Uno de los campos de la ciencia que mayores avances ha tenido en los últimos 20 años es la nutrición. Gracias a esos cambios, existe un concepto más amplio de la dieta. En ese contexto se ha popularizado el consumo de probióticos y prebióticos. ¿De qué se tratan?
Además de aportar los nutrientes necesarios, ahora está difundida la idea de que la dieta puede contener alimentos que también promuevan beneficios específicos de la salud. De ese modo aparece el concepto de "alimento funcional". Uno de los subgrupos más destacados de alimentos funcionales son los probióticos.
En este artículo te contaremos todo sobre estos alimentos que pueden mejorar de diversas maneras nuestra salud. Para empezar a sumergirte en este apasionante tema, mirá este capítulo de Como, luego existo. ¡No te lo pierdas!
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¿Qué son los probióticos y por qué son importantes?
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) define muy bien a los probióticos. El ente mundial explica que se trata de "microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades apropiadas, confieren al huésped un beneficio para la salud".
Tipos de probióticos
Los probióticos más comunes son bacterias lácticas pertenecientes a los géneros Lactobacillus y Bifidobacterium. A estas se las conoce como BAL (Bacterias Ácido Lácticas), porque son capaces de convertir los hidratos de carbono en ácido láctico.
Dentro de estas bacterias, las tres especies más utilizadas son: Lactobacillus casei, Lactobacillus acidophilus y Bifidobacterium spp. Otras variedades pueden ser la levadura Saccharomyces boulard y algunas especies de Escherichia Coli y Bacilli.
Suplementos probióticos
Gracias al boom de los probióticos a nivel mundial, es muy común hallar en el mercado comprimidos, cápsulas y sobres que contienen microorganismos en forma liofilizada. Una vez ingeridos, estos microorganismos sobreviven dentro del tubo digestivo de la persona.
Dentro del cuerpo humano, se encargan de regular la microbiota intestinal y ejercer efectos beneficiosos para la salud. Es importante aclarar que los suplementos dietéticos que contienen probióticos no son medicamentos.
Por esta razón, la distribución de dichos suplementos se rige por las leyes de los alimentos. Diferentes son los productos medicinales o agentes bioterapéuticos. Estos sí se tratan de probióticos con efecto terapéutico aprobado, es decir, son medicamentos.
Diferencia entre probióticos, prebióticos y simbióticos
Las paredes del intestino están cubiertas de criaturas microscópicas, principalmente bacterias. Estos organismos crean un microecosistema denominado microbiota o microbioma.
Cada persona alberga 100.000 millones de microorganismos de 400 especies diferentes, en su mayoría bacterianas. De estas, más del 95% vive en nuestro tracto digestivo, especialmente en el colon. Se trata de la famosa flora intestinal.
La clave para lograr un microbioma saludable es mantener un equilibrio entre las bacterias del intestino. Hay dos maneras de mantener este equilibrio: ayudar a crecer a los microbios que ya están allí, dándoles alimentos que les gustan (prebióticos); y agregando microbios vivos directamente al tracto digestivo (probióticos).
Los prebióticos son fibras vegetales especializadas. Estos actúan como efectivos fertilizantes, que estimulan el crecimiento de bacterias saludables en el intestino.
Las empresas de suplementos comercializan productos con prebióticos para condiciones específicas, como, por ejemplo, la salud ósea y el control del peso. Dichas compañías aseguran que sus ingredientes optimizan el crecimiento de tipos específicos de bacterias.
Los probióticos, por su parte, contienen organismos vivos, generalmente cepas específicas de bacterias. Estas se incorporan directamente a la población de microbios saludables en el intestino.
A la combinación de prebióticos con probióticos se la denomina como simbiótico. Su importancia se basa en un efecto sinérgico entre ambos. Es decir, los simbióticos pueden estimular el crecimiento de cepas específicas. Por eso pueden contribuir a un microbioma bacteriano específico con efectos beneficiosos para la salud.
Beneficios de los probióticos
Las bacterias de la flora intestinal no permanecen estables siempre. A lo largo de nuestra vida, la población bacteriana sufrirá oscilaciones, tanto en cantidad como en calidad. Estas modificaciones están relacionadas con el tipo de alimentación que adoptemos y con diversas condiciones intestinales.
La flora intestinal no permanece estable. La población bacteriana sufre oscilaciones relacionadas con el tipo de alimentación.
La función de las bacterias que forman el microbioma intestinal es fermentar diferentes elementos, que producen sustancias beneficiosas para la salud. También intervienen en el fortalecimiento del sistema inmunitario y en la regulación de la respuesta del cuerpo ante los agentes patógenos.
Otra de las funciones de la microbiota intestinal es permitir una buena digestión, descomponiendo los alimentos. Muchas veces, las funciones de este microbioma pueden verse alteradas por diversas modificaciones que mencionamos antes.
Es en este punto donde los probióticos van a jugar un papel muy importante. Los microorganismos vivos pueden actuar a nivel del tubo digestivo para estabilizar la composición de la flora bacteriana.
El equilibrio generado por los probióticos puede aumentar la resistencia del organismo frente a los patógenos. Esto se debe a que se mejoran y activan las defensas del cuerpo. Asimismo, se estimula la producción de vitaminas y enzimas digestivas.
Un intestino con la población bacteriana equilibrada es un factor fundamental para tu salud. Puede afectar incluso tu estado de ánimo y tu comportamiento. Dicho todo esto, podemos resumir ahora algunos beneficios de los probióticos en el organismo. Son los siguientes:
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Producen vitaminas.
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Estimulan el sistema inmune.
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Capturan moléculas tóxicas.
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Reducen el colesterol y los triglicéridos.
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Inhiben determinadas bacterias patógenas.
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Incrementan el nivel de antioxidantes.
Alimentos probióticos que podés consumir a diario
La forma más común de ingerir probióticos es a través del consumo de determinados alimentos naturales. Estos microorganismos benéficos se encuentran en forma natural, por ejemplo, en lácteos fermentados. Hablamos de los yogures, leche y diferentes quesos. El alimento probiótico más común quizá sea el yogur.
También podrás incorporarlos al consumir diversos vegetales fermentados. Entre estos, se encuentran las aceitunas, chucrut, kimchi y cereales. Además, están presentes en productos cárnicos y en pescados fermentados, al igual que bebidas alcohólicas artesanales.
Los prebióticos también pueden ser incorporados a través de diferentes alimentos. Se encuentran en muchas frutas y verduras, en especial aquellas que contienen carbohidratos complejos, tales como fibra y almidón resistente.
Los carbohidratos complejos no son digeribles por nuestro cuerpo, por eso pasan a través del sistema digestivo. Una vez allí, se convierten en alimento para las bacterias y otros microbios.
Por otra parte, existen también alimentos con probióticos añadidos. Son aquellos a los cuales se les agregan bacterias probióticas en su proceso de elaboración. El requisito fundamental en esta producción es que los microorganismos permanezcan viables y activos en el alimento. Lo mismo durante el pasaje gastrointestinal, para asegurar así su efecto en el huésped.
El kéfir
Un producto natural que viene ganando cada vez más adeptos es el kéfir. Es también conocido como yogur búlgaro, yoka, leche kefirada o yogur de pajaritos.
Se trata de una leche fermentada que es rica en bacterias y levaduras probióticas. Estos microorganismos mejoran la flora intestinal, fortalecen el sistema inmune y mejoran el tránsito intestinal. De ese modo, ayudan a mantener la salud general del organismo.
Las bacterias del kéfir pueden ser cultivadas de forma segura en tu propia casa. La producción de esta bebida tan saludable es fácil. Comparte procesos con la elaboración del yogur natural.
Normalmente, se encuentran dos tipos de kéfir: de leche y de agua. En realidad, tanto el kéfir de agua como el de leche poseen las mismas bacterias y levaduras. La diferencia principal está en que son adaptados a medios distintos. También pueden variar en cuanto a las enzimas presentes en una y otra variedad.
Además de los ya mencionados, otros beneficios del kéfir son:
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Combate la osteoporosis, ya que es un alimento rico en calcio.
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Reduce el estreñimiento, debido a que sus bacterias benéficas mejoran la digestión y aceleran el tránsito intestinal.
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Permite bajar de peso, porque es rico en proteínas y reducido en calorías.
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Alivia la inflamación intestinal, porque mantener una microbiota equilibrada es el principal factor para evitar enfermedades.
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Previene y combate la gastritis. En especial, ayuda a prevenir la gastritis causada por la bacteria Helicobacter pylori.
¿Para qué sirven los suplementos probióticos?
Como mencionamos anteriormente, los suplementos probióticos contienen organismos vivos. Una sola dosis puede incluir una cepa particular de bacteria o bien una mezcla de bacterias.
Los suplementos probióticos contienen organismos vivos. Una dosis puede incluir una cepa particular de bacteria o una mezcla de bacterias.
Del mismo modo que con los suplementos prebióticos, las compañías de suplementos probióticos comercializan productos para dolencias y condiciones específicas. Por ejemplo, prevenir y aliviar el síndrome del intestino irritable. También como refuerzo inmunológico.
Algunos suplementos probióticos han sido usados para prevenir la diarrea provocada por antibióticos. O también administrados como parte del tratamiento de la disbiosis relacionada a los antibióticos.
Existen estudios que documentan los efectos de estos microorganismos en diversos trastornos gastrointestinales y extraintestinales. Entre los que podemos mencionar la enfermedad intestinal inflamatoria (EII) y algunas infecciones vaginales.
En la actualidad, la comercialización y los nombres comerciales de los probióticos no están regulados. Por lo tanto, las empresas pueden ponerle el nombre que deseen a sus productos. Seguramente habrás escuchado en publicidades el nombre “L. Casei Defensis”.
Pese a que se hayan aplicado para todas esas dolencias, la mayor evidencia clínica para los probióticos está vinculada al mejoramiento de la salud intestinal. Además de la estimulación de la función inmunitaria.
Sin embargo, los suplementos probióticos no tienen consenso científico, como afirma la doctora Rabia De Latour, profesora de medicina en NYU Langone Health. La científica afirma que la investigación demostró que la mayoría de los probióticos que se pueden comprar en una farmacia son generalmente inútiles.
De Latour explica que somos resistentes a muchos de ellos. Y afirma además que si nuestro cuerpo se resiste a una pastilla que ingiera, el suplemento no hará nada beneficioso. Si estás pensando en tomar suplementos de prebióticos o probióticos, consultalo primero con un profesional médico.
Antes de tomar un prebiótico: debés saber esto
Antes de ingerir cualquier suplemento probiótico, debés investigar la afección que querés abordar. Recién entonces vas a poder seleccionar el probiótico indicado en función de esa dolencia.
Un probiótico puede ser prometedor para tratar una enfermedad. Pero es probable que sus efectos aún estén siendo investigados.
Hay que tener en cuenta además que, generalmente, un probiótico suele ser muy prometedor en el tratamiento de una enfermedad. Sin embargo, es probable que la investigación sobre su efecto aún se encuentre en las primeras etapas.
Puede ser que dicho suplemento haya mejorado una dolencia o condición clínica para algunas personas, en circunstancias muy limitadas. Aunque también es posible que no sea igualmente efectivo en entornos del mundo real.
Muchos probióticos pueden ser inútiles para determinadas personas, pero no necesariamente son peligrosos. Estos microorganismos pueden ser peligrosos apenas para un número reducido de personas.
Estamos hablando, más específicamente, de personas inmunodeprimidas. Se trata de individuos que viven con un sistema inmune débil. Por lo tanto, tienen menos probabilidades de combatir ciertas enfermedades.
Las personas que tienen VIH / SIDA o determinadas enfermedades hereditarias poseen un sistema inmune débil. Asimismo, los pacientes con cáncer y trasplantados que toman ciertos tipos de medicamentos inmunosupresores.
Para estas personas, los probióticos pueden ser peligrosos, explica la doctora De Latour. Ella expresa que el riesgo de daño es bajo. Sin embargo, es lo suficiente como para que esas personas tomen mayores precauciones antes de ingerir un suplemento probiótico.
La Asociación Estadounidense para la Investigación del Cáncer también apoya la idea de que los probióticos pueden ser peligrosos si la persona está recibiendo tratamiento contra el cáncer. Entonces, si creés que tu sistema inmune no es tan fuerte, consultá un médico antes de tomar estos suplementos.
Conclusión
En los últimos años, los probióticos se han convertido en los alimentos funcionales más populares. Se trata de microorganismos vivos que, al ser ingeridos, pueden equilibrar las bacterias presentes en nuestra flora intestinal.
Algunos de los beneficios de los probióticos son, por ejemplo, mejorar el tránsito intestinal. Así como estimular el sistema inmune y mejorar la respuesta ante la presencia de patógenos.
Tanto estos microorganismos como los prebióticos pueden ser consumidos de forma natural en diversos alimentos. Los lácteos como yogur o quesos son los más comunes, pero también están presentes en alimentos fermentados como chucrut. El kéfir es también una rica fuente natural de probióticos.
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