esclarecimiento del homicidio de Nora Dalmasso. Ya en diciembre de 2006, semanas después del crimen que estremeció a Río Cuarto y el país, un sobre con información llegó a las oficinas de la empresa Grassi, donde trabajaba Nora, y de allí la reenviaron para que la leyera el viudo Macarrón. El texto decía, entre otras cosas, que el asesino sería un hombre que estuvo en una fiesta en Villa Golf en la noche del viernes 24 y madrugada del 25 de noviembre de 2006, y que sería un adicto a las drogas que la mató a Nora en un ataque de ira.
Esa vez, hace 15 años, fue el vocero Daniel Lacase el encargado de hacer conocer la existencia del anónimo: “Estamos muy cerca de hallar al criminal, quien mató a Nora está acorralado”, declaró el vocero del clan Macarrón a la radio Cadena 3. Esta vez, fue el propio presidente de la Cámara Primera del Crimen, quién incorporó como prueba la nota y la dio a conocer cuando ordenó que se leyera en la última audiencia.
El 5 de julio, cuando le toque el turno de alegar al fiscal Rivero, se sabrá si el juicio fue la última puesta en escena para sellar la impunidad del asesinato de Nora Dalmasso o finalmente la mujer descansará en paz.