“Por nuestros derechos”: las trabajadoras, de pie y en la calle, contra la dolarización y el avance de la derecha

Vuelven a las calles para dejar en claro que hablar de los derechos de las mujeres es también hablar de economía. Resaltan que el sobreempleo feminizado, la informalización y la flexibilización laboral son algunas de las consecuencias del proyecto económico que propone Javier Milei. Cómo resisten y se organizan quienes velan por el trabajo y una vida digna.

28 de septiembre, 2023 | 00.05

"Si las mujeres ganaran menos que los hombres, las empresas estarían llenas de ellas". Esa frase de Javier Milei resume parte de su discurso negacionista de los derechos laborales de las mujeres y disidencias. El candidato más votado en las elecciones 2023, que niega la brecha de género, rechaza la ley de paridad y la ley de cupos, ya planteó una reforma laboral, si llegase a ganar los comicios, para eliminar indemnizaciones, intervenir sindicatos y “achicar el Estado” con la eliminación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad, es decir, eliminar el área estatal que defiende y promueve derechos para las mujeres y géneros.

Ante esta avanzada de los discursos de ultraderecha contra los derechos laborales de las mujeres y las minorías, junto a los feminismos y transfeminismos, la intersindical de mujeres que reúne a trabajadoras de la CGT, CTA- Autónoma, CTA de las y los Trabajadores, así como a la UTEP, el Sipreba, la Confederación Nacional de Cooperativas de Trabajo y los movimientos sociales,  marcharán este 28 de septiembre, fecha que se celebra el “Día de acción global por el derecho al aborto legal”, contra “el avance de las derechas y por los derechos conquistados”. Reclamarán por “los derechos conquistados como el aborto legal, seguro y gratuito, la ESI, la ley de identidad de género, el cupo laboral, el matrimonio igualitario, las moratorias jubilatorias”. También contra el plan de eliminación del Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad; la Ley Micaela, la ley de paridad, la ley de cuidados parentales y la ley de cupo trans”, entre otras reivindicaciones. La convocatoria es a las 16 para marchar de Plaza de Mayo al Congreso, donde se realizará a las 18 un pañuelazo.

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En este marco, en diálogo con El Destape, Marina Joski, secretaria nacional de Mujeres y Diversidad de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), destacó la importancia de la movilización del 28S y enfatizó que “desde 2016 y con el primer paro Internacional de Mujeres, todas las centrales sindicales y las trabajadoras organizadas y les trabajadores organizades venimos construyendo la idea de que trabajadoras y trabajadores somos todes”. En este marco, remarcó que por eso es fundamental plantear “la lucha por el trabajo, por el acceso al trabajo, por la dignidad de nuestras labores”, como también “el reconocimiento como trabajadoras organizadas”, porque los movimientos de ultraderecha “vienen por las organizaciones y por las organizaciones populares, por nuestros nucleamientos y organizaciones sindicales”. 

Los movimientos de ultraderecha “vienen por las organizaciones y por las organizaciones populares, por nuestros nucleamientos y organizaciones sindicales”. 

“Por eso tenemos una responsabilidad histórica desde el feminismo popular de dar la batalla y hablar de trabajo en un contexto privatizador, en un contexto donde se está hablando de políticas antiquísimas que no han tenido resultado en ningún país, como tampoco en el nuestro, como es el caso del fracaso rotundo de la dolarización, la privatización de nuestro suelo, ríos y mares; de la privatización de la salud y la tercerización de la educación mediante vouchers. Sobre todo cuando en la agenda de este proceso electoral el feminismo y las organizaciones de trabajadores y trabajadoras están tan vapuleadas”, agregó.

En esta línea, la referente de Ni Una Menos e investigadora especializada en deuda y género, Luci Cavallero, puntualizó que a nivel de los derechos adquiridos, el discurso de la ultraderecha propone la eliminación de la indemnización por despido, las vacaciones pagas y el cuestionamiento de los convenios colectivos de trabajo. “Esos son derechos adquiridos que están en riesgo a partir de la posibilidad concreta de que una fuerza de ultraderecha gobierne nuestro país”, enfatizó. “El avance de la ultraderecha ya está produciendo efectos en las trabajadoras y trabajadorxs LGTBQ con mensajes de crueldad y discursos de odio que están incrementando los niveles de violencia en el ámbito laboral, el universitario, en las escuelas y las calles”, agregó.

Las trabajadoras, de pie y en la calle, contra la dolarización y el avance de la derecha

Para la referente del Colectivo Ni Una Menos e investigadora del Conicet, Verónica Gago, “el peligro del avance de la ultraderecha” también tiene que ver con “su mensaje claro y explícito” de “intensificar el ajuste del Fondo Monetario Internacional” y que “el libre mercado ultra neoliberal” sea “la norma que nos tiene que regir como sociedad”. Remarcó que “claramente este sistema lo que va a hacer es profundizar una situación que ya es crítica en términos de pobreza, precariedad y sobreempleo porque los salarios no alcanzan”.

El peligro del avance de la ultraderecha” también tiene que ver con “su mensaje claro y explícito” de “intensificar el ajuste del Fondo Monetario Internacional” y que “el libre mercado ultra neoliberal” sea “la norma que nos tiene que regir como sociedad”

Sabemos que estas formas de neoliberalismo afectan principalmente a las mujeres, las lesbianas, las travestis trans, a las personas migrantes y a las comunidades indígenas, porque parte de este proyecto es intensificar también el extractivismo como lo estamos viendo en Jujuy, modelo que no es posible sin una criminalización de la protesta y una represión brutal”, enfatizó.

Dolarización y ausencia del Estado: mayor brecha de género y precarización de las mujeres y disidencias

Sobre las propuestas neoliberales, Cavallero enfatizó sobre el plan de dolarización que planteó Milei y aseguró que “en todos los países que fue aplicada tuvo el efecto de congelar las desigualdades, es decir, el Estado queda maniatado en su posibilidad de tener una política monetaria soberana y por lo tanto de hacer y tomar medidas contracíclicas, por ejemplo, en el caso de una recesión o incluso de emitir dinero para poder desplegar medidas que entiendan a la reducción de las brechas de géneros”. 

De ese modo, según la experta, al tener una economía dolarizada se acrecentaría las desigualdades de género: “Lo que se produciría es un congelamiento del estado actual de la situación o incluso un empeoramiento de las brechas de género a nivel salarial, a nivel de ingresos, y por lo tanto, un retroceso importante en la capacidad del Estado de reducir la desigualdad”.

 

Para Gago, la dolarización sería otra herramienta para la devaluación de los salarios. Según la investigadora “supone una dolarización de la economía en general de los productos”, algo que ya se ve reflejado en el mercado de alquileres en el que, para acceder a alquilar una vivienda, los precios aparecen en dólares. "Se vuelve un elemento prohibitivo y eso es parte fundamental de la crisis del acceso a la vivienda por alquiler. La dolarización sería la consagración de una estructura totalmente predatoria de los ingresos y de los salarios; además una pérdida de soberanía fundamental al abandonar la posibilidad de una moneda propia”.

Brecha salarial

En este marco, para la referente de UTEP, “la derecha busca imponer nuevamente un neoliberalismo" pero esta vez "incluso más atroz, con la privatización de la vida, la privatización de la salud, la privatización de la educación y la flexibilización laboral y esto dejaría a las mujeres y disidencias trabajadoras en peores condiciones de trabajo”. Según la dirigente, esto significa que “si hoy la brecha salarial es del 27% aproximadamente, con una flexibilización laboral, con el cercenamiento de los derechos, las condiciones de desigualdad y la violencia hacia las mujeres va a ser muchísimo peor”.

“Si hoy la brecha salarial es del 27% aproximadamente, con una flexibilización laboral, con el cercenamiento de los derechos, las condiciones de desigualdad y la violencia hacia las mujeres va a ser muchísimo peor”.

Gago coincidió y afirmó que “se viene discutiendo hace tiempo que ya ha habido una reforma laboral de hecho” a través de estos fenomenos que marcó la dirigente de UTEP como “la flexibilización de diversas normativas que tienen que ver con el trabajo y que hoy son parte de la radiografía de la clase trabajadora argentina fuertemente informalizada, con trabajos no registrados y con un nivel de precariedad enorme”. 

En tanto, afirmó que, con un gobierno de ultraderecha, se profundizará en mayores términos la precarización generalizada que incluye el sobreempleo -fuertemente feminizado-, como también la informalización, es decir, estar empleade sin derechos.

Por su parte, la secretaria de Formación de la CTA-T, Yamile Socolovsky, hizo hincapié sobre el “achique del Estado” y remarcó que “este recorte es juntamente en todas las áreas a través de las cuales el Estado debe cumplir su función de proteger y promover derechos”.

La derecha amenaza los derechos conquistados pero también la posibilidad de lograr aquello que aún falta, porque anuncia además su pretensión de perseguir y reprimir la organización y la movilización popular, y porque coloca al feminismo en el centro de sus ataques, con una virulencia a todas luces antidemocrática", disparó y remarcó que "a las mujeres y diversidades, siempre más afectadas por las situaciones críticas, la derecha solo nos ofrece pobreza, desamparo y más violencia”.

Volver a las calles y las deudas pendientes

En ese sentido, Marina Joski sostuvo que, por eso, “salimos a las calles” y este 28 el objetivo "es volver a instalar los debates que son necesarios para una soberanía política y económica de no al pago de la deuda externa, de debates contra las violencias, por los derechos a decidir sobre nuestros territorios, entre ellos, nuestro territorio cuerpo”.

Para Cavallero “es importante volver a las calles y generar un estado de movilización y alerta tanto en el movimiento feminista como los movimientos de disidencia sexual, en los movimientos populares sindicales porque necesitamos mostrarnos fuertes para contestar y decir que vamos a defender todos los derechos adquiridos, pero que también tenemos una agenda concreta de avance y de marcar todo lo que faltan”.

La lucha se da en las calles y la especialista lo subraya: “Con esta marcha, también les decimos que claramente no va a ser gratuito que emitan cualquier mensaje por los medios de comunicación, que nada de lo que están planteando les va a ser fácil, sino que encontrarán resistencia”, agregó.

Las trabajadoras, de pie y en la calle, contra la dolarización y el avance de la derecha

En este marco, la secretaria de género de la UTEP remarcó que todavía quedan muchas reivindicaciones por alcanzar por las trabajadoras mujeres y disidencias, entre ellas la falta de reconocimiento de las tareas de cuidado las mujeres y los cuerpos feminizados "que emplean más cantidad de horas en sus vidas a realizar estas tareas, a la reproducción de la vida familiar, al cuidado de ancianos, de la niñez, a la educación, a la salud, lo que sigue impidiendo el acceder a trabajos mejor pagos".

Puntualizó que "esto es más fuerte en las trabajadoras informalizadas y de la economía popular, quienes tienen menos acceso sobre todo a tener salarios dignos". También remarcó "la imposibilidad de desarrollo y de crecimiento de las mujeres y las disidencias tanto de estudio o desarrollo personal”.

Seguimos diciendo que la deuda es con nosotres, que el impacto de la deuda que tenemos con el Fondo Monetario contraida por Macri tiene carácter personal y cotidiano y se agrava en las economías domésticas, en las economías familiares y que las principales causas de la feminización de la pobreza tiene que ver con esas condiciones laborales.

Por otra parte, enfatizó que “otra batalla que tenemos que dar tiene que ver con la reforma judicial transfeminista” ya que “las mujeres y disidencias accedemos de una manera muy deficiente al sistema judicial que está montado desde una estructura patriarcal, que otorga a las grandes empresas y a los varones derechos sobre nuestros cuerpos”. Remarcó que “la autodeterminación del cuerpo de la mujer como territorio también es imprescindible para nosotras en términos de poder planificar”.

Seguimos diciendo que la deuda es con nosotres, que el impacto de la deuda que tenemos con el Fondo Monetario contraida por Macri tiene carácter personal y cotidiano y se agrava en las economías domésticas, en las economías familiares y que las principales causas de la feminización de la pobreza tiene que ver con esas condiciones laborales. Así que para nosotras esas son de las grandes batallas que tenemos que dar”, completó.