El sacerdote Rubén Agustín Rosa Torino deberá afrontar un juicio por tres acusaciones de abuso sexual luego de cinco años de la primera denuncia. La jueza Virginia Solórzano rechazó una apelación de la defensa y el sacerdote deberá ir a juicio. Las víctimas son tres: dos ex novicios y una ex monja. Está previsto que las audiencias comiencen este viernes y se extiendan hasta el 8 de julio, día en el que se conocerá la sentencia.
El cura Rosa Torino está acusado de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante por la duración agravado por ser ministro de culto reconocido, en perjuicio de dos víctimas; y abuso sexual simple agravado por ser el autor ministro de culto reconocido, en perjuicio una tercera.
El cura Rosa Torino fue fundador y director del Instituto de los Discípulos de Jesús de San Juan Bautista (que fue suspendido por orden del Vaticano en 2019) y un “guía espiritual” de la comunidad religiosa. Según pudo saber El Destape, el sacerdote denunciado era una figura muy respetada dentro de la Iglesia.
"Tenía mucha autoridad al punto que se pensaba que iba a terminar siendo un santo porque siempre se decía que por medio de él hablaba Dios". Así lo describió J.A, uno de los tres denunciantes, que contó en detalle a este medio cómo fue el proceso de denuncia contra el cura Rosa Torino y su estrategia manipuladora para abusar sexualmente de los novicios y mantenerse impune.
Denuncias y obstáculos
El cura Rosa Torino tiene 25 denuncias en la justicia canónica y 2 denuncias en la justicia penal de Salta. Fue detenido el 21 de diciembre del 2016, pero un fallo del Tribunal de Impugnación ordenó prisión domiciliaria, que se mantiene hasta el día de hoy.
Hubo muchos obstáculos durante la causa: hasta se hizo una contradenuncia contra Valeria Zarza, una de las monjas que lo denunció a Rosa Torino por abuso sexual, pero ya fue sobreseída por falta de pruebas.
Además de las tres denuncias, se recibieron más de 50 declaraciones testimoniales, en su mayoría ex integrantes del Instituto de los Discípulos. En ellas no solo confirmaron detalles de los relatos narrados por las víctimas, sino que también contaron otros hechos que, en muchos casos, prefirieron no denunciar dado el dolor sufrido.
"El padre Rosa abusa de mí después que le conté de otro abuso"
J.A habló con El Destape y dio testimonio en primera persona contra el cura Rosa Torino. Estuvo mucho tiempo queriendo huir de la comunidad religiosa, lugar en donde en principio fue abusado por el cura Nicolás Parma, que actualmente tiene prisión preventiva por los delitos de abuso sexual y corrupción de menores.
El denunciante ingresó a la congregación en 2009 cuando era un niño. Luego lo trasladaron a Puerto Santa Cruz, lejos de su familia que vivía en Buenos Aires, y allí fue donde, a sus 14 años, fue abusado por el cura Parma. Decidió ir a Salta, lugar donde se encontraba el cura Rosa Torino, para contarle lo ocurrido. No solo le contó lo del abuso sexual por parte del sacerdote Parma, sino que también relató que pasaban hambre, frío, maltratos constantes y que "no podían ir al doctor porque no estaba permitido".
"Cuando fui a contarle todo me dijo que tenía que perdonar y olvidar, que era una debilidad que tenía el hermano y que si algún día se iba de la comunidad, no tenía que ensuciar el nombre del hermano ni de la comunidad", recordó J.A a El Destape.
La manipulación y la humillación era constante. Según describe la víctima, buscaban convencerlo de que no debía abandonar la comunidad con una estrategia que "estaba tan bien armada que usaban tu historia para poder manipularte, diciéndote que tu familia no te quería y que por eso vos estabas donde estabas".
"Después de cada abuso, el cura Parma me decía que él me hacía lo que me hacía por culpa mía"
J.A considera que el cura Rosa Torino usó todo su relato contra el cura Parma para abusar de él. Pudo tomar la decisión de irse de la congregación en 2013, después de darse cuenta que todos sabían lo que ocurría, pero que nadie iba a hacer nada. "Agarré mis cosas y me fugué", reconoció J.A. Volvió a Buenos Aires con su familia y estuvo tres años intentando entender todo lo que pasó, por momentos echándose la culpa a sí mismo por todo.
Finalmente, en 2016 decidió hacer la denuncia contra el cura Parma y Rosa Torino. Lo hizo después de recibir una carta por parte del sacerdote Parma pidiéndole perdón por todo. "Eso me alertó que algo no estaba bien", afirmó.
Hoy J.A sigue creyendo en Dios, pero no pudo volver a confiar en la Iglesia: "Me cuesta mucho creer en la institución porque en casos tan vulnerables como estos, donde no solo de manoseo el cuerpo sino también la psiquis, la Iglesia no está presente". "Lo que yo pasé no se lo deseo a nadie. La verdad es muy difícil pelear no solo contra tu abusador, sino también contra la Iglesia", reconoció.
Ahora los denunciantes pelean por tener acceso a las audiencias, que comenzarán este viernes 25 de junio y duraran hasta el 8 de julio. Las víctimas no tendrán acceso a las audiencias de forma virtual y tampoco se permitirá la cobertura de prensa. El Tribunal colegiado será presidido por el juez Maximiliano Troyano e integrado por los jueces Norma Vera y Roberto Faustino Lezcano.