El Tribunal Oral Criminal 7 condenó este miércoles a 3 años de prisión condicional y a 5 años de inhabilitación para ejercer el comercio a los propietarios del boliche Beara, al encontrarlos responsables por la muerte de dos jóvenes como consecuencia del derrumbe del entrepiso del local ocurrido en 2010, en tanto absolvió a los funcionarios porteños que debían controlar la habilitación y a los policías federales acusados por cohecho.
Los jueces Gabriel Vega, Gustavo Alterini y Alejandro Noceti Achaval encontraron culpables a los acusados Juan Yun, Agustín Dobrila e Iván Fliess del delito de "homicidio culposo agravado" de Ariana Lizarraga (21) y Leticia Provedo (20), y de "lesiones culposas graves y leves" a más de cincuenta personas afectadas por el derrumbe ocurrido en la madrugada del 10 de septiembre de ese año.
El tribunal tuvo en cuenta las numerosas pruebas presentadas en el juicio sobre la endeblez constructiva del entrepiso, a pesar de la intervención de varios arquitectos y técnicos. "Todos sabían que Beara estaba siendo utilizado para otras cosas, todos sabían que había un entrepiso con endeblez constructiva, todos sabían que había setecientas personas que era mucho más de lo permitido, entonces todos se tendrían que haber representado el resultado de muerte", argumentó el fiscal Oscar Ciruzzi en su alegato, en base a los testimonios de empleados y clientes del boliche.
Por el carácter condicional de la pena, los tres condenados no purgarán prisión efectiva, en tanto y en cuanto cumplan con las condiciones que impone el tribunal. El fiscal había solicitado una pena de cuatro años y seis meses de prisión, más 9 años de inhabilitación para ejercer el comercio, para Yun, Dobrila y Fliess; y tres años de prisión en suspenso e inhabilitación de diez años para ser funcionario, para los responsables de las habilitaciones y el control en la Ciudad al momento del derrumbe.
El juicio por el derrumbe del boliche Beara en Palermo en 2010
El derrumbe ocurrió el 10 de septiembre de 2010 en Scalabrini Ortiz 1638, cerca de las 3.50, cuando terminó un recital del grupo Ráfaga, y minutos después cayó el entrepiso construido de manera precaria. El boliche había sido clausurado por irregularidades y el Gobierno porteño levantó esa clausura concediendo una habilitación como "salón de fiestas privadas" cuando en realidad funcionaba como discoteca.
Los propietarios Yun, Dobrila e Fliess, habían ofrecido el pasado lunes 13 de junio sus últimas palabras ante el tribunal, un derecho que asiste a cualquier imputado en un juicio oral. Ante los jueces Vega, Alterini y Noceti Achaval, los tres imputados dijeron ser “inocentes” pero aceptaron que el entrepiso estaba mal construido y responsabilizaron a los arquitectos y constructores contratados. "El único motivo de que pasó lo que pasó fue por una construcción deficiente", señaló Yun y recalcó que en el montaje del entrepiso participaron tres arquitectos y tres maestros mayores de obra.
"Esta causa me ha arruinado la vida, estoy inhabilitado para ejercer cargos públicos porque no me puedo presentar a los concursos: soy inocente y creo que ha quedado demostrada mi inocencia", afirmó el exdirector de Habilitaciones de la Ciudad, Martín Farrel, al dirigirse al tribunal para ofrecer sus últimas palabras. Por su parte, Vanesa Berkowski, exdirectora de Fiscalización y Control del Gobierno de la Ciudad, destacó en su descargo ante el TOC 7 lo negativo de "estar diez años sometida a un procedimiento penal" y dijo ser inocente de los cargos que le imputaron. Ambos resultaron finalmente absueltos.
Con información de Télam